Esquire (Spain)

Álex de la Iglesia

De niño era un marginado que devoraba revistas de monstruos y cómics de Mortadelo y Filemón. Menos mal que cuando creció compartió sin rencor su visión excéntrica de la vida

- Texto ANA TRASOBARES Fotografía RICKY DÁVILA

Recuerdo que en el colegio Divino Infante los chavales me rifaban para no quedarse conmigo. Y al final no

´Nunca he jugado al fútbol. jugaba porque encontraba­n a otro tan inútil como yo y nos quedábamos junto a la tapia. Así me hice amigo de todos los outsiders. Un día me dijeron que mi amigo no iba a volver más porque se lo llevaban a un colegio de niños difíciles. Y yo pensé: "Si se lo llevan a él, no tardarán en venir a por mí". Antes de irse me hizo un regalo, un Mortadelo y Filemón, Safari callejero. Y eso que en el colegio nadie hacía regalos y menos aún tan caros. Me quedé fascinado... Y cuando se marchó, parecía como si se fuera a Auschwitz. Y todo porque no jugábamos al fútbol.

Me encantaban los monstruos, sobre todo

´Tenía cuatro o cinco años cuando empecé a comprar la revista Famosos Monsters del Cine.

Drácula, el Hombre Lobo, la Momia, los extraterre­stres, los engendros absurdos de los años 50... En mi cabeza de niño, creía que todos ellos aparecían en la misma película [risas]... ¡Qué inocente!

El hombre es su propio asesino. El hombre es un lobo para el hombre [ha leído El Leviatán, obvio].

´Tengo una visión pesimista del hombre.

Y no soy pesimista, solo es una visión realista de las cosas. Me gusta que mi cine lo refleje, y que tenga ese sustrato terrorífic­o del que luego parte la risa. Porque el humor es la mejor forma de enfrentars­e a lo espantoso de la vida.

Hago verdaderos esfuerzos, pero luego circunstan­cialmente ese día sale mal

´Yo creo que sí sé cocinar, pero me temo que no sé [risas].

y no me luzco. Lo intento otro día, y tampoco. No es una cuestión de perfeccion­ismo, sino de torpeza. Mi obsesión es hacer unas alubias de Tolosa cremosas, bien hechas, sin nada, o con todo, pero que no se vea más que la alubia negra en su punto. Sé que no llegará el día.

Es algo que podría haber fomentado y

´Me arrepiento de no haber mantenido un contacto más estrecho con Fernando Fernán-Gómez.

se me escapó. Me lo presentó Sancho Gracia y fue un día maravillos­o, con una conversaci­ón increíble. Era un tío tremendame­nte lúcido, y no solo por lo que escribía y hacía, sino también en el trato. Era delicioso hablar con él. Su voz, su poderío... Era el mejor.

Que mi padre me dijera que no podía verla me motivó. Entonces me escondí y me quedé

´Mi primera película de terror fue King Kong.

viéndola desde el quicio de la puerta, con la televisión esquinada. Verla de aquella manera me dio siete veces más miedo.

Salir a trabajar por sus calles y puentes ha sido una gozada, pero ´Rodar Veneciafre­nia en Venecia ha sido una maravilla y una locura. muy complicado. A primera vista es una peli de terror para adolescent­es, medio slasher medio giallo, pero también es una historia disfrazada de historias porque Venecia también es muy siniestra. Detrás de esas mascaritas maravillos­as de porcelana con su lagrimita hay ratas, angustia, podredumbr­e... es casi un cadáver. Pero un cadáver exquisito que tapamos para que los turistas puedan, podamos, ir.

Carol, mi mujer [la actriz Carolina Bang], es fanática de las comedias de Louis de Funès. Nos encanta verlas

´Adoro las comedias tontas.

juntos. Él es el mayor representa­nte de la comedia blanca sin mensaje. Aunque, pensándolo mejor, es imposible que no tenga mensaje. Las películas siempre dicen algo, incluso por negación. Es más, el hecho de no tener mensaje ya es un mensaje, así que volveré a revisarlas [risas].

Construimo­s un falso circo del que costaba mucho

´El día más bestia de mi vida ocurrió durante el rodaje de Balada triste de trompeta.

salir, y allí estábamos el león, el elefante, los monos, el burro y yo, con el combo de dos monitores con el que rodábamos. Me pusieron al lado del león y este empezó a rugir. Fue subiendo de tono hasta que dejé de escuchar lo que decían los actores, y después se fueron animando los demás animales. El colmo fue, atención a esto, cuando el elefante se enamoró del burro. Fue un enamoramie­nto tan bestia que casi le mata. Los separamos enseguida, claro. Fue espantoso. Y cuando ya los habíamos separado, yo también me fui por si el próximo era yo [risas].

y lo que me queda es la constataci­ón de una somera ignorancia. No he leído a Kant en alemán, ni conozco la

´Estudié Filosofía en Deusto

dialéctica de Hegel, pero sí he leído un montón de resúmenes y solapas de libros. Soy un ejemplo de letrado de mentiras o iletrado de verdad [risas]. Al menos tengo la decencia de decirlo. ¿Qué leer en estos tiempos rarunos? Séneca, Cioran... Este es tan negativo que sube el ánimo.

Es más aventura que terror, como si el enredo se hubiera

´La segunda temporada de 30 monedas será más loca que la anterior.

internacio­nalizado. La gente del pueblo está en un psiquiátri­co y ¿el padre Vergara?... Habrá que esperar a 2023.

No te vas a poner chulo una vez que has muerto, ¿no?

´“Hizo lo que pudo”, ese sería mi epitafio.

´Soy un ejemplo de letrado de mentiras o iletrado de verdad [risas]. Al menos tengo la decencia de decirlo”

 ?? ?? El cineasta vasco, en 2001, durante el rodaje de su película 800 balas.
El cineasta vasco, en 2001, durante el rodaje de su película 800 balas.

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