COMO UN COHETE
POCAS FIRMAS POSEEN EL DOMINIO TECNOLÓGICO DE OMEGA. SOLO ELLA ES CAPAZ DE REPRODUCIR LA SUPERFICIE LUNAR EN LA MAQUINARIA E INCLUIR UN MINÚSCULO COHETE EN SU SEGUNDERO
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Dark Side of the Moon, además de ser el disco más famoso de Pink
Floyd (si los conoces, es que eres tan viejo como yo), es el nombre de uno de los Speedmaster más famosos de cuántos ha sacado Omega. Y no es tarea fácil competir con el icónico
Moonwatch Professional, el legítimo heredero del reloj que llegó a la Luna en 1969.
Pero en estos años en el mercado (el Dark Side of the
Moon salió en 2018) se ha ganado el interés de los aficionados por su espectacular acabado en negro, conseguido gracias al uso de la cerámica para la fabricación de la caja. El Dark Side of the Moon tiene su origen en la misión espacial
Apolo 8, realizada en 1968 y que pasó a la historia por ser la primera que orbitó alrededor de la Luna y, por tanto, logró ver su cara oculta, algo imposible de hacer desde la Tierra a causa de la rotación del satélite. Omega celebró el cuadragésimo aniversario de esta aventura con este reloj negro y esfera abierta que permitía ver algunos de los componentes de su movimiento. Esta nueva versión conserva esa impactante imagen del modelo de hace seis años, aunque aporta detalles técnicos interesantes que seguro disfrutarán los amantes del Speedmaster.
Comencemos por el llamativo. ¿Te has fijado en el contador de segundos que está justo al lado del índice de las 9 horas? Es el mismo Saturn V usado en la misión Apolo 8. Esta aguja de segundos está fabricada con ligerísimo titanio, torneada con láser y pintada con esmalte blanco. La precisión del trabajo es tanta que incluso se pueden leer las siglas USA en las faldas del cohete. Hace años hubiera sido imposible fabricar un segundero así, sin contar con la tecnología actual. Tampoco se podría haber realizado el relieve hiperrealista que cubre las caras del movimiento y donde se recrean las superficies de ambos lados de la Luna. Metidos en la cuestión mecánica, también hay novedades en este apartado. El movimiento usado es el 3869, la versión ‘oculta’ del famoso calibre manual de Speedmaster, aunque ya actualizado con el escape Co-Axial, volante de silicio y certificado Master Chronometer. La caja tiene un diámetro de 44,25 milímetros y, como hemos dicho antes, está fabricada en cerámica. Como curiosidad, la escala taquimétrica del bisel pasa a estar elaborada con esmalte blanco, cuando en la versión anterior era luminiscente. Un detalle que interesará a los aficionados de la colección. El precio de este nuevo Apolo 8 es de 15.800 euros.
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La ligereza es un valor cada vez más apreciado en la sociedad. Nos gusta que nuestro
abrigo pese poco, también el móvil o la mochila. Los relojes no son una excepción. La introducción de nuevos materiales como el carbono o el titanio permite la fabricación de modelos cada vez más ligeros. Por esta razón, es una buena noticia que Zenith haya decidido lanzar el Chronomaster Sport, su reloj deportivo estrella, en titanio. La mejora es considerable: el titanio es un 30% más ligero que el acero, algo que se nota con solo ponerse el reloj en la muñeca. Según nos comentan desde la propia firma, el Chronomaster Sport en acero tiene un peso de 150 gramos, mientras la versión en titanio desciende hasta los 105 gramos. Además, este metal es hipoalergénico e inoxidable, así que son todo ventajas al apostar por él.
Pero la reducción de peso no es el único atractivo de este nuevo Chronomaster Sport. Las versiones realizadas hasta ahora de este modelo, disponibles en oro y acero, destacaban por la combinación de colores, ya fueran con el bisel de cerámica (este mismo Chronomaster Sport acaba de presentarse en verde) o el característico acabado tricolor de los contadores de la esfera. En su lugar, la versión titanio apuesta por un aspecto monocromo que le va perfecto al reloj. Tanto que no nos extrañaría que pronto se convirtiera en la referencia preferida de toda la colección.
Por supuesto, si hablamos de Zenith es imprescindible hacerlo de sus mecanismos. El Chronomaster Sport equipa la tercera generación del calibre El Primero. Este movimiento, lanzado originalmente en 1969, tiene la capacidad de medir tiempos con una precisión de una décima de segundo gracias a su frecuencia de funcionamiento de 36.000 alternancias a la hora. Esta capacidad técnica aparece reflejada en un segundero de cronógrafo que completa una vuelta a la esfera en apenas 10 segundos. Los tiempos de cronometraje son fácilmente legibles en la escala del bisel, mientras la medición habitual de 60 segundos aparece en el contador junto al índice de las 3 horas y la de 60 minutos en el inferior, en la posición de las 6 horas. El acabado del movimiento es visible a través del cristal de zafiro que cubre el fondo de la caja. El Chronomaster Sport de titanio se presenta en dos versiones. La primera es con el brazalete también metálico, con un precio de 12.300 euros. La segunda opta por el nuevo brazalete de caucho integrado en la forma de la caja que se acaba de incorporar este año a la colección. Su precio baja un poco: 11.800 euros.