El corto siglo XX
Los grandes acontecimientos son en el fondo tan arbitrarios como las cotas estrictamente cronológicas, puesto que siempre es posible rastrear antecedentes o reconocer inercias, pero el corte señalado por la Gran Guerra fue tan brutal, tan claramente delimitador de dos tiempos distintos, que el anterior, la idealizada belle époque, parecía remotísimo ya a finales de la segunda década, cuando el horror de las trincheras había transformado por completo a los supervivientes de lo que Zweig, en su célebre libro de memorias, llamaría el “mundo de ayer”. Castillo cita La fractura de Phillip Blom, donde el brillante historiador alemán analizó la vida y la cultura de entreguerras, para aludir a la magnitud de los cambios experirendición mentados en esas dos décadas vertiginosas, pero también menciona a otros autores como Enzo Traverso que han hablado de una “guerra civil europea” –Europa contra Europa, leemos en el título de la valiosa síntesis de Julián Casanova– sostenida, con diferentes intensidades, por espacio de treinta años. Debemos a Hobsbawm el concepto de “corto siglo XX” para definir el que habiendo empezado con el magnicidio de Sarajevo terminaría con el derribo del muro de Berlín, o más bien algo después con la caída del régimen soviético y las repúblicas satélites. Desaparecidos los fascismos, la otra encarnación de la ideología totalitaria rivalizaría con las democracias occidentales en esa prolongación no del todo pacífica que fue la Guerra Fría, gestada antes de la de la Alemania nazi. Alargando su duración hasta los crueles enfrentamientos derivados de la desmembración de Yugoslavia, donde había empezado todo, y los precarios Acuerdos de Dayton a mediados de los 90, Castillo cierra el círculo de ocho décadas de conflicto que desde la perspectiva actual conforman otro mundo de ayer, lejano ya en el tiempo pero no del todo en el imaginario político, que de hecho sigue estando presente de muchas maneras en los debates ideológicos, en las respuestas a las crisis o en las polémicas referidas a la memoria. Son Historia esos años, pero también un pasado que vuelve y nos previene o advierte, pues sólo conociendo los males podremos evitar las recaídas.