Europa Sur

Un ataque yihadista en una cárcel afgana deja al menos 38 muertos

● El atentado del Daesh en Jalalabad empezó el domingo y ayer por la tarde no estaba aún controlado

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Las autoridade­s afganas elevaron ayer a 38 la cifra de fallecidos y a 50 la de heridos en el ataque del grupo yihadista Daesh a una cárcel de la provincia oriental de Nangarhar, en Afganistán, que comenzó en la tarde del domingo y que las fuerzas de seguridad aún no habían dado por controlado ayer por la tarde.

El suceso comenzó sobre las 18:30 (16:30 en España) del domingo, cuando un atacante suicida detonó su automóvil cargado con explosivos en la entrada de la prisión en Jalalabad, capital de Nangarhar, tras lo que un número desconocid­o de asaltantes tomaron posición dentro del centro penitencia­rio y en los edificios cercanos. “El recuento de fallecidos en el ataque a la prisión de Nangarhar aumentó a 38. Entre los 38 muertos hay nueve atacantes y el resto son civiles, miembros de las fuerzas de seguridad y varios reos”, indicó el portavoz del gobernador provincial, Attaullah Khogyanai, quien agregó que hay 50 personas heridas, la mayoría civiles.

Khogyanai explicó que “la operación de limpieza aún continúa tanto en la prisión como en un edificio cercano”, con objeto de retirar los materiales explosivos que aún puedan quedar y revisar si queda algún atacante escondido en la zona. En declaracio­nes anteriores, Khogyanai detalló que al menos un yihadista murió en la explosión del coche-bomba y otros tres en los enfrentami­entos con las fuerzas de seguridad.

“Varios atacantes tomaron posición en un edificio residencia­l de varios pisos cerca de la prisión, y dentro de las instalacio­nes. Las fuerzas de seguridad están despejando la cárcel paso a paso”, dijo.

Decenas de familias residentes en los edificios cercanos han sido rescatadas por las fuerzas de seguridad, sin embargo existe la posibilida­d de que otras familias sigan atrapadas en los pisos superiores del edificio donde se esconden los yihadistas. “Las fuerzas de seguridad se mueven lenta y cuidadosam­ente para despejar el edificio piso por piso, habitación por habitación, para proteger a los posibles civiles atrapados”, explicó Khogyanai.

En su comunicado, el portavoz provincial precisó que en el momento del ataque había 1.793 reos dentro de la cárcel, de los que 430 fueron retenidos en el interior, mientras otros 1.025 fueron detenidos por las fuerzas de seguridad cuando intentaron huir. El resto permanecen en paradero desconocid­o, sin contar los reos muertos o heridos en el ataque.

El portavoz provincial indicó que el Jefe del Estado Mayor del Ejército afgano, el general Muhammad Yasin Zia, se encuentra en Jalalabad para evaluar el ataque y ayudar a restaurar la normalidad en una prisión que albergaba tanto a delincuent­es comunes como a talibanes.

El atentado se produjo un día después de que los servicios secretos afganos aseguraran haber abatido a Ziaurahman, conocido como Assadullah Orakzai, jefe de Inteligenc­ia del Daesh, en una operación especial en Jalalabad llevada a cabo el sábado. A Assadullah Orakzai, de origen paquistaní, se le atribuye la responsabi­lidad de varios ataques mortales contra civiles en Afganistán.

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GHULAMULLA­H HABIBI / EFE Un soldado afgano apunta con su arma a la prisión donde se produjeron los ataques yihadistas en Jalalabad.

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