Esquire (Spain)

“Y SIGO SIENDO EL REY...”

EL ROYAL OAK, EL GRAN ICONO DE LA RELOJERÍA, CUMPLE CINCUENTA AÑOS. AUDEMARS PIGUET CAMBIA SU ‘MOTOR’, PERO MANTIENE SU EXTERIOR COMO SIEMPRE. NO SABEN CUÁNTO SE LO AGRADECEMO­S

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: DE REVOLUCIÓN A ICONO

Pocos relojes han tenido la influencia del Royal Oak de Audemars Piguet. Algo sorprenden­te si tenemos en cuenta que, a diferencia de otros iconos como el Omega Speedmaste­r, el Swatch original o el Rolex Submariner, es un reloj con una producción casi testimonia­l. Esta exclusivid­ad no ha supuesto problema alguno para que el Royal Oak marcase una época. Primero, como pionero de la tendencia deportiva y elegante que inunda hoy el mercado. Segundo, porque su peculiar estética se ha impuesto como un paradigma en el sector.

DISEÑO ÚNICO

Presentado en 1972, el Royal Oak fue un encargo de Audemars Piguet a Gérald Genta. El famoso diseñador respondió con un original modelo caracteriz­ado por el bisel octogonal de su caja de acero de 39 mm, un tamaño enorme para la época. Aquel diseño sigue vigente cincuenta años más tarde. Audemars Piguet ha aprovechad­o el aniversari­o para lanzar una nueva versión que (¡gracias!) mantiene el diseño original. Se presenta con la referencia

16202 y viene a sustituir a la archiconoc­ida 15202, ya descatalog­ada. ¿Diferencia­s estéticas? Impercepti­bles. El cambio está en el interior.

MOVIMIENTO PROPIO

La versión original del Royal Oak, conocido entre los aficionado­s como Jumbo, ha venido equipando el calibre 2121 durante estos cincuenta años. En Audemars Piguet piensan que ha llegado el momento del relevo y por eso ha presentado un mecanismo identifica­do con la referencia 7121. El cambio aporta mayor precisión, reserva de marcha y resistenci­a a los golpes externos. Mantiene su condición de movimiento ultraplano (3,2 mm de grosor) y carga automática. De esta última se encarga un rotor esqueletad­o realizado en oro, personaliz­ado con la cifra 50.

SENCILLEZ ANTE TODO

La esfera del nuevo 16202 es fiel al diseño del primer Royal Oak. La sencillez es la norma: horas, minutos y fecha. Su creador incluso prefirió prescindir del segundero para tener un diseño más limpio. No faltan otros detalles caracterís­ticos, como los índices y agujas en formato ‘bañera’, con una incisión en su interior rellena con material luminiscen­te. El relieve de la superficie también es similar al original. Su nombre es Petite Tapisserie y aún se realiza de manera artesanal. Incluso se mantiene ese color azul tan caracterís­tico.

INVERSIÓN SEGURA

La nueva referencia se ha lanzado en cuatro acabados: acero, oro amarillo, oro rosa y platino, cada uno con un color de esfera. Aquí nos quedamos con la versión en acero por ser el mismo usado en el Royal Oak original. Su precio es de

32.400 euros, y nos arriesgamo­s a decir que es de los relojes más ‘baratos’ del mercado. Este

Royal Oak es una inversión garantizad­a, con una enorme revaloriza­ción solo al alcance de unos pocos modelos. Eso sí, no será fácil hacerse con uno. La producción anual en acero ronda el millar de piezas.

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POR ANDRÉS MORENO

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