Esquire (Spain)

COMO UN COHETE

POCAS FIRMAS POSEEN EL DOMINIO TECNOLÓGIC­O DE OMEGA. SOLO ELLA ES CAPAZ DE REPRODUCIR LA SUPERFICIE LUNAR EN LA MAQUINARIA E INCLUIR UN MINÚSCULO COHETE EN SU SEGUNDERO

- POR ANDRÉS MORENO

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Dark Side of the Moon, además de ser el disco más famoso de Pink

Floyd (si los conoces, es que eres tan viejo como yo), es el nombre de uno de los Speedmaste­r más famosos de cuántos ha sacado Omega. Y no es tarea fácil competir con el icónico

Moonwatch Profession­al, el legítimo heredero del reloj que llegó a la Luna en 1969.

Pero en estos años en el mercado (el Dark Side of the

Moon salió en 2018) se ha ganado el interés de los aficionado­s por su espectacul­ar acabado en negro, conseguido gracias al uso de la cerámica para la fabricació­n de la caja. El Dark Side of the Moon tiene su origen en la misión espacial

Apolo 8, realizada en 1968 y que pasó a la historia por ser la primera que orbitó alrededor de la Luna y, por tanto, logró ver su cara oculta, algo imposible de hacer desde la Tierra a causa de la rotación del satélite. Omega celebró el cuadragési­mo aniversari­o de esta aventura con este reloj negro y esfera abierta que permitía ver algunos de los componente­s de su movimiento. Esta nueva versión conserva esa impactante imagen del modelo de hace seis años, aunque aporta detalles técnicos interesant­es que seguro disfrutará­n los amantes del Speedmaste­r.

Comencemos por el llamativo. ¿Te has fijado en el contador de segundos que está justo al lado del índice de las 9 horas? Es el mismo Saturn V usado en la misión Apolo 8. Esta aguja de segundos está fabricada con ligerísimo titanio, torneada con láser y pintada con esmalte blanco. La precisión del trabajo es tanta que incluso se pueden leer las siglas USA en las faldas del cohete. Hace años hubiera sido imposible fabricar un segundero así, sin contar con la tecnología actual. Tampoco se podría haber realizado el relieve hiperreali­sta que cubre las caras del movimiento y donde se recrean las superficie­s de ambos lados de la Luna. Metidos en la cuestión mecánica, también hay novedades en este apartado. El movimiento usado es el 3869, la versión ‘oculta’ del famoso calibre manual de Speedmaste­r, aunque ya actualizad­o con el escape Co-Axial, volante de silicio y certificad­o Master Chronomete­r. La caja tiene un diámetro de 44,25 milímetros y, como hemos dicho antes, está fabricada en cerámica. Como curiosidad, la escala taquimétri­ca del bisel pasa a estar elaborada con esmalte blanco, cuando en la versión anterior era luminiscen­te. Un detalle que interesará a los aficionado­s de la colección. El precio de este nuevo Apolo 8 es de 15.800 euros.

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La ligereza es un valor cada vez más apreciado en la sociedad. Nos gusta que nuestro

abrigo pese poco, también el móvil o la mochila. Los relojes no son una excepción. La introducci­ón de nuevos materiales como el carbono o el titanio permite la fabricació­n de modelos cada vez más ligeros. Por esta razón, es una buena noticia que Zenith haya decidido lanzar el Chronomast­er Sport, su reloj deportivo estrella, en titanio. La mejora es considerab­le: el titanio es un 30% más ligero que el acero, algo que se nota con solo ponerse el reloj en la muñeca. Según nos comentan desde la propia firma, el Chronomast­er Sport en acero tiene un peso de 150 gramos, mientras la versión en titanio desciende hasta los 105 gramos. Además, este metal es hipoalergé­nico e inoxidable, así que son todo ventajas al apostar por él.

Pero la reducción de peso no es el único atractivo de este nuevo Chronomast­er Sport. Las versiones realizadas hasta ahora de este modelo, disponible­s en oro y acero, destacaban por la combinació­n de colores, ya fueran con el bisel de cerámica (este mismo Chronomast­er Sport acaba de presentars­e en verde) o el caracterís­tico acabado tricolor de los contadores de la esfera. En su lugar, la versión titanio apuesta por un aspecto monocromo que le va perfecto al reloj. Tanto que no nos extrañaría que pronto se convirtier­a en la referencia preferida de toda la colección.

Por supuesto, si hablamos de Zenith es imprescind­ible hacerlo de sus mecanismos. El Chronomast­er Sport equipa la tercera generación del calibre El Primero. Este movimiento, lanzado originalme­nte en 1969, tiene la capacidad de medir tiempos con una precisión de una décima de segundo gracias a su frecuencia de funcionami­ento de 36.000 alternanci­as a la hora. Esta capacidad técnica aparece reflejada en un segundero de cronógrafo que completa una vuelta a la esfera en apenas 10 segundos. Los tiempos de cronometra­je son fácilmente legibles en la escala del bisel, mientras la medición habitual de 60 segundos aparece en el contador junto al índice de las 3 horas y la de 60 minutos en el inferior, en la posición de las 6 horas. El acabado del movimiento es visible a través del cristal de zafiro que cubre el fondo de la caja. El Chronomast­er Sport de titanio se presenta en dos versiones. La primera es con el brazalete también metálico, con un precio de 12.300 euros. La segunda opta por el nuevo brazalete de caucho integrado en la forma de la caja que se acaba de incorporar este año a la colección. Su precio baja un poco: 11.800 euros.

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El Dark Side of the Moon nos
ofrece una imagen muy diferente del famoso Omega Speedmaste­r. La nueva versión
aprovecha las nuevas tecnología­s para mejorar su acabado. En el frontal vemos la cara visible de la Luna, realizada en aluminio anodizado y grabada con láser.
El lado oculto aparece reproducid­o en el fondo del
movimiento.
LAS DOS CARAS El Dark Side of the Moon nos ofrece una imagen muy diferente del famoso Omega Speedmaste­r. La nueva versión aprovecha las nuevas tecnología­s para mejorar su acabado. En el frontal vemos la cara visible de la Luna, realizada en aluminio anodizado y grabada con láser. El lado oculto aparece reproducid­o en el fondo del movimiento.
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