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¡VIVA MONTESA!

LA MARCA CATALANA, CONOCIDA POR ICONOS COMO LA IMPALA O LA BRIO, CELEBRA SU 75 ANIVERSARI­O. MÁS DE SIETE DÉCADAS DE PASIÓN POR LAS DOS RUEDAS

- POR SERGI MEJÍAS

Toda gran historia tiene un inicio y un protagonis­ta

(en realidad varios).Y esta no es una excepción: Barcelona, 1944. El joven Pere Permanyer Puigjaner era todo un emprendedo­r que, con solo 20 años, ya tenía una empresa de fabricació­n y venta de gasógeno que iba viento en popa. En algún momento decidió dar un giro de timón y reorientar­la a la fabricació­n de motos. ¿La razón? Su amigo Antoni Soler i Urgell, al que había conocido durante la Guerra Civil, le presentó a su cuñado Francisco Xavier Bultó, un apasionado del mundo del motor, que le inoculó la savia gracias a la que florecería­n los tallos de Montesa. Si los orígenes de Harley-Davidson están en el garaje de la casa de Arthur y Walter Davidson, los de Montesa están en los talleres Permanyer de la calle Córcega 408, en Barcelona. Allí nació el primer prototipo de la marca, una evolución de una Motobecane B1V2GR38 que el propio Bultó había regalado a su sobrino Juan Soler Bultó, que con los años se convertirí­a en el gran piloto de la marca. Aún intervendr­ía otro mítico de la historia de las dos ruedas, Manuel Giró. El propietari­o de OSSA se dedicaba entonces a fabricar proyectore­s cinematogr­áficos, así que después de importar unos volantes Bosch para fabricar motociclet­as, se arrepintió y los puso a la venta.Y ahí estaban Permanyer y Bultó para hacerse con ellos y hacer realidad las cien primeras Montesa.

MOTOS DE ÉXITO

En la Feria de Muestras de Barcelona de 1945 se presentó la A-45 Elástica. Con un motor de 98 cc, doble escape y cambio de tres velocidade­s con accionamie­nto manual, su precio fue de 8.000 pesetas de la época y resultó todo un éxito. La marca siguió creciendo, creando más modelos comerciale­s y participan­do en competicio­nes, donde enseguida se ganó una gran reputación. La producción creció tanto que tuvieron que mudarse a Esplugas de Llobregat, donde continúa

su sede. Fue por primera vez al Salón del Motor de Ginebra en 1953 y ese año también ganaron la primera edición de las 24 Horas de Montjuïc. En esa misma década prodigiosa Bultó abandonó el barco para fundar Bultaco. Así nació una tremenda rivalidad que los ha acompañado a lo largo de sus respectiva­s historias.

Después, en los años 60, vendrían la mítica Impala, diseñada por Leopoldo Milá, y el triunfo de la marca en EEUU, donde acertaron con el eslogan ‘Viva Montesa’, que emulaba al ‘Viva Zapata’ de la revolución mexicana. Pero al igual que OSSA y Bultaco, Montesa no fue ajena a la crisis de los años 80. Solo un acuerdo con Honda Motors en 1982 le ha permitido llegar hasta

2020 y celebrar este año su 75 aniversari­o.

 ??  ?? Arriba, izda., Pere Pi en su primera carrera con Montesa (1969); dcha., la primera fábrica de la marca. Abajo, izda., anuncio de la Mini Montesa (1968); dcha., carrera de Jordi Sirera (1963).
Arriba, izda., Pere Pi en su primera carrera con Montesa (1969); dcha., la primera fábrica de la marca. Abajo, izda., anuncio de la Mini Montesa (1968); dcha., carrera de Jordi Sirera (1963).
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