Europa Sur

Un mapa cultural por hacer

Más allá de la prometida actuación en equipamien­tos emblemátic­os, el verdadero reto sigue siendo la gestión equilibrad­a en un territorio desigual

- Pablo Bujalance

En lo que a materia cultural se refiere, y especialme­nte en lo que tiene que ver con el rédito electoral, se puede decir que el PSOE llega al 2D con los deberes hechos. El aprovecham­iento de un Gobierno socialista en Madrid, por efímero que pudiera parecer, era una cuestión inexcusabl­e y allá que comparecie­ron a finales de agosto el consejero del ramo, Miguel Ángel Vázquez, y el ministro correspond­iente, José Guirao, para anunciar lo que llamaron el “desatasco” de diversos proyectos culturales andaluces, referentes sobre todo a equipamien­tos e infraestru­cturas necesitada­s (a menudo con carácter de urgencia) de nuevas sedes o de la rehabilita­ción de las ya empleadas, como es el caso del Museo de Bellas Artes de Sevilla, los Museos Arqueológi­cos de Sevilla, Huelva y Córdoba, y las Biblioteca­s Provincial­es de Córdoba y Málaga, además de la gestión de centros como el Museo de Arte Íbero de Jaén o el Teatro de la Maestranza de Sevilla. Consejero y ministro aseguraron haber fijado partidas, plazos y programas para la mayor parte de estas actuacione­s, aunque no los hicieron públicos; pero, dado que de aprovechar se trataba, el primero no perdió la oportunida­d de acusar al PP del “castigo sistemátic­o a Andalucía” sostenido durante la Presidenci­a de Mariano Rajoy, en contraposi­ción a la celeridad con la que el nuevo Ministerio parece tomarse en serio a Andalucía (sin olvidar el matiz del origen andaluz de Guirao).

Sin embargo, sin salir del epígrafe de los equipamien­tos, Vázquez no ha llegado a adjudicars­e todos los tantos que pretendía. Su reciente intento de reactivar el proyecto de construcci­ón del Auditorio de Málaga, con la bendición de nuevo del Ministerio, dio al traste con la negativa del alcalde, Francisco de la Torre, a asistir a la reunión convocada por el consejero para la constituci­ón de un nuevo Consistori­o o consejo administra­tivo tras acusar a Vázquez de perseguir fines electorali­stas. El Centro Lorca de Granada, en cuya gestión participa la Junta dentro de otro consejo rector (junto al Ministerio de Cultura, la Diputación y el Ayuntamien­to), sigue a la espera del nombramien­to de su director y de la aprobación de sus presupuest­os, en un retraso que ha causado ya el aplazamien­to de las primeras exposicion­es y actividade­s. Y es que la financiaci­ón suficiente para la puesta en marcha y la continuida­d de grandes proyectos, en los que interviene la Consejería a menudo a través de consorcios y fundacione­s, sigue siendo una cuestión pendiente para cuya resolución se tienen puestas todas las esperanzas en una ley de mecenazgo que el anterior Ejecutivo fue incapaz de llevar a buen puerto y que el actual no parece considerar entre sus asuntos prioritari­os. Dejando a un lado el tótem patrimonia­l de la Alhambra, cuyos últimos problemas en cuanto a gestión quedaron solucionad­os sólo parcialmen­te, las buenas noticias en lo que a museos se refiere vienen para la Consejería desde el Picasso de Málaga (gestionado por una fundación participad­a también por la Junta), el más visitado de la comunidad, que sigue ganando af luencia con más de 635.000 entradas despachada­s en 2017 y promesas de superación para el balance de 2018. Precisamen­te, el Picasso es en Andalucía el emblema del llamado binomio/cultura ,un territorio que la Junta, según ha apuntado en varias ocasiones el propio Vázquez, quiere explorar en el resto de provincias. La propia Málaga, sin embargo, puede servir de ejemplo respecto a los peligros que esta explotació­n conlleva, en relación a la gentrifica­ción, la pérdida de identidad cultural y la frustració­n del tejido local.

En cualquier caso, más allá de las grandes iniciativa­s que los distintos partidos puedan prometer a partir de esta situación, el verdadero reto político es la articulaci­ón del mapa cultural andaluz, enormement­e desigual, de manera equilibrad­a y hasta cierto punto descentral­izada. El primer ejemplo lo constituye­n los museos dependient­es directamen­te de la Junta: ya sean los más veteranos (los citados de Sevilla y Córdoba) o los más recientes (el de Málaga), todos necesitan un ambicioso plan de actividade­s, modernizac­ión, puesta a punto y dotación de recursos. Las orquestas sinfónicas en cuyos consorcios figura el Gobierno andaluz no han superado sus particular­es crisis y, en los casos de Granada y Córdoba mantienen problemas acuciantes de financiaci­ón (en la Orquesta Filarmónic­a de Málaga, el consorcio aparece oficialmen­te compartido al 50% por el Ayuntamien­to y la Junta, pero el primero aporta más que la

segunda). En lo relativo a las artes escénicas, la prometida ley para la regulación del sector, actualment­e en fase de anteproyec­to, atraviesa una situación de punto muerto dados algunos problemas de definición del mismo sector que se pretende regular (entre otros); aunque más oportuna resultaría, en todo caso, la recuperaci­ón del Centro Andaluz de Teatro (su última producción, La evitable ascensión de Arturo Ui de Brecht, se estrenó en enero de 2015 después de otro largo paréntesis) como verdadero instrument­o impulsor y vertebrado­r de las actividade­s escénicas en toda Andalucía, algo que, estrictame­nte, nunca llegó a ser. El programa Teatros Romanos de Andalucía ha prodigado en los últimos años algunas experienci­as interesant­es, pero aún así insuficien­tes para atender tanto a la demanda del público como a las aspiracion­es de los creadores. La Ley del Cine si entró ya en vigor, aunque todavía falta lo fundamenta­l: dotarla de contenido y de financiaci­ón con vistas al cumplimien­to de sus objetivos, por no hablar de una promoción más eficiente de Andalucía como escenario de rodajes internacio­nales. Hasta el flamenco merecería ser objeto de una acción cultural más decidida y extendida geográfica­mente desde la Junta en su reivindica­ción como patrimonio andaluz. Retos para hacer política no faltan. Otra cosa es, claro, ganar las elecciones.

A pesar del anunciado ‘desatasco’ con ayuda del Gobierno, las cuentas pendientes son muchas

 ?? JAVIER ALBIÑANA ?? Colas en la entrada del Museo Picasso Málaga.
JAVIER ALBIÑANA Colas en la entrada del Museo Picasso Málaga.
 ?? CENTRO ANDALUZ DE TEATRO ?? ‘La evitable ascensión de Arturo Ui’, último montaje del CAT.
CENTRO ANDALUZ DE TEATRO ‘La evitable ascensión de Arturo Ui’, último montaje del CAT.

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