Saltar barreras
La moda urbana y la alta costura se fusionan en la colección Fall 2020 de Kim Jones para Dior Men. Un crisol donde el color, la manufactura de la casa y la libertad en las siluetas hacen magia
En 1947 Christian Dior revolucionó el mundo de la moda. Recién superados los cuarenta, este creador, originario de la localidad normanda de Granville, presentó en París su primera colección.Y con ella un cambio de imagen absolutamente radical en la forma de vestir de la mujer, una desafiante ruptura en plena posguerra mundial. Cubrió a las mujeres con voluminosas faldas, cientos de metros de tela y las enfundó en una cintura de avispa gracias a su célebre chaqueta Bar. La silueta, denominada New Look por la directora de Harper’s Bazaar, Carmel Snow, supuso un punto de inflexión en la moda, y le aportó un aire joven, vital, un nuevo espíritu.
Más de siete décadas después, ese aire fresco del fundador de la maison está más presente que nunca en la colección masculina. Kim Jones (Londres, 1973), al igual que monsieur Dior, ha descifrado lo que necesita el momento, el llamado zeitgeist (termino alemán que hace referencia al espíritu de una época). Pero la clave está en cómo traducir los valores que ensalzaba la alta costura más exquisita de aquella época a la moda masculina del siglo XXI.
Jones, alumno aventajado de su promoción en la Central Saint Martins, ha extraído la esencia: fusionar lo más fresco de la moda urbana y lo mejor de la costura con la exploración de nuevos paradigmas y traspasar todo tipo de barreras. Otro de los puntos en común de ambos diseñadores: la pasión por la mezcla cultural.Ya la demostró Dior con su devoción por el estilo de vida americano, materializado por ejemplo en las campañas en colaboración con Cadillac a mediados de los años 50. Ahora, el británico choca sin complejos ambas culturas a través de intensos conceptos, como una paleta de colores que recuerda a partes iguales los tonos de los trajes de baile del couturier y los edificios art déco de Miami. Fue en esta ciudad donde Jones (al mando de la creación de moda masculina en la casa francesa desde 2018) presentó su colección Fall 2020, un testimonio único de cómo un legado puede inspirar el streetwear más subversivo y moderno, adaptándolo a todos los públicos.
EL JONES MÁS CALLEJERO
La elección del lugar para celebrar el desfile, cercano al recién inaugurado Rubell Museum, no fue aleatoria. Así como la fecha, el 3 de diciembre, coincidiendo con la inauguración de la feria Art Basel Miami, punto de encuentro de lo más granado del diseño mundial. El mundo del arte siempre ha estado presente en la casa francesa. El mismísimo creador inicial de la maison fue galerista antes que modisto.Y el proyecto que lidera actualmente Jones es un gran crisol de diferentes creatividades (pasó la mayor parte de su infancia viajando por las tierras altas de África y Europa, lo que le convierte en un verdadero radar para todo tipo de arte, venga de donde venga). El diseñador fue el responsable de la asociación de Supreme con Louis Vuitton cuando estaba al mando de la colección masculina de la firma y de la incorporación del streetwear a su ADN.
Ahora, recupera para Dior otro mito de la moda urbana, al artista y creador Shawn Stussy. Fundador de la firma Stüssy (aunque se desvinculó del proyecto en 1996, al vender su parte a su socio Frank Sinatra Jr), el californiano es un gran mito entre los amantes de la moda surfera y el skate, y del propio Kim Jones, que de adolescente compraba piezas de la marca. Fruto de esta colaboración se ha reinventado el logo de Dior, que no solo está presente en prendas sino que también lo estuvo en la instalación del evento.
No fue la única participación externa. Una de las piezas de deseo de la propuesta para este otoño es una nueva versión de las Air Jordan I, creadas en asociación con la célebre firma de calzado de baloncesto, y del que el propio Kim Jones se declara fan absoluto. Además, el sombrerero Stephen Jones, habitual de la maison, creó boinas y buckets con bordados y flores incrustadas, desde lirios hasta frangipani. Una locura y, una vez más, un homenaje al fundador, amante de la jardinería. Toda una gran fusión que formula una propuesta para recoger el espíritu de una época que resulta no solo contemporáneo sino, en algunos casos, premonitorio.