El Barcelona pierde el liderato
● Los de Koeman trasladan sus dudas a Europa ante una Juventus que gozó de dos penaltis
El Barcelona no pudo conservar la primera plaza de su grupo y cayó goleado ante la Juventus, en su primera derrota europea en el Camp Nou desde 2013 y en un partido en el que encajó dos goles de penalti por primera vez en Europa, ambos transformados por Cristiano Ronaldo.
Cinco, diez minutos... 0-1, quince minutos..., 0-2, veinte minutos para la Juventus... El Barcelona se desangró. Sin alma, sin ideas y sin un plan, el equipo de Ronald Koeman parecía tener aún la cabeza en Cádiz, donde vivió su último batacazo, y le daba igual el cambio de escenario, de once o de competición.
Puso Koeman a Araujo por Mingueza, a Pjanic por Busquets, dejó fuera a Coutinho y a Braithwaite y le dio galones a los jóvenes Pedri y Trincao. Pero nada cambió, Griezmann volvió a su versión gris y la Juventus tuvo claro que el escenario era ideal para sacar algo positivo y darle la vuelta a la situación y acabar primero del grupo.
Y además, las circunstancias no ayudaron a los barcelonistas, después de dos tímidos avisos (Cristiano y Danilo), una jugada entre Araujo y Cristiano dentro del área acabó en penalti, ante el estupor del uruguayo y la incredulidad de todos sus compañeros. Araujo pugnó con el portugués y éste cayó después de una carga que pareció legal. Cristiano anotó desde el punto de penalti y adelantó a su equipo. Sin tiempo para reaccionar, la Juventus se sintió cada vez más cómodo, cada vez con un fútbol más fluido ante un temeroso Barça. Después de una jugada coral, McKennie remató ante Ter Stegen para marcar el segundo.
El 0-2 sirvió para que los de Koeman espabilaran. Tuvieron más el balón y llegaron más a la meta de Buffon, sobre todo porque Messi decidió tirar de orgullo y tomar las riendas de la situación. El argentino lideró y fue el que tuvo las mejores ocasiones para los suyos, primero después de un remate que salvó el meta (22’) y después en una acción que le sirvió Alba (36’).
No aprendió el Barça de sus errores y salió al segundo tiempo de nuevo destensado. Protagonizó
Messi un tímido intento (47’), pero otro penalti transformado por Cristiano Ronaldo, esta vez después de una mano de Lenglet que precisó revisión por parte del árbitro, supuso el 0-3.
Pero el Barça, poco acostumbrado a ello, tiró de casta. Necesitaba dos goles y quedaba mucho tiempo y lo intentó, en parte porque el equipo de Pirlo le invitó a ello. El problema es que su fútbol no da para más.
Ni con Braithwaite ni con Riqui Puig, nada cambió, pese a los intentos de Leo Messi. Al final, los barcelonistas serán segundos y necesitan recuperarse, porque se ha demostrado que Europa ya no es su refugio, después de haber ganado los cinco primeros partidos.