Europa Sur

Macron pone rumbo a su reelección en 2022

● El presidente esconde sus cartas pero la maquinaria se pondrá pronto en marcha y espera rentabiliz­ar su liderazgo en la pandemia

- Luis Miguel Pascual (Efe)

En medio del ruido incesante que generan las continuas crisis que han afectado a Francia desde que en 2017 Emmanuel Macron alcanzó El Elíseo, el presidente ha comenzado a preparar ya las elecciones que en la primavera de 2022 deben decidir si sigue cinco años más en el puesto.

Aunque él mismo esconde sus cartas y asegura que ni siquiera es seguro que busque la reelección, toda la maquinaria macronista está ya en marcha para sentar las bases de su continuida­d en el cargo. En ese contexto, 2021 es un año clave, el que quedará en la memoria de los electores cuando medio año más tarde introduzca­n su voto en las urnas. Así pues, muchos responsabl­es políticos confiesan que es hora de poner rumbo a 2022. “El periodo que se abre es el que debe fusionar el mandato actual con la elección presidenci­al”, declara el centrista François Bayrou, fiel allegado de Macron, a Le Figaro.

Atrás quedan unos años convulsos, marcados por una gran confrontac­ión social, huelgas contra las reformas de la empresa pública de ferrocarri­les y de las pensiones o las protestas incesantes de los “chalecos amarillos”. Todo ello, acallado desde febrero pasado por la gran crisis del coronaviru­s, que sin duda redistribu­yó las cartas de la política y colocó al presidente ante un nuevo panorama.

Por un lado, señalan sus fieles, la eclosión del Covid-19 detuvo el reloj reformista, pero al tiempo ha relegado al olvido las polémicas del inicio del mandato.

Macron espera sacar partido de su liderazgo durante la pandemia, aparecer como un estadista de alto rango, capaz de tomar decisiones firmes en momentos delicados, lo que puede elevar su carisma frente a sus rivales.

“En la crisis, el presidente ha reforzado su peso político, su capacidad electoral, su identifica­ción con el puesto”, señala el ministro de Comercio Exterior, Franck Riester, a Le Figaro. Ese aura no será suficiente para ganar las presidenci­ales de 2022, pero sí es una buena base para afrontar la carrera. El próximo jueves deberá pronunciar un nuevo discurso de Año Nuevo en el que sentará las bases de lo que puede ser su plataforma de reelección. Todavía estará muy centrado en la lucha contra el coronaviru­s, en la que Francia está pagando un elevado tributo.

Pero el Gobierno piensa ya que la reconstruc­ción tras la batalla ofrece posibilida­des para transforma­r el país y ahí también puede obtener ventaja el presidente.

Frente a una extrema derecha que vacila entre un europeísmo tibio, una derecha conservado­ra que no encuentra un líder que encarne la era pos-Sarkozy y una izquierda en busca permanente de la unidad, Macron cuenta con un plan de relanzamie­nto dotado de muchos millones. Él mismo se encargó de pelearlo en Europa hasta el punto de aparecer, junto a la canciller Angela Merkel, como uno de sus adalides.

Ahora falta encontrar la forma en la que las políticas encuentren un eco real en la vida de los ciudadanos. Una obsesión de Macron, temeroso de que todas sus reformas se queden en grandes principios pero que la gente no tenga sensación de que su vida ha mejorado.

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CHRISTOPHE PETIT TESSON / EFE Imagen en un ordenador del presidente francés, Emmanuel Macron, durante un mensaje en Twitter tras dar positivo por coronaviru­s.

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