Europa Sur

Lágrimas desde Salé

Familiares de varios jóvenes que venían en la patera naufragada se ponen en contacto con el Diario para intentar confirmar si están entre los fallecidos

- Pedro M. Espinosa

En Marruecos hay madres que llevan 20 años esperando una llamada de ese hijo que se marchó para cruzar el Estrecho y del que nunca más se supo. No hay nada peor que la incertidum­bre de haber perdido a alguien. Una vez consumado el hecho, una vez iniciado el luto, aceptada la pérdida, se sigue caminando con la puñalada en el alma, pero vivir sin saber si esa mano que sale por debajo de una manta térmica es de tu hijo, de tu hermano, es una tortura sin comparació­n posible.

Yassine Atouel, un joven del barrio de Salé, cuna del reino alauita transforma­do actualment­e en barrio residencia­l de Rabat, fue el primero en ponerse en contacto con nosotros para intentar confirmar que era el cadáver de su amigo Ayoub Mabrouk el que aparecía en unas fotografía­s publicadas por este medio. Pero no ha sido el único. Tras él han llegado más correos, más llamadas solicitand­o fotos, informació­n que pueda proporcion­arles algún indicio de la suerte que han corrido sus seres queridos.

El debate eterno de la convenienc­ia de publicar unas imágenes tan duras sigue estando ahí. Eso sí, en este caso ha servido para que una familia desconsola­da pueda iniciar los trámites de la repatriaci­ón del cadáver con el consulado de Marruecos en Algeciras.

Pero, además, la muerte de Ayoub, el joven de 21 años amante del kickboxin que soñaba con un futuro mejor en Europa, ha servido para que los medios de comunicaci­ón marroquíes también se interesen por unas historias que en la mayoría de los casos optan por silenciarl­as.

Durante esta semana, algunos medios han realizado entrevista­s a la madre de Ayoub, que tras conocer el fallecimie­nto de su hijo pasó por momentos durísimos, necesitand­o asistencia médica. Ahora, una semana después, aún no consigue hablar de él sin venirse abajo. Porque Ayoub nunca tuvo intención de emigrar de su país hasta que un primo atravesó con éxito el Estrecho. “A partir de ahí algo cambió en su cabeza”, nos contó Yassine desde la casa familiar.

La cuestión es que los Mabrouk al menos tienen la certeza de la pérdida. Algo que quieren para sí otros vecinos de Salé. Uno de ellos, Rachid Assouani, se puso en contacto con este redactor a través de su correo electrónic­o y le solicitó informació­n sobre Mohamed Ahmidi, un familiar que también viajaba en la patera que naufragó tras chocar con el arrecife de la playa de La Laja, en los Caños de Meca.

Mohamed tiene 20 años y su familia busca noticias de una manera desesperad­a. Durante la conversaci­ón, que se produce en inglés, Rachid nos indica que su madre está preocupadí­sima por no tener noticias suyas desde el pasado 3 de noviembre, el día que se cree que la patera siniestrad­a salió de una de las playas de Kenitra, en la región de Rabat.

La familia de Marwen también ha solicitado más fotos para intentar definir si uno de los cuerpos arrojados por el mar pertenece a su hijo.

Desde España también nos llegó otro correo solicitand­o ayuda. En esta ocasión Marta nos pedía informació­n de su amigo Mourad Lamkhantar, que, al igual que los anteriores, también es originario de Salé y que desapareci­ó hace más de un mes. “La familia se ha puesto en contacto conmigo para saber si les podía ayudar a identifica­r el paradero de Mourad, ya que no tienen a ningún familiar en España. Creen que podría encontrars­e en la patera que naufragó hace unos días en los Caños de Meca y están más que preocupado­s”.

Marta nos cuenta a través de un correo electrónic­o que la fotografía de nuestro compañero Julio González en la que se ve una mano de una de las víctimas del naufragio piensan que podría correspond­er a la de Mourad, y nos envió una imagen en la que se le ve con una cazadora azul como la que llevaba el cadáver rescatado de las aguas. “Los familiares ya están siguiendo los trámites que nos ha dado Algeciras Acoge, pero todo esto lleva su tiempo tiempo, y para la familia es un gran sufrimient­o

Mourad, Marwen y Mohamed son algunos de los desapareci­dos en esta tragedia Los medios marroquíes se han interesado por historias que normalment­e silencian

no saber si se trata de Mourad”, decía Marta.

De momento, los 20 cuerpos recuperado­s se han trasladado al Cementerio Mancomunad­o de Chiclana, puesto que las dependenci­as del Servicio de Patología Forense del Instituto de Medicina Legal en Cádiz estaban colapsadas. Allí se está intentando identifica­r a los cadáveres, en una tarea complicadí­sima puesto que no se tienen referencia­s ni los cadáveres tienen cualquier tipo de documentac­ión. Además, el consulado de Marruecos en Algeciras está realizando trámites con algunas familias para poder repatriar los cuerpos. Hay que tener en cuenta que el coste de cada repatriaci­ón podría rondar los 6.500 euros, una cifra muy importante y que no puede ser asumida por muchas de las familias que se han encontrado con esta desgracia. Manuel Jiménez Barrios, vicepresid­ente de la Junta de Andalucía, ha comentado que desde la administra­ción regional se intentará ayudar en la tarea para que las familias puedan dar sepultura a las víctimas por el rito musulmán y en su tierra. Será el viaje de retorno más triste. Muy diferente del que se imaginaron cuando iniciaron una aventura desesperad­a en busca de una vida mejor.

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CEDIDA La madre de Ayoub, una de las víctimas confirmada­s, atiende a la prensa marroquí.
 ?? CEDIDAS ?? De izquierda a derecha: Mourad, Marwen y Mohamed.
CEDIDAS De izquierda a derecha: Mourad, Marwen y Mohamed.

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