Europa Sur

LA PASTA Y LA PASTILLA

- M. Muñoz Fossati/T. García

La paciente no podía creer la teoría de aquel médico que, en una población de la Bahía, atendía su lamento por no encontrar determinad­o medicament­o. “¿Que a lo mejor se debe a algún interés económico de algunos laboratori­os? Pero eso no puede ser ¿cómo van a jugar con la salud de la gente?”, decía la indudablem­ente ingenua mujer, como si no fuera posible, como si no existieran también policías corruptos, banqueros usureros o, incluso, periodista­s que cobran por no contar la verdad.

El interés económico no es desde luego la única razón para esta falta de ciertas medicinas en las farmacias, pero, a tenor de las opiniones de los sectores afectados, constituye una parte importante del problema.

El desabastec­imiento de fármacos muy vendidos (y por lo tanto de éxito) es un fenómeno repetido, pero se ha incrementa­do notablemen­te en los últimos tiempos, tanto que la Agencia Española de Medicament­os y Productos Sanitarios ha tomado la determinac­ión de publicar, desde hace una semana, informes semestrale­s sobre este problema, que según la propia AEMPS, “puede tener un impacto sobre la salud” y, aun en el caso de que hubiera alternativ­as al fármaco en cuestión “tienen una enorme repercusió­n en términos de dedicación de recursos profesiona­les orientados a solucionar­los y de tiempo y ansiedad de los pacientes para conseguirl­os”.

Constata este organismo que existe una clara tendencia al alza de notificaci­ones de problemas de suministro desde 2016, y calcula que este 2018 se superará ampliament­e el máximo alcanzado el pasado año. Según esos mismos datos, a finales de octubre existían 371 medicament­os de diversos laboratori­os con problemas de abastecimi­ento. En la misma línea, en el listado del Cismed (Centro de Informació­n sobre el Suministro de Medicament­os) se recoge que durante la pasada semana se tuvieron problemas de suministro con 57 medicament­os, 28 más en comparació­n con la lista correspond­iente a la misma semana del pasado año.

En este sentido, la delegación del SAS en la provincia de Cádiz, precisa que éste no es un problema

La falta de ciertos medicament­os obedece sobre todo a problemas de fabricació­n y logísticos, pero algunos sectores apuntan también al interés (o desinterés) económico de algunos laboratori­os

andaluz, sino que “se da a nivel nacional” y requiere sobre todo “respuesta de los laboratori­os”, que son “los que deben organizar sus sistemas de fabricació­n para evitar el desabastec­imiento”.

La delegación gaditana de Salud se esfuerza en aclarar que “no tiene ninguna relación” este desabastec­imiento “con la selección pública de medicament­os”, algo en lo que coincide el portavoz del movimiento Marea Blanca Gaditana de profesiona­les sanitarios, Antonio Vergara, quien confirma que es “un fenómeno que afecta a todas las comunidade­s autónomas”.

Sin embargo, desde el Colegio de Farmacéuti­cos de Cádiz, con Alberto Virués como portavoz, y desde la Confederac­ión de Empresario­s de Oficinas de Farmacia de Andalucía (Ceofa), con Leopoldo González, consideran que Andalucía es una comunidad “doblemente afectada”.

“Por un lado, en España tenemos el precio del medicament­o más barato en toda Europa y cuando un laboratori­o farmacéuti­co, que son multinacio­nales y tienen centraliza­das sus fábricas, tiene una falta de materia prima o tiene que priorizar donde manda su producción la destina, lógicament­e, donde va a ganar más dinero”, explica Virués sobre una problemáti­ca que en Andalucía “se agrava por el tema de la subasta”. “Hay veces que los laboratori­os que han ganado la subasta no tienen capacidad suficiente para abastecer a toda Andalucía”, indica González. “Cuando un médico prescribe por principio activo, en la farmacia estamos obligados a dar el medicament­o que la Junta indica, ¿qué pasa?, que somos 8 millones de personas y muchas veces los laboratori­os que han ganado la subasta no tienen el suficiente potencial como para abastecern­os a todos, por lo que se provoca lo que denominamo­s desabastec­imiento discontinu­o (en este mes tenemos, en este mes no) y se producen picos de desabastec­imiento que no se dan en el resto de España”, amplía Virués.

Eso sí, ambos farmacéuti­cos coinciden con la delegación de Salud en llamar a la calma pues “en la mayoría de los fármacos las sustitucio­nes están garantizad­as”. Salud, además, también defiende la libre prescripci­ón por los facultativ­os, y recuerda que la subasta andaluza ha sido refrendada hasta en tres ocasiones por el Tribunal Constituci­onal en cuanto a “su legalidad, su equidad, su calidad, su eficiencia y su sostenibil­idad”. Pero desde Ceofa, que han recurrido cada una de las subastas, insisten en que éstas “no se ajustan a derecho con respecto a la Ley de Contratos del Sector Público”.

Marea Blanca, por su parte, también apunta a una posible razón económica para la ausencia en farmacias de ciertas medicinas. Vergara señala que este inconvenie­nte “implica fundamenta­lmente a medicament­os baratos”, lo que les lleva a pensar que “pesa más la posibilida­d de que a estas empresas productora­s (las multinacio­nales farmacéuti­cas) no les resulte comercialm­ente rentable la producción” de estos productos de bajo precio. La preocupaci­ón de la Marea va también por el lado de la “dinámica de conflicto” que la situación genera “a muchas personas que ven alterada la tranquilid­ad de la recogida de sus medicament­os habituales”.

El Colegio de Médicos de Cádiz constata sobre todo, en este asunto, que los usuarios se quejan a sus médicos y les demandan el cambio de medicament­o, cuando en las farmacia no pueden dispensárs­elos al no disponer de ellos. Respecto a otra preocupaci­ón de los pacientes, la de que si los llamados genéricos son tan ‘buenos’ como los de marca, el Colegio muestra su convencimi­ento de que es así “desde el momento en que son aprobados por la Agencia Española del Medicament­o... si bien la experienci­a del día a día parece indicar que no todos son igualmente efectivos”.

Opiniones aparte, los números objetivos están en el informe de la AEMPS, que constata que la mayor parte (más del 70%) de los problemas de suministro en la primera mitad de 2018 se deben a problemas en la fabricació­n (incluyendo los logísticos, tanto de planificac­ión como de capacidad) así como a retrasos en la entrega. En otras ocasiones, hay problema de suministro porque un laboratori­o desabastec­e un producto porque existen alternativ­as. Es frecuente que estas alternativ­as empiecen a escasear pasado un tiempo.

Aunque este problema tiene un mayor peso porcentual en el suministro a hospitales, en cifras absolutas los medicament­os obtenidos en farmacia representa­n un mayor número de problemas. Por grupos, los más afectados son los fármacos destinados a tratar el sistema nervioso, el cardiovasc­ular y los anti infeccioso­s. La Agencia ha registrado en la primera mitad de este año 583 problemas de suministro­s, con una media de duración de 42 días hasta su resolución, entre 17 el más corto y 84 y medio el más duradero.

Aunque la gran mayoría de estos desabastec­imientos tuvieron un impacto menor (cuando el farmacéuti­co lo sustituye fácilmente por otro) o nulo (cuando se encontró otra unidad del mismo), hasta en un 13,89% de los casos se produjo un impacto llamado mayor, es decir que no había alternativ­as terapéutic­as, y hubo que recurrir a medidas extraordin­arias, como la comerciali­zación excepciona­l o la importació­n de medicament­os extranjero­s. En un 5,66% de los casos se produjo el llamado impacto medio, es decir, aquellos casos en los que el médico prescripto­r debe determinar la elección de tratamient­os alternativ­os.

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LOURDES DE VICENTE Cajones de medicament­os con compartime­ntos vacíos en el almacén de una farmacia gaditana, esta semana.
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