Santa Rita, Rita, lo que se da...
... no se quita. Seguro que has utilizado esta expresión alguna vez, pero ¿sabes de dónde viene? Hay muchas teorías, aunque a nosotros la que más nos gusta es la de aquella mujer, bastante poco agraciada físicamente, que rezó a santa Rita de Casia (religiosa italiana que vivió entre los siglos XIV y XV) para que le consiguiera un novio, que la cosa estaba complicada. Y lo logró, ahí es nada, pero tras unos años el hombre decidió que hasta aquí habíamos llegado y dejó a nuestra protagonista compuesta y soltera de nuevo. Así que la mujer volvió a la capilla y le dijo a la santa aquello de “lo que se da, no se quita”.
Y qué razón. Nosotros en este número le rezamos a otra santa, Rita Hayworth, que aguantó en su vida mil y una desgracias (puedes leer su historia en la página 88) y que protagonizó, junto a Esky, la portada de Esquire de diciembre de 1972. Curiosamente, ese fue su último año en activo, cuando estrenó el que sería su último trabajo en el cine, La ira de Dios. Pero nada puede obviar que ha sido una de las grandes estrellas del arte del siglo XX y, no es para menos, su nombre resuena en una portada en la que, ojo al dato, que diría aquel, nos anunciaban que en el interior podríamos encontrar a Vladimir Nabokov, Jean-Paul Sartre, Tennessee Williams, Tom Wolfe y William Randolph Hearst (en aquella época Esquire no tenía nada que ver con Hearst, la editaba Harold Hayes). Una sucesión de estrellas que ni en nuestros sueños más húmedos podríamos imaginar ahora mismo. Pero para eso está el pasado, para volver a él y deleitarnos. Igual que hacemos con las películas de Rita Hayworth.