El ‘conseller’ Solé se desvincula de la logística del 1-O: “Juzgarme es juzgar a todos los alcaldes”
La Fiscalía pide año y medio de inhabilitación para el que fuera regidor de Agramunt en la consulta
El conseller de Acción Exterior, el republicano Bernat Solé, negó ayer cualquier relación con la logística del referéndum del 1-O en Agramunt (Lérida) y mantuvo que se limitó a intervenir, como alcalde, para preservar el orden público y evitar “enfrentamientos” en la votación. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) dejó visto para sentencia el juicio contra Solé, para quien la Fiscalía pide año y medio de inhabilitación –limitada a cargos políticos, no a su plaza de profesor–, y 24.000 euros de multa por un delito de desobediencia al facilitar el referéndum del 1-O en el municipio cuando había sido suspendido por el Constitucional.
La causa contra el conseller, que dejó la alcaldía de Agramunt cuando el pasado marzo sustituyó a Alfred Bosch al frente de Exteriores, se deriva de una instrucción que, en vísperas del 1-O, dictó el entonces fiscal general José Manuel Maza para abrir diligencias a 700 alcaldes soberanistas que apoyaban la consulta independentista, una investigaciones que siguen abiertas para una quincena de ellos.
La Fiscalía sostiene que Solé tuvo una “activa participación” en el referéndum porque animó a votar en un acto público, cedió la escuela municipal para la consulta y además ordenó ocultar las urnas y cerrar una hora antes la votación ante la inminente intervención de la Guardia Civil.
El conseller admitió que el Ayuntamiento aprobó un decreto “genérico”, como muchos otros consistorios de Cataluña, para apoyar la ley del referéndum aprobada por el Parlament, pero que, una vez el Constitucional lo suspendió, no tuvo consecuencias materiales: “era voluntad política”, precisó. “Juzgarme a mí es juzgar a todos los alcaldes de Cataluña”, afirmó el político republicano.