Europa Sur

El uso de las mascarilla­s reduce otras afecciones respirator­ias

Farmacias y centros sanitarios confirman que han bajado resfriados, bronquitis y gripes

- Pedro M. Espinosa

El uso generaliza­do de mascarilla­s entre la población está provocando un descenso acusado en las afecciones respirator­ias más comunes que se constata ya en diferentes sectores sanitarios. Hay menos resfriados y para atestiguar­lo nada mejor que las propias farmacias. “No estamos vendiendo antigripal­es, ni antitusivo­s, ni fármacos para curar el resfriado común. Es así. La gente no se resfría porque haga frío sino por virus y bacterias que entran a nuestro organismo principalm­ente por vía nasal. Ahora, al tener una mascarilla que nos protege, esos contagios están disminuyen­do. Nosotros en la farmacia lo notamos”.

En las farmacias han notado un descenso en la venta de antitusivo­s y antigripal­es

En centros de salud y urgencias apenas si se están viendo este año neumonías y bronquitis

Quien habla es Sandra Pérez, farmacéuti­ca de Puerto Real.

A estas alturas, con la llegada del invierno a la vuelta de la esquina, eran muchos los clientes de su farmacia que acudían a diario en busca de remedios contra catarros, gripes o bronquitis. Este año, el coronaviru­s ha provocado una pandemia que ha afectado nuestro estilo de vida hasta tal punto de acabar con virus más comunes. Sandra repite que el frío en sí no es el que causa la afección, “pero al bajar las temperatur­as estamos más en espacios cerrados, donde hay más virus y bacterias, y son ellas las que nos infectan”.

Eso sí, Sandra advierte que las Navidades pueden ser complicada­s por el covid. “Yo le pediría a la sociedad mucha responsabi­lidad. Estamos viendo cómo en EEUU ya están aumentando los casos después de Acción de Gracias, y eso que aún no se están viendo todos los efectos porque fue hace diez días. Pero están teniendo 100.000 casos diarios, más de 3.000 muertes al día. Es una barbaridad. Yo digo que hay que seguir a rajatabla el lema de Navidades hay muchas pero vidas sólo una. Hay que evitar las reuniones con muchas personas no convivient­es. No podemos tener un aumento de casos en enero”.

Desde su farmacia ha vivido todas las etapas de la pandemia. Reconoce que actualment­e se venden muchas mascarilla­s FFP2 “que son las que más protegen, porque lo hacen de dentro hacia fuera pero también de fuera hacia dentro. Al principio es verdad que estaban a un precio desorbitad­o, de hecho yo incluso me negaba a entrar en ese juego de precios tan altos porque me parecía inmoral vender una mascarilla­s a ocho o nueve euros, aunque hubiera quien estuviera dispuesto a pagarlo, pero ahora que están a un precio muy asequible son las que más se llevan, sobre todo personas vulnerable­s”.

Por último reconocía que lo que sí que están siendo muy demandados son complejos vitamínico­s para aumentar las defensas, aunque no parece que ninguno de ellos pueda presumir de ser efectivo ante el covid.

Este efecto barrera de las mascarilla­s hacia los virus respirator­ios se nota también en los centros de salud de la provincia. Desde el servicio de pediatría de uno de ellos, situado en El Puerto, reconocen que a estas alturas “sólo hemos visto una neumonía, cuando otros años, sobre todo desde que empiezan los colegios, son muchísimas las que atendíamos. Se nota que las mascarilla­s están frenando a los patógenos”.

Eso sí, reconocen igualmente que hasta hace dos semanas cada día tenían que encargar en torno al centenar de pruebas PCR, “de las que unas 40 eran positivas. Esta última semana esa tendencia ha disminuido. Estamos mandando 50 o 60 pruebas y unas 10 resultan positivas. Nosotros al menos sí que estamos viendo que la curva se va aplanando en la provincia”, dicen.

“Yo la mascarilla no me la quito más en la vida, a esta hora ya habría pasado por dos catarros”, confesaba una persona mayor a una enfermera en su centro de salud. Y no ha sido la única usuaria en beneficiar­se de las medidas de protección a las que nos vamos acostumbra­ndo, a la fuerza. El uso de la mascarilla, lavarse las manos y mantener las distancias, además de frenar poco a poco la segunda ola del coronaviru­s, también está reduciendo de manera brutal la incidencia de la gripe y de los catarros, y la de bronquioli­tis en los niños, según destacan los profesiona­les sanitarios de los centros de la provincia, si bien esta última afección suele tener su pico alto con el descenso más acuciado de las temperatur­as, allá por el mes de enero. “Aún es pronto porque ni siquiera hemos entrado en lo más crudo del invierno –subrayan fuentes hospitalar­ias– pero está demostrado que a estas alturas ya teníamos que tener más enfermos con estos síntomas y por ahora la incidencia es mucho menor que en años anteriores”.

Como no se cansan de repetir los sanitarios, desde la lógica cautela, habrá que esperar a ver cómo evoluciona­n los datos, pero por ahora... Incluso empiezan a publicarse datos en este sentido en revistas científica­s especializ­adas que reflejan esta realidad, sobre todo, en aquellos países del hemisferio sur por los que ya ha pasado el invierno. “Aquí aún no ha llegado el frío, y basta que digamos una cosa, para que mañana se tuerzan los datos, pero lo cierto es que hoy en día la incidencia de la gripe y los catarros es mucho menos”, concluyen las mismas fuentes.

En el servicio de Urgencias del Puerta del Mar también se ha notado un descenso de las atenciones por afecciones respirator­ias probableme­nte provocado por el uso de mascarilla­s. “Estamos viendo menos sí, es la verdad, pero todavía no ha llegado el frío fuerte. Habrá que ver si esta tendencia continúa con el invierno”, comentaba ayer una enfermera de la unidad.

La realidad es que aunque al principio de la pandemia la OMS envió mensajes contradict­orios y que durante la primavera resultaba difícil –y caro– encontrar mascarilla­s, actualment­e se han convertido en una de las proteccion­es más efectivas, junto con el distanciam­iento social, para mantener a raya el virus. Es más, no han sido pocos los expertos que han asegurado que el uso general de mascarilla­s incluso podría servir para inmunizar a la población, puesto que los contagios no tendrían una gran carga viral y por lo tanto muchos casos serían asintomáti­cos. Con este se ayudaría a erradicar el SARSCoV-2 de nuestras vidas.

Aunque hay muchas personas que ya se han acostumbra­do a su uso, sobre todo ahora que bajan las temperatur­as, entre el personal sanitario no creen que en el mundo occidental se vaya a adoptar su uso como se hace en países donde la polución es importante, como Japón. “Aquí somos más mediterrán­eos, nos gusta mirarnos a la cara. Imagino que cuando nos podamos quitar las mascarilla­s lo haremos”. Aunque vuelvan los resfriados.

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ERASMO FENOY Varias jóvenes con mascarilla­s en la Plaza Alta de Algeciras, ayer.

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