Esquire (Spain)

João Félix, un ‘crack’ para la historia.

Si el futuro del planeta tiene que ser sostenible, el del Atlético de Madrid tiene que ser de este chico de 21 años llamado a hacer historia

- Texto ALEJANDRO AVILLEIRA Fotografía PABLO SARABIA Estilismo MARÍA MOLINA

Hablamos con el delantero del Atlético de Madrid del futuro del planeta y del suyo propio.

Pasa a menudo que los futbolista­s más atrevidos y descarados sobre el césped se muestran muy serenos, y hasta cierto punto tímidos, fuera de él. Es tan llamativo como habitual cuando te enteras de que muchos actores o cantantes, capaces de actuar ante cientos de ojos o poner a bailar a decenas de miles de personas en un concierto, se sienten incómodos en una fiesta con veinte personas. Seguro que, en psicología, esto tiene un nombre.

João Félix (Viseu, Portugal, 1999) es uno de los grandes representa­ntes de la nueva generación de oro del fútbol, un puñado de jóvenes imberbes (Kylian Mbappé, Erling Haaland, Ansu Fati, Vinicius Jr.) a los que el dios del fútbol bendijo en la cuna. Y sí: en el campo es imparable, eléctrico, impredecib­le; fuera es calmado al hablar, al caminar, al moverse. Es también educado, escucha con atención, le cuesta sonreír abiertamen­te y su timbre de voz es asombrosam­ente regular. Pienso en James Bond: capaz de molerse a palos con cuatro terrorista­s norcoreano­s vestido de militar y luego pimplarse un martini vestido de frac. De la misma forma, João Félix cambia para Esquire los borceguíes por las nuevas Stan Smith de adidas Originals, un icono del calzado deportivo que estrena una etapa más sostenible, fabricada con materiales reciclados de alto rendimient­o, en lo que es el pistoletaz­o de salida de una nueva era en la marca alemana, concentrad­a en acabar con los residuos plásticos. ESQUIRE: ¿Sabes que João Félix significa “agraciado por Dios”?

JOÃO FÉLIX: [Piensa] Supongo que será verdad... porque el don que tengo para el fútbol no se trabaja. Se tiene o no se tiene. Sabía que tenía condicione­s muy buenas para llegar a la élite, y otras cosas que tenía que mejorar y trabajar. Y así lo hice.

ESQ: ¿En qué momento te diste cuenta de que ibas a ser jugador profesiona­l? JF: Cuando salí de casa, con 12 años.

A esa tierna edad, João Félix puso rumbo a las categorías inferiores del Oporto. Vivía en una casa con otros 20 o 25 chavales que soñaban, igual que él, con llegar a la élite. La primera noche llamó a su padre para que fuera a recogerle. “No quería estar allí... pero luego se pasa. No es fácil”. Tras unos años en Oporto, João se marchó a Lisboa,

a jugar en el club más laureado de Portugal, el Benfica.

ESQ: Has vivido todo muy rápido y en una edad complicada. ¿Qué fue lo peor de aquellos primeros años?

JF: Sacrificas muchas cosas: estar con tu familia, con tus amigos, vivir en tu ciudad, no ir a cumpleaños porque tienes partido al día siguiente... Te quitas un poco de infancia, pero llegar donde estoy compensa todo lo que abdicas.

Enternece escucharle hablar de que se ha perdido cumpleaños. Como si todavía fuera un niño. Como si su fichaje por el Atlético de Madrid en el verano de 2019 no hubiera costado 126 millones de euros, el tercer futbolista más caro de la historia solo por detrás de Neymar y Mbappé; como si no tuviera tras él la responsabi­lidad, y casi la obligación, de liderar durante la próxima década a uno de los clubes más importante­s de Europa; como si no tuviera que demostrar cada partido lo que costó su traspaso, siempre escudriñad­o al milímetro.

ESQ: ¿Te resulta complicado manejar toda esa presión?

JF: Depende de la personalid­ad de cada uno... Yo salí de casa muy pequeño y eso me obligó a convertirm­e en ‘hombre’ mucho más rápido, lo que me ayudó para aguantar ahora todas esas cuestiones.

ESQ: ¿Nunca te ves superado por las expectativ­as que se ponen sobre ti?

JF: Soy muy tranquilo, muy calmado. Claro que cuando pasan cosas buenas me pongo muy contento, pero soy consciente de cómo funciona el mundo del fútbol: un día eres el mejor y al día siguiente ya no eres tan bueno. Lo llevo con naturalida­d.

ESQ: ¿Miras lo que dicen de ti en redes sociales, prensa, televisión...?

JF: No, no, no... Nada. No sigo ninguna página deportiva. Claro que si dicen algo bueno te gusta verlo, pero cuando hablan mal no me gusta... así que prefiero no verlo nunca y así estoy mejor.

CUIDADO, PINCHA

También con naturalida­d lleva una sesión de fotos en la que le hacemos escalar (no mucho) por unas piedras y acercarse a unos cactus con pinchos nada falsos. Se mueve ágil, como entre los defensas rivales. Posa obediente, pero este chico tampoco nació para la interpreta­ción. Ni falta que hace, dicho sea de paso. Se prueba la ropa y, con la mayor educación del mundo, como un anestesist­a que te susurra al oído, prefiere no usar alguna prenda más atrevida que su look habitual de calle. No se ve. “Como dentro de algunos años te veamos en alguna gala con algún traje chillón...”, le digo. Se sonríe sin mirarme mientras se ata los cordones de las zapatillas. Sé que está pensando: “Tú estás loco”.

Me fijo en cómo se calza. Para un futbolista, ese gesto es como santiguars­e: un momento de introspecc­ión absoluto. Se mete la zapatilla, pisa un poco, ajusta la lengüeta, vuelve a pisar, aprieta los cordones (las nuevas Stan Smith que utilizamos para la sesión están recién sacadas de la caja, la conocidísi­ma de color azul que usa adidas Originals y que, por cierto, también se ha actualizad­o: ahora está fabricada en un 90% con papel reciclado), vuelve a pisar un poco, mueve el pie dentro, acomodando quizá la costura del calcetín. Por fin, se ata los cordones. Solo una lazada, pero firme. Se pone de pie, un par de taconeos y listo.

ESQ: ¿Qué te parece Madrid? ¿Conocías la ciudad antes de venir al Atleti? JF: No, nunca había estado en Madrid. Me gusta mucho. Siempre digo que es como Lisboa, pero cinco veces mayor. Tiene de todo: restaurant­es, tiendas, atraccione­s... solo falta el mar [risas]. ESQ: ¿Haces mucha vida social?

JF: Sí, me gusta ir a comer fuera, a comprar, con mis amigos, mi familia... ESQ: ¿Y cómo te tratan los aficionado­s? ¿Te dan mucho la lata?

JF: Ahora con las mascarilla­s un poco menos [risas]. Pero me reconocen, sí. ESQ: ¿Con quién vives?

JF: Con mi madre.

ESQ: ¿Y es muy crítica cuando llegas a casa después de un partido si no se te ha dado demasiado bien?

JF: No... ese es mi padre. Para mi madre siempre está bien [risas]. Mi padre sí es más crítico, pero siempre para que intente mejorar.

De forma involuntar­ia, sus padres tuvieron mucho que ver para que João Félix uniera su carrera a adidas como embajador, en esas ‘batallas’ que libran las grandes marcas del deporte por unirse a los futbolista­s más destacados. “Son profesores de educación física,

les gusta mucho el deporte y siempre vestían de adidas, con lo que mi hermano y yo también. Fue una unión natural”, cuenta. Hablamos sobre las Stan Smith y la nueva fabricació­n sostenible. “Hay que cuidar el planeta, y que una gran marca como adidas apueste por algo así es importante. Por eso me gusta trabajar con ellos”.

Precisamen­te con sus padres, su hermano, su tía y sus primos vivió João Félix la victoria de Portugal en la Eurocopa de 2016: en Francia, ante Francia y en el Stade de France. Triple mortal. Fue el primer título en la historia del país, y este verano tendrá que defenderlo en la Euro 2020.

ESQ: ¿Ser los últimos campeones os supone una presión extra?

JF: Lo tomamos con naturalida­d y responsabi­lidad. Confiamos en nuestra calidad y nuestra forma de jugar. Hemos sido campeones y tenemos la responsabi­lidad de hacerlo bien, pero no creo que haya presión.

RETOS PARA EL FUTURO

En esa selección estarán también dos nombres que tienen mucha relación con João Félix: Renato Sanches, 23 años, primer portugués en ganar el Golden Boy (2016), premio que otorga la revista italiana Tuttosport al mejor jugador menor de 21 años de Europa, y que también posee João Felix (2019). Y, cómo no, Cristiano Ronaldo, que no necesita presentaci­ón.

ESQ: Eres el jugador portugués más caro de la historia.Y existiendo Cristiano Ronaldo tiene bastante mérito... ¿Qué opinas de él?

JF: Como todos sabemos, no solo en Portugal sino en todo el mundo, es muy admirado por toda la gente. He crecido viéndole jugar, conquistan­do todos los títulos, es un ejemplo y un ídolo para cualquier chico.

ESQ: ¿Recuerdas la primera vez que le viste en persona?

JF: Sí. Cuando fui convocado por primera vez con la selección absoluta. Recuerdo que me pareció que estaba en un videojuego, aquello no parecía real... No lo digo por quedar bien, de verdad, es que fue un poco raro [risas]. ESQ: Él tiene cinco Champions League... ¿Qué le falta al Atleti para ganar, por fin, una Champions?

JF: Un poco de suerte... Ya tuvieron dos finales. En una no ganaron por dos minutos y en otra por penaltis. Espero que a la tercera sea la vencida.

ESQ: ¿Sientes una presión diferente cuando juegas Champions a cuando juegas Liga, por ejemplo?

JF: No lo llamaría presión... Pero sí que me gusta más jugar Champions. Es una competició­n muy importante que he soñado con jugar desde niño y me da otra energía, otra alegría.

ESQ: Da otra energía y te pone en el disparader­o del Balón de Oro. ¿Quién lo ganará antes? ¿Mbappé, Haaland o tú? JF: Mbappé.

ESQ: ¡Qué claro lo tienes!

JF: (Sonrisa).

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Levi’s y las nuevas zapatillas Stan Smith de adidas Originals, que estrenan fabricació­n más sostenible.
Camiseta de Armani Exchange, pantalón de Levi’s y las nuevas zapatillas Stan Smith de adidas Originals, que estrenan fabricació­n más sostenible.
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adidas y zapatillas Stan Smith de adidas Originals.
Cazadora y pantalón de Hermès, camiseta de adidas y zapatillas Stan Smith de adidas Originals.
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