El Reino Unido combate dos nuevas cepas del virus en otra jornada de récord
● Sanidad detecta otra variante “muy preocupante” del SARS-CoV-2 ligada a personas llegadas desde Sudáfrica ● El país registra 744 muertes y 39.237 nuevos casos, un máximo por segundo día
Al Gobierno británico se le acumulan los frentes abiertos en el último tramo del año, con miles de transportistas bloqueados en el puerto de Dover, dos nuevas variantes del coronavirus aparentemente más contagiosas en Inglaterra y a apenas ocho días de que se materialice el Brexit.
El ministro de Sanidad, Matt Hancock, informó en una rueda de prensa de que se ha detectado una nueva cepa “muy preocupante” del SARS-CoV-2 ligada a personas llegadas desde
Sudáfrica, que se suma a la versión de la que se informó la semana pasada, ampliamente extendida ya en Londres y otras zonas del sur del país.
El Gobierno comunicó ayer 744 nuevas muertes por Covid, el máximo diario desde el 29 de abril, y 39.237 contagios, un récord desde que comenzó la pandemia por segunda jornada consecutiva.
Ante ese escenario, se ampliaron las zonas de Inglaterra que estarán bajo el nivel máximo de restricciones para tratar de frenar las infecciones, y se someterá a cuarentenas estrictas a todos aquellos llegados de Sudáfrica y a sus contactos.
En paralelo a la gestión de la pandemia, el Ejecutivo del primer ministro británico, Boris Johnson, trata de cerrar un acuerdo con la UE para evitar un Brexit duro a partir de la medianoche del 31 de diciembre.
La perspectiva de un Brexit negociado aliviaría en parte el temor a que se agrave aún más el caos que se vive en el puerto de Dover (sureste de Inglaterra) desde el pasado domingo, cuando Francia bloqueó los pasos del canal de la Mancha para evitar contagios de la nueva cepa detectada en suelo británico.
París aceptó la pasada medianoche reabrir el tráfico de vehículos pesados procedentes del Reino Unido pero sólo si los conductores han dado negativo en un test de coronavirus, lo que está ralentizando la operación para despejar las colas kilométricas de camiones en dirección al puerto y la entrada del eurotúnel.
Cerca de 4.000 transportistas llevaban ya tres días esperando en cunetas y autopistas del condado inglés de Kent para cruzar a Francia, y el Ejército británico colabora con los equipos sanitarios para realizarles test rápidos de Covid que les permitan reanudar su marcha.
La espera produjo ayer escenas de tensión, cuando algunos conductores, que ya asumen que no estarán de vuelta en sus países antes de Navidad, protagonizaron enfrentamientos con la Policía.
Ante el colapso portuario, el Consorcio de Comercio Minoristas británico (BRC, en inglés) advirtió ayer de que pueden producirse desabastecimientos de ciertos alimentos frescos hasta que se disuelva el bloqueo en el canal de la Mancha.
Pese a todo, el Gobierno ha recomendado a los ciudadanos que compren con normalidad, sin acaparar existencias, para evitar someter a mayor estrés a las cadenas de abastecimiento.
“Hay género suficiente en este
Dover sigue registrando colas kilométricas ante la necesidad de un test negativo para ir a Francia
momento, habrá suficiente papel de higiénico, pasta y harina, siempre y cuando la gente no se deje dominar por el pánico”, aseguró un portavoz de la Asociación de Transporte por Carretera británica (RHA, en inglés), que matizó sin embargo que “si esto dura más allá de 48 horas será un problema mayor”.
La cadena de supermercados Tesco, una de las mayores del país, ha establecido límites en la compra de productos como arroz, huevos y jabón, como ya hizo en la primera ola de la pandemia, para evitar desabastecimientos.