Algeciras llora la muerte de Mercedes Morillo, dueña de La Alicantina
Fallece Mercedes Morillo González, la empresaria que convirtió a La Alicantina en un referente de Algeciras durante más de medio siglo
“Solo falté al trabajo las dos veces que he dado a luz”. La frase resume a la perfección el cariño y la constancia que Mercedes Morillo González le puso toda su vida a convertir La Alicantina en uno de los negocios de más solera, quizás en el más acogedor, de Algeciras. Hace 63 años que la tienda era la catedral de los golosos del Campo de Gibraltar y esta algecireña de adopción, nacida en la sevillana calle Jesús del Gran Poder, la maestra de ceremonias que te guiaba por un mundo interminable de dulces, helados y caramelos. Mercedes Morillo González falleció ayer a los 87 años. Detrás deja unos hijos dedicados a continuar su legado y una legión de devotos de La Alicantina.
Desde las 19:00 de ayer la familia vela el cuerpo en el tanatorio de Los Pinos. Hoy, a las 14:00, en la iglesia de La Palma, se celebrará una misa por su alma.
Entre turrones, helados, mantecados, caramelos, frutos secos y chocolates, Mercedes y su marido, Luis López (fallecido el 24 de noviembre de 2016) criaron a sus hijos (Mercedes, José Luis y Francisco) mientras les transmitían el respeto por la clientela y la calidad de sus productos.
Mercedes Morillo fue nombrada Empresaria del Año en 2012 en Algeciras y en 2005 la Asociación de Mujeres Empresarias, Profesionales y Directivas del Campo de Gibraltar (Amecg) también la galardonó. Cuando se le preguntaba por sus reconocimientos, ella tenía clara la dedicatoria: “A todo el que entra por esa puerta”, decía, siempre con una amplia sonrisa.
En el año 1950, Luis López Miquel se estableció en Algeciras montando en la Plaza Alta un quiosco de helados y horchatas al que llamó La Alicantina en homenaje a su tierra. Fue dos años mas tarde cuando junto con su mujer, Mercedes, abrió el primer local, situado en el número 6 de la calle General Castaños, que fue ampliado en el año 1983 después de que adquirieran la finca contigua. Ahí sigue hasta nuestros días.
“Solo falté al trabajo las dos veces que he dado a luz”, decía esta algecireña de adopción