Esquire (Spain)

#Mismapasió­n.

- Texto Pablo Aragón

El deporte femenino parece haber dado el salto definitivo. Crecen sus audiencias y, con ellas, el interés de las marcas.

Hace solo unos días que el Consejo Superior de Deportes considera el fútbol femenino un deporte profesiona­l ¿A qué estábamos esperando cuando el 48,8% de los deportista­s olímpicos que van a Tokio son mujeres? Misa Rodríguez ya lo ha dicho todo. No hace falta más

Tanto es así que la cobertura deportiva ha puesto el foco en todo aquello que tengan que decir estas heroínas dentro y fuera del campo. El 66% de la población está interesada en al menos un deporte femenino, y el 84% de los aficionado­s al deporte en general están interesado­s en el deporte femenino. De ellos, el 51% son hombres y el 49% son mujeres, según un análisis de Nielsen.

Pero se ha hecho esperar. Por ejemplo, la profesiona­lización del fútbol femenino es efectiva desde el 15 de junio de 2021. Sí, has leído bien. Llega tarde, pero ha llegado. De la mano del Consejo Superior de Deportes (CSD) se crea la bautizada como Liga Ellas, donde ELLAS conseguirá­n acaparar la atención de una gran masa de aficionado­s que viven por y para el balompié. Pero no es fútbol todo lo que reluce, y en los Juegos Olímpicos de Tokio se va a dar una situación inédita: la participac­ión femenina alcanzará el 48,8%. Casi llegando a la ansiada igualdad. Ante esto, está claro que las mujeres se están convirtien­do en influencer­s, las competicio­nes deportivas femeninas se están globalizan­do y han conseguido aumentar la visibilida­d. Por tanto, las marcas han puesto la lupa en ellas. ¿Quién no recuerda a Anna Kournikova? La extenista amasó una fortuna gracias a los contratos publicitar­ios de firmas como Adidas, Omega o Berlei y llegó a ser la deportista más buscada en Google. Hasta hizo un cameo en la mítica serie Friends.

PIONERAS A SEGUIR

Serena Williams o Simone Biles han tomado el testigo de pioneras como Kathrine Switzer o Nadia Comaneci y actualment­e casi el 50% de la población femenina mundial se muestra interesada en el deporte. Pero el paso a paso ha sido lento. Si no, que se lo pregunten a Switzer, atleta que consiguió cambiar la historia al burlar la prohibició­n sexista por la que las mujeres no podían competir en una maratón. Era el 19 de abril de 1967 cuando, con el número 261 a la espalda, terminó la carrera en cuatro horas y veinte minutos, librándose así de los empujones metafórico­s (y no tanto) a golpe de sudor y lágrimas. Así compitió en lo que ahora llamamos ‘igualdad’: “Acabaré esta carrera, aunque sea a cuatro patas, porque nadie cree que soy capaz”. Como Kathrine, la hazaña de Lucy Harris fue estratosfé­rica, al haber sido la primera y única mujer en disputar el draft en un equipo de la NBA, en 1977. En EEUU era un secreto a voces que estaban ante la mejor jugadora de baloncesto, y de ahí que se la considere la precursora de la versión femenina de la NBA.Y aunque hubo otras, ellas han conseguido ser lo visible de lo invisible, el referente de las deportista­s femeninas actuales y venideras.

¿DEMASIADO BUENAS?

A medida que el interés por el deporte femenino se ve incrementa­do, podemos ver cómo salen a la luz prejuicios sexistas que vienen desde la vestimenta hasta el carácter que deben tener sobre un terreno de juego. Porque a la mujer no se le permite todo: tiene que ser una ‘señorita’. Por eso Nike, con el fin de ser un reflejo de que el mundo está

cambiando, estrenó el spot publicitar­io definitivo, Dream Crazier, con el que quería representa­r estas discrepanc­ias de género en el deporte. Narrado por la tenista Serena Williams, también tenía como objetivo empoderar a las mujeres sin miedo al qué dirán.

“Si nos enfadamos, somos unas histéricas o irracional­es o simplement­e estamos locas”, denuncia Williams. La tenista hace referencia al episodio vivido durante la final femenina del Abierto de EEUU, donde la polémica llamó a su puerta por la pasión con que vivió el partido. Llamo ‘ladrón’ al árbitro y lo acusó de que le estaba quitando puntos “por ser una mujer”.Williams fue reprendida “por abuso verbal contra el juez de silla” y el inquebrant­able Twitter explosionó. Pero ayudándola a sostener la raqueta emocional ahí estaban sus compañeros de profesión, entre ellos Andy Roddick.

EL CASO MISA

El pasado 6 de abril, Misa Rodríguez, portera del Real Madrid, estaba tuiteando un mensaje que reflejaba la predilecci­ón por ese escudo: “Misma pasión”, ilustrado con dos fotos. A la izquierda, una de Marco Asensio celebrando un gol, y a la derecha, otra de ella gritando tras una victoria reciente. Mismo gesto, diferentes reacciones.

Al machismo al que todavía no se le ha quitado el polvo y que parece recién salido del baúl de la Piquer le salieron cientos de abanderado­s en la red social del pájaro azul. Pudimos leer cientos de comentario­s sexistas. Pero Twitter ya había hecho su magia. Misa fue trending topic y una gran parte de la sociedad se volcó con la futbolista profesiona­l. El propio Marco Asensio recuperó sus palabras. “Misma pasión. Que nada ni nadie te impida decir lo que piensas”, escribió.

Marcelo, Dani Carvajal, Casemiro o Vinicius hicieron lo propio y apoyaron a su compañera, pero no fueron los únicos. Deportista­s de todas las disciplina­s, entre los que se encuentran Pau Gasol o Sergio Llull, también se sumaron, al igual que el Comité Olímpico Español. O sea, el deporte en pleno estaba con Misa.

Ahora la jugadora del Real Madrid nos dice que se queda “con todos los mensajes de apoyo de los compañeros de mi club y también a nivel mundial, cómo se volcaron en este tema personalid­ades de todas las disciplina­s deportivas. Me quedo con que todos los deportes nos unimos en contra de un machismo que se tiene que acabar ya. Espero que todo esto haya dado lugar a que la sociedad cambie”.

EMPODERADA­S Y SUBIENDO

Ya hubo hace veinte años un grupo de predilecto­s llamados los Galácticos, pero en pleno 2021 este apodo se queda pequeño para las mujeres atletas que dominan la élite deportiva. Son miles de estrellas que brillan en el firmamento y se hacen un espacio en la maraña del infinito. Sin límites. Por eso se encuentran ocupando un lugar central en el ámbito comercial o cultural, respaldada­s por un público masivo y con lucrativos patrocinio­s que muestran su empoderami­ento.

Para el deporte femenino, la exposición sigue siendo el mayor desafío. En definitiva, todo es cuestión de datos, de audiencia.Y en eso está claro el auge con historias de éxito recientes, como la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2019, que tuvo un récord de audiencia de 1.120 millones de espectador­es en todo el mundo. De esta forma queda claro que existe un gran potencial de ingresos en los deportes femeninos, que en gran medida se ha ignorado hasta ahora.

Según un informe de Women’s Sport Trust, una organizaci­ón benéfica, y Two Circles, la agencia deportiva internacio­nal centrada en la tecnología digital, el deporte femenino podría generar solo en el Reino Unido 1.400 millones de dolares al año para 2030, pero solo si las atletas y equipos femeninos reciben mayor visibilida­d.Y como de visibilida­d trata el juego, la WSL (la Superliga femenina inglesa de fútbol) firmó su primer acuerdo financiero por sus derechos televisivo­s con el canal Sky y la BBC por seis millones de libras en marzo pasado. Sky Sports anunció que retransmit­irían al menos 35 partidos por temporada de la Superliga femenina desde 2021 hasta 2023.

En España, Mapi León, defensa del Fútbol Club Barcelona, nos cuenta como “ver a una niña o un niño con mi nombre en su camiseta es maravillos­o, porque piensas que ese niño quiere ser como yo. La sensación es muy guay: ver que donde antes ponía Puyol ahora se puede leer Mapi... Es un plus que te hace pensar que las cosas las estamos haciendo bien”.

Tal es el reflejo del cambio que se está dando en el fútbol femenino dentro de nuestras fronteras que Esther González, pichichi de la Liga Iberdrola, comenta que “hemos crecido muchísimo. Hay muchísima visibilida­d y la gente tiene la oportunida­d de verlo. Antes ni siquiera existía esto. Lo bueno es que toda la gente que nos ve al final acaba repitiendo, y eso es muy bueno. Ahora, con todas las redes sociales, notamos cómo te siguen, cómo te escriben y cómo te conocen. El camino pasa por seguir creciendo y haciendo las cosas como las estamos haciendo hasta ahora”. La granadina está feliz porque, según añade, eso se traduce también en que “cada día más marcas quieren apostar por nosotras”. “Evidenteme­nte”, continúa Mapi León, “hay una brecha salarial respecto a los hombres, pero no es nada nuevo y no podemos centrarnos en eso. Nos tenemos que centrar en que nosotras, poco a poco, sigamos consiguien­do mejores condicione­s, porque al final el esfuerzo para unos y otras es el mismo”.

OSAKA, LA MEJOR PAGADA DEL MUNDO

Yendo un poco más lejos, cruzando al otro lado del Atlántico, hemos podido ver cómo la audiencia disminuyó en casi todos los deportes masculinos importante­s este año, pero la WNBA (NBA femenina) y la NWSL (liga femenina de fútbol de EEUU) obtuvieron aumentos notables debido a una mayor exposición en las redes sociales y ofertas de retransmis­ión. La NWSL firmó con CBS y Twitch en 2020 y registró un porcentaje de aumento del 493%.

Como muestran los datos de 2021, cuanta más visibilida­d obtienen las mujeres, más audiencia lo refleja. De este modo, la rueda no para de girar y por eso las grandes marcas ven potencial en el deporte femenino y ofrecen patrocinio­s a estas atletas. Según la revista Forbes, Naomi Osaka es la atleta femenina mejor pagada del mundo, pues en 2020 percibió algo más de 34 millones de euros de patrocinad­ores de primera línea como Tag Heuer, Airbnb y Louis Vuitton. Un claro ejemplo de que el deporte femenino vende.

Misa: “Me quedo con que todos los deportes nos unimos

en contra del machismo, que se tiene que acabar ya”

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Copa del Mundo de 1970 en México, entre Brasil e Italia.
Bajo estas líneas, Nadal mira al cielo después de ganar en cuartos de final al argentino Diego Schwartzma­n, en el undécimo día del Abierto de Francia, el pasado 9 de junio.
Izd., Muhammad Ali, después de derrotar a Sonny Liston y convertirs­e en el nuevo campeón de peso pesado, en 1965. Abajo, izda., Pelé después de ganar la final de la Copa del Mundo de 1970 en México, entre Brasil e Italia. Bajo estas líneas, Nadal mira al cielo después de ganar en cuartos de final al argentino Diego Schwartzma­n, en el undécimo día del Abierto de Francia, el pasado 9 de junio.
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