Más restricciones en Navidad
Aragón mantendrá el confinamiento perimetral autonómico hasta el 12 de enero La Policía disuelve una fiesta en un colegio mayor de Valencia que ya sufrió un brote en septiembre
No van a ser las mismas. Ni siquiera las que se estaban planteando. A pocos días de las Navidades, el incremento de contagios y de incidencia acumulada ha forzado a algunas comunidades autónomas, como Aragón y Baleares, a imponer aún más restricciones, bajo los descorazonadores ecos de una segunda fiesta ilegal en un colegio mayor de Valencia que ya sufrió un brote de Covid-19. No aprendemos.
La Policía disolvió el sábado de madrugada una fiesta con unas 200 personas en el colegio mayor Galileo Galilei de Valencia, un centro en el que ya se detectó un brote de coronavirus a finales de septiembre, coincidiendo con el inicio del curso académico 20202021, también por una fiesta no autorizada.
Por ello, el presidente de la Generalitat
La Guardia Urbana denuncia en Barcelona a 79 personas reunidas en un piso
valenciana, Ximo Puig, anunció una investigación y dijo que se tomarán medidas “contundentes e inmediatas” ante la grave “irresponsabilidad” tanto de los responsables de la misma como del centro.
Ni las restricciones ni la sanciones han disuadido a estas personas pese a que la pandemia continúa al alza por todo el país, como acreditan los datos facilitados por algunas comunidades porque, como es habitual, Sanidad no informa en fin de semana.
Es el caso de Baleares y Aragón, donde sus Gobiernos han anunciado que endurecerán las restricciones motivadas por los malos datos.
En el archipiélago balear se han notificado 535 contagios más, 38 más que este viernes, y el fallecimiento de cuatro personas, 444 desde el inicio de la pandemia, de los que 208 son ancianos de residencias.
Por eso, esta región endurecerá las sanciones para las infracciones en el nivel de alerta 4, que a día de hoy afecta a Mallorca. Las leves pasan a ser graves y las graves, muy graves.
Igualmente en Aragón, su presidente, Javier Lambán, anunciaba ayer unas medidas “más restrictivas” de las anunciadas el pasado sábado, al informar de que mantendrá el confinamiento perimetral autonómico de las tres provincias hasta el 12 de enero.
Esto supone retroceder en la previsión de abrir la movilidad dentro de la Comunidad aragonesa desde este lunes, y sólo se permitirán los viajes dentro y fuera de la región entre el 23 y 26 de diciembre y el 30 y el 2 de enero a territorios de residencia habitual de familiares.
Unas medidas que se explican por las cifras. Ayer se notificaron 247 casos, 69 más que el día anterior, y 6 fallecidos más.
Cataluña es otra región que sigue esta tendencia al alza. 2.554 nuevos contagios en las últimas 24 horas y 33 fallecidos, con un riesgo de rebrote (EPG), que mide el índice de crecimiento potencial de la epidemia, que ha subido hasta los 336 puntos desde los 302 del viernes.
La Guardia Urbana de Barcelona ha denunciado a un total de 79 personas que se encontraban la noche del viernes dentro de un piso, presuntamente “incumpliendo toda medida de prevención” de contagios de Covid-19. Además, cometieron “actos de menosprecio grave a la convivencia del edificio”, informó ayer el cuerpo en un tuit recogido por Europa Press.
A su vez, ayer entraron en vigor en Canarias nuevas restricciones en Tenerife, con vistas a evitar el segundo confinamiento de la isla. Apenas hay movimiento por las carreteras y las calles de la capital, pero es pronto para establecer una relación directa con unas normas que, entre otras, han establecido el toque de queda entre las 22.00 y las 06:00.
Todas las personas que viajen a las islas canarias entre el 18 de diciembre y el 10 de enero desde cualquier lugar de España, excepto los menores de seis años, deben contar con un test de Covid-19 con resultado negativo realizado en las 72 horas previas a su llegada. Es por ello que los laboratorios privados que abrieron ayer sus puertas en Madrid se encontraron con largas colas de personas esperando para hacerse una PCR 72 horas antes de viajar al archipiélago canario, porque de lo contrario tendrán que aislarse a su llegada.
En Madrid, con el ocio nocturno cerrado por el toque de queda, el tardeo (salir de copas por la tarde) se ha puesto de moda entre los jóvenes y no tan jóvenes. Una actividad que está bajo el foco policial, que vigila el cumplimiento de las normativas sanitarias.
Ayer, como todos los sábados por la tarde, se formaron colas y aglomeraciones alrededor de algunas de las conocidas discotecas de la capital, que ahora funcionan como restaurantes, pero donde el alcohol sigue fluyendo.