EL ÚLTIMO GRAN PREMIO DE ALONSO
BELL & ROSS NOS DEMUESTRA UN AÑO MÁS SU AMOR POR LA FÓRMULA 1 CON ESTA EDICIÓN CONCEBIDA CON SUS SOCIOS DEL EQUIPO ALPINE, LA MÁS DISCRETA Y ELEGANTE DE LAS REALIZADAS HASTA LA FECHA
Se ha hecho esperar, pero ya tenemos entre nosotros la edición de esta temporada de la colaboración entre Bell & Ross y la escudería Alpine de Fórmula 1, una pieza muy especial para el público español porque supone la despedida del equipo francés de Fernando Alonso, que pasará a correr la próxima temporada en Aston Martin.
Aunque Bell & Ross siempre ha sido conocida por sus relojes de aviación, desde hace años era evidente el interés de la firma por expandir su campo de acción a otros segmentos del mercado.
Y descubrieron que no había mejor escaparate que la Fórmula 1, con su combinación de glamour y alta tecnología, sin olvidar su extraordinaria repercusión mediática en todo el mundo.
Era un esfuerzo enorme para una firma tan pequeña y exclusiva, pero sus responsables encontraron la oportunidad perfecta cuando en el año 2016 se convirtieron en colaboradores del equipo Renault F1, con el que comparte el mismo origen francés (eso sí, hay que tener en cuenta todos los relojes de Bell & Ross se fabrican en Suiza).
Desde entonces, la firma ha mantenido la costumbre de presentar cada temporada una edición limitada inspirada en el equipo Renault y, desde el año pasado, su evolución: Alpine F1. Las ediciones se basan en algunas de las referencias más conocidas de Bell & Ross, aunque adaptadas al espíritu de la escudería. Aquí ya entra en juego la habilidad de Bruno Belamich, director creativo y fundador de Bell & Ross, para hacer cada temporada un reloj que sepa transmitir la emoción de la Fórmula 1 y que resulte lo suficientemente diferente de anteriores entregas. Claro que después de media docena de versiones, la tarea es cada vez más difícil.
Con el cambio del amarillo de Renault al azul de Alpine, esta serie de ediciones especiales gana discreción, algo que se nota mucho más en el BR 03-92 A522, modelo reducido a la más pura esencia relojera en el que llega a desaparecer el cronógrafo para limitarse a las funciones básicas. Las referencias a Alpine son de lo más sutiles: el realce azul que bordea la esfera, el segundero en el mismo color con un contrapeso con el logo de Alpine o los índices horarios que tanto recuerdan a los cuentarrevoluciones de los antiguos monoplazas.
Hecho en cerámica negra, el BR 03-92 A522 tiene un diámetro de 42 mm, con una hermeticidad de 100 m y movimiento automático. Al igual que las anteriores entregas, el reloj se lanza en edición limitada: 999 piezas a un precio de 4.300 euros.