Europa Sur

Broche con un sabor dulce

- Antonio Gutiérrez (Efe)

El Sevilla se impuso al Rennes en la ultima jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones, un partido sin trascenden­cia deportiva pues el equipo galo ya era cuarto del grupo y sin poder reengancha­rse la Liga Europa y el español segundo con el pase a los octavos asegurado.

Para los de Julen Lopetegui supuso romper una racha de dos derrotas y esperar a un nuevo rival europeo con un buen sabor de boca. El conjunto andaluz estuvo muy efectivo en esta ocasión ante la meta rival con tres goles, uno de Jules Koundé y dos de Youssef En-Nesyri, y también rompió otra racha de dos encuentros sin marcar.

Desde ambos clubes se trasladó que este partido serviría para recuperar sensacione­s tras los últimos traspiés e incluso por el interés económico que da una victoria en el máximo torneo continenta­l.

Desde el arranque, el que pareció haber asimilado mejor ese discurso fue el equipo francés, que apretó, tomó el control del balón e incluso el senegalés Niang se plantó en varias ocasiones con peligro ante Bono.

El Sevilla tuvo problemas para quitarse la presión adelantada del rival y salir con fluidez hacia el área de Rennes, sin que apareciera­n en ese arranque por los extremos Suso y el marroquí Idrissi ni por el centro Óliver Torres y el croata Rakitic.

En-Nesyri trabajó mucho para recibir balones y a los veinte minutos gozó de un remate de cabeza que fue el primer intento visitante, pero la verdadera oportunida­d clara fue otra vez de Niang, al borde de la media hora, y la parada de Bono evitó el tanto.

El Sevilla tuvo mas la posesión conforme avanzó el partido, aunque las ocasiones fueron del Rennes hasta que Koundé, reconverti­do en este partido de lateral derecho, conectó un certero remate a la salida de un córner que sí abrió el marcador.

El 0-1 motivó un cambio radical en la dinámica del partido, porque el último cuarto de hora de la primera parte fue de dominio total del Sevilla, ahora con buenas circulacio­nes y con llegadas con intensión al área adversaria, hasta el punto de que en la prolongaci­ón En-Nesyri puso el segundo con un magnífico cabezazo tras un gran pase de Óliver Torres.

En la segunda parte el Sevilla quiso mantener el impulso que cogió en la primera y tener la posesión del balón ante un rival que no tuvo mas remedio que redoblar esfuerzos para intentar meterse en el partido.

El Rennes entró en la recta final del choque con méritos para acortar la diferencia en el marcador, en acciones de Rutter, Traoré o Doku pero Bono lo impidió y, como en la primera parte, una aislada acción sevillista a la contra supuso el 0-3, obra otra vez de En-Nesyri.

No obstante, el premio a la insistenci­a llegó para la formación bretona con un penalti del brasileño Diego Carlos a Camavinga que transformó Rutter.

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YOAN VALAT / EFE Rakitic protege el balón ante Camavinga.
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