La expansión del alga se frena
El seguimiento de la ‘Rugulopteryx okamurae’ ofrece resultados “esperanzadores”
“Fascinante” desde el punto de vista científico; “preocupante” desde el punto de vista social, el puñetazo ecológico que supuso hace cinco años la aparición de la Rugulopteryx okamurae en las playas de Ceuta, con su exponencial expansión por la Bahía de Algeciras, es objeto de una investigación por parte de la Universidad de Sevilla, con la colaboración de la Fundación Cepsa, cuyos últimos resultados se dieron a conocer ayer.
Resultados, de alguna manera, “esperanzadores”, dijo el director de la investigación, José Carlos García, puesto que el crecimiento de esta especie invasora “tiende a estabilizarse”.
“Estudiando la serie de nuestra estación centinela para la detección temprana de especies invasoras y desaparición de especies, la detectamos en 2015, año de su aparición, y entre 2016 y 2017 observamos un crecimiento exponencial. A partir de ahí no sabíamos nada más pero con este estudio –el del grupo de investigación que dirige y que arrancó hace dos años– hemos comprobado cómo entre 2018 y 2020 el crecimiento tiende a la estabilización. Lo que ocurre es que creció del tal manera que no sabemos si es que no tiene más espacio, si ha llegado a su techo”, informa el investigador que precisa que “habrá que esperar para certificar este comportamiento” de un especie declarada invasora apenas hace unas semanas cuando ya llevaba cinco años cómodamente instalada en nuestras aguas.
Durante el acto de presentación de esta investigación –donde participaron además de García, también director del Laboratorio de Biología Marina de la Universidad de Sevilla, el vicerrector de Transferencia de la Universidad de Sevilla, José Guadix, y Cristina Ortiz, en representación de la Fundación Cepsa– el experto también profundizó en la naturaleza de este estudio en el que se pretende conocer “las fortalezas” y “debilidades” de la conocida como alga asiática, que ha protagonizado una bioinvasión “única en el mundo”.