Susana Díaz contra los “vendedores de ruina”
La candidata socialista se sirve de la socarronería para criticar a sus adversarios y exige una campaña con “acento andaluz”
Susana Díaz no quiere “cenizos” ni “vendedores de ruina”. “Que se marchen con su tristeza”, espetó ayer en Alcalá de Guadaíra. Quiere encarnar “la ilusión” y no se inmuta cuando la critican desde la oposición. “No ofende quien quiere si no quien puede”, aseguró. La candidata socialista a las elecciones del 2 de diciembre hace oídos sordos cuando PP, Ciudadanos y Adelante Andalucía explican, una y otra vez, que no insultan a Andalucía, sino a su gestión. ¿Su respuesta? “Les sienta mal lo que es bueno para Andalucía”.
Lo que es bueno para Andalucía, explicó, es el plan aprobado ayer por el Gobierno para el Campo de Gibraltar, entre infraestructuras, planes de empleo y refuerzos a las fuerzas de seguridad. También son buenos los implantes cocleares gratuitos para los niños sordos y el sistema de parches f lash para los diabéticos, ambas medidas implantadas en los últimos meses por el Ejecutivo que preside Díaz.
Todas esas iniciativas fueron desglosadas ayer por la candidata socialista, que, como el jueves en Granada, centró su intervención en los logros de su gestión. No olvidó una de sus propuestas estrella, la bonificación del 99% del precio de las matrículas para los universitarios que aprueben las asignaturas a la primera.
“Igual vale aquí el menú baratito que la matrícula de Medicina”, ironizó Susana Díaz para recordar a los 800 simpatizantes que fueron ayer a Alcalá la visita que hicieron Pablo Casado y Juanma Moreno hace un par de semanas a un McDonalds. Se atrevió, incluso, a recomendarle al presidente del PP un bar con solera en su barrio.
El dardo estaba justificado. Casado dedicó la mañana a pasear por el mercado de Triana. No es el que queda más cerca del domicilio de la presidenta, pero es el epicentro de su barrio. “Parece que es él quien se enfrenta conmigo”, espetó, sin nombrar al líder popular. Tampoco nombró a Moreno cuando le afeó su decisión de acudir a un notario para dejar más que claro que no piensa pactar con Susana Díaz a partir del 3 de diciembre. “Hay, lo menos, ocho o diez dando vueltas por Andalucía dedicándose a pelearse conmigo” recordó la secretaria general del PSOE andaluz, que rehúye la bronca, pero se vale de la socarronería para criticar a sus adversarios. A pesar de que es “más sosa que graciosa”.
En general, Díaz evita aludir de forma expresa al resto de candidatos, que según la mayoría de las encuestas están peleando por ser la segunda fuerza y deshacer su triple empate. Tampoco se acordó del nombre del senador popular Luis Aznar, quien habló de su “gracejo” durante la comparecencia de la dirigente socialista en el Senado para hablar de corrupción. “No es gracejo, es mi acento, el que heredé de mis padres y del que estoy orgullosa”, sentenció.
El mensaje está claro. Es el mismo que justificó, a primeros de octubre, la convocatoria electoral. “Las elecciones se van a celebrar con acento andaluz”, aseguró Díaz para contestar, de nuevo, a Pablo Casado, que ha dicho esta semana que los comicios del 2 de diciembre serán la primera vuelta de las generales. “Cuando estén aquí que hablen bien de Andalucía”, exigió antes de recordar que las urnas se pondrán “48 horas antes” del 40 aniversario de la firma del Pacto de Antequera.
“El PSOE es el partido de esta tierra”. Un partido, explicó, “de banda ancha”, porque cabe un catedrático de la Materia Condensada –Antonio Ramírez de Arellano– y “el último fontanero”. Y esta vez no se acordó de su padre. “Estoy segura de que vamos a ganar”. Pero les pidió compromiso a sus fieles. “Que no se relaje nadie”. No todas las encuestas van a ser tan halagüeñas como la del CIS.
Susana Díaz Candidata del PSOE Igual vale aquí el menú baratito [de McDonalds] que la matrícula de Medicina”