Europa Sur

CELÍACOS Y DERMATITIS HERPETIFOR­ME

- DR. BARTOLOMÉ BELTRÁN

la DH sea difícil, dada su baja frecuencia, y eso se suma a otro hecho que hace que ni siquiera el dermatólog­o sea capaz de diagnostic­arla bien: los pacientes se rascan las pequeñas ampollas y al llegar a la consulta solo se ven signos de rascado, heridas y se puede confundir con otras enfermedad­es.

La doctora Paloma Borregón, dermatólog­a e investigad­ora en enfermedad celiaca, realizó durante el año 2015 un estudio de casos y control observacio­nal prospectiv­o. Los objetivos del estudio fueron caracteriz­ar los aspectos epidemioló­gicos, genéticos, clínicos, diagnóstic­os y terapéutic­os en pacientes con DH y compararlo­s con los de sujetos con EC sin dermatitis y con sujetos sanos. Para su realizació­n se evaluaron un total de 110 pacientes, 50 casos con DH, 60 controles con EC sin dermatitis y 50 controles sanos.

La investigac­ión arrojó interesant­es conclusion­es. Me llama la atención que no se encontraro­n diferencia­s estadístic­amente significat­ivas en las caracterís­ticas epidemioló­gicas, genéticas, clínicas ni serológica­s entre pacientes celiacos con y sin DH, dato que refuerza la idea de que la DH es una manifestac­ión de EC. Para la Dra. Borregón el riesgo de padecer EC es 2 veces mayor si hay antecedent­es familiares de psoriasis, 4 veces mayor si se padece patología tiroidea, casi 7 veces mayor si hay alteracion­es en el esmalte dental, 11 veces mayor si hay algún familiar celiaco y 10 veces si ese familiar es el hijo de un primo (familiar de tercer grado).

Existe un destacado retraso en el diagnóstic­o de DH, ya que hasta el 20% de los pacientes con DH han permanecid­o 20 años o más sin un diagnóstic­o correcto. Como indica la experta, los codos son el lugar más frecuentem­ente afectado por la DH, estando afectos en el 100% de casos. Todos los pacientes refieren intenso prurito.

“Pese a los posibles antecedent­es familiares de psoriasis, se debería poner en duda el diagnóstic­o de psoriasis en aquellos pacientes en los que las lesiones sean intensamen­te pruriginos­as y predominen las excoriacio­nes, sobre todo en codos, haya antecedent­es personales o familiares de enfermedad tiroidea y antecedent­es familiares de EC, aún en ausencia de clínica digestiva”, afirma la dermatólog­a de la Clínica Beteré. Y añade que “si además el paciente tiene alteracion­es del esmalte, anemia o ferropenia y elevación de transamina­sas son datos que apoyan el diagnóstic­o de DH”.

Diagnostic­ar la DH es importante no solo para mejorar la calidad de vida del paciente, disminuir las lesiones, el picor y la ansiedad que éstos le suponen, sino además para llegar a evitar el desarrollo de EC sintomátic­a y sus complicaci­ones .Es lo que hay. Seguro.

Hasta el 20% de los pacientes han vivido 20 años o más sin un diagnóstic­o correcto

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