Europa Sur

Guzmán ‘el Bueno’, alcaide de Tarifa

Ambicioso e inteligent­e, Alonso Pérez de Guzmán fue conocido en la lucha contra las invasiones musulmanas y por elegir sacrificar a su propio hijo antes que entregar la villa

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ALONSO Pérez de Guzmán nació en León en el año 1256, fuera del matrimonio, de una doncella leonesa llamada Teresa de Castro. Era, por tanto, hijo adulterino e ilegítimo, circunstan­cia que hacía que este personaje estuviera fuera de la línea sucesoria de los Guzmán. Careciendo de cualquier posibilida­d de entrar a formar parte de la estricta aristocrac­ia castellana, estaba condenado a ocupar puestos de escasa relevancia en la milicia o a ingresar en el estamento eclesiásti­co, frecuente recurso para los hijos segundones o adulterino­s de la nobleza.

Pero, en el caso del hijo ilegítimo del caballero don Pedro de Guzmán, tres circunstan­cias iban a coincidir para torcer el oscuro porvenir que esperaba al joven Guzmán y permitirle gozar, por medio de la carrera de las armas, de un futuro que estaba vedado para los que, como él, carecían, por su nacimiento, de estatuto de nobleza. Una era su esclarecid­a inteligenc­ia y demostrada astucia; otra, su nunca ocultada ambición; y la tercera, y no menos importante, el grave peligro que se cernía sobre el reino de Castilla y León en 1275, cuando fue invadido por los musulmanes norteafric­anos.

Después de participar, en septiembre de 1275, como jefe de un destacamen­to de caballería bajo las órdenes del señor de Vizcaya, en varios enfrentami­entos con las tropas meriníes, decidió lanzarse a la aventura lejos del reino castellano-leonés, y –como hiciera doscientos años antes don Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid– se puso al servicio del sultán de Fez, Abu Yusuf Yaqub, y cruzó el Estrecho, con sus mesnadas, en 1276. Con el ejército de Abu Yusuf luchó, durante quince años, para someter a las tribus desafectas que, enfrentada­s con los meriníes, habitaban en el sur del actual Marruecos, entre ellos las de los árabes de los Sufyán y los Dawi Mansur, establecid­as en los entornos de la ciudad de Tarudant y el valle del Draa, que se negaban a pagar los tributos exigidos por el sultán.

En las numerosas campañas en las que participó, logró reunir un enorme botín, que, unido al elevado sueldo que le abonaba Abu Yusuf, se fue haciendo con una gran cantidad de dinero que utilizó, cuando retornó a Castilla, para adquirir tierras, villas y castillos en el reino de Sevilla. Al rey don Sancho y a su mujer, doña María de Molina, les compró dos villas, una, el castillo y tierras de Ayamonte, y otra el castillo del Puerto de Santa María con su alfoz. Más adelante les compró Alaraz, La Algaba y Santiponce, así como otras heredades de olivares en el Aljarafe, nuevas casas en la ciudad hispalense, cerca del alcázar, y varias viñas próximas a Jerez, propiedade­s que –con la concesión, posteriorm­ente, por el rey Sancho IV del privilegio de explotació­n de las almadrabas– representa­ron la base sobre la que se edificó el imperio económico de los futuros duques de Medina Sidonia.

Estando en Sevilla conoció a una joven doncella, pertenecie­nte a una rica y prestigios­a familia de la ciudad, doña María Coronel, de la que se enamoró y, unas semanas más tarde, se unió en matrimonio. La ceremonia se celebró en el verano del año 1282 en la iglesia-catedral, cuando María tenía quince años. El esposo recibió como dote la villa de

Bolaños, en Castilla, unos pueblos en Galicia y en el reino de León, unas heredades en Portugal, así como olivares en Bollullos y Robaina y unas casas de buena construcci­ón en Sevilla, en el barrio de San Miguel.

En abril de 1284 les nació un segundo hijo, éste varón –el primero había sido una niña–, al que pusieron por nombre Pedro Alfonso, que sería tristement­e famoso porque fue el que mataron alevosamen­te los musulmanes, con la complicida­d del Infante don Juan, ante los muros de Tarifa en el año 1294.

En el mes de octubre del año 1290 finalizó la etapa africana de don Alonso Pérez de Guzmán, regresando a Sevilla para disfrutar, con su mujer y sus hijos, de las numerosas propiedade­s que había ido adquiriend­o en los últimos diez años. Aún no había cumplido los treinta y cinco años

La fortuna adquirida en sus hazañas le llevó a poder poseer tierras, villas y castillos

Sancho IV le otorgó la concesión de todas las almadrabas de Portugal a Granada

y ya era, el noble caballero don Alonso Pérez de Guzmán, uno de los señores más ricos y poderosos de Andalucía, dueño de amplios territorio­s costeros e interiores del reino de Sevilla.

Pero el sosiego y la paz de que gozaba, pronto se iba a interrumpi­r. En abril de 1291, el rey de Castilla rompió los acuerdos de paz con los musulmanes y atacó los territorio­s de los norteafric­anos en los entornos de Tarifa y Algeciras. El 5 de julio de 1292 puso cerco a Tarifa, campaña en la que participó don Alonso, y, el día 21 de septiembre –aunque algunos autores retrasan la fecha hasta el 13 de octubre–, los castellano­s entraron en la ciudad.

Una vez ocupada Tarifa, para su mantenimie­nto y defensa el rey le otorgó la tenencia de la villa recién conquistad­a al maestre de Calatrava, don Rodrigo Pérez Ponce, por el plazo de un año, con una aportación económica de dos millones de maravedíes.

Pero, al año de estar en la tenencia de Tarifa, don Rodrigo Pérez Ponce comunicó al rey su deseo de que lo reemplazar­a en el cargo y que pusiera en él a alguien más capacitado para la guerra de frontera. Y así fue como don Alonso Pérez de Guzmán ocupó el cargo de alcaide y gobernador de Tarifa, con el compromiso de mantenerse en él aportando los seisciento­s mil maravedíes anuales que requería la tenencia de la ciudad.

A principios del mes febrero del año 1294, los meriníes desembarca­ron con un numeroso ejército en la playa de Los Lances. Contaba, el sultán de Fez, con dos poderosos aliados: el rey de Granada y el Infante don Juan, enemistado con su hermano el rey, con sus mesnadas, al que, según algunas fuentes, había prometido el emir norteafric­ano entregarle Tarifa cuando la rindiera su alcaide. Este desleal personaje traía consigo al pequeño Pedro Alfonso, hijo de don Alonso, al que los sitiadores utilizaría­n para chantajear a su padre ofreciéndo­le su vida a cambio de que les entregara la villa.

La Crónica del rey Sancho IV, en su Capítulo XI, dice, en relación con el acto heroico que protagoniz­ó don Alonso Pérez de Guzmán, arrojando el puñal para que los musulmanes y el Infante don Juan mataran a su hijo: “El Infante don Juan traía un mozo pequeño, hijo de don Alonso Pérez, y envió decir a este don Alonso que le diese la villa, y que si no, que le mataría al hijo que él tenía. Y don Alonso Pérez le respondió que la villa no se la daría, que en cuanto a la muerte de su hijo, que él le daría el cuchillo con que lo matase. Y le lanzó por encima del adarve un cuchillo diciéndole que antes quería que le matasen aquel hijo, y otros cinco, si los tuviera, que darle la villa de su señor el rey. Y el Infante don Juan con saña mandó matar a su hijo ante él, y, a pesar de esto, nunca pudieron tomar la villa.” Como recompensa por el gran servicio que le había hecho y por el sacrificio de su hijo primogénit­o, Sancho IV le otorgó el título de Bueno, para que lo uniera a los que ya poseía.

Antes de morir el rey Sancho IV en 1295, otorgó un privilegio a Guzmán el Bueno, en remuneraci­ón por todos los servicios prestados a la Corona, que consistía en la concesión de todas las almadrabas que se emplazaban o pudieran emplazarse desde la frontera con Portugal hasta los límites del reino de Granada.

Don Alonso Pérez de Guzmán,

El Bueno murió el 15 de septiembre de 1309 cuando asaltaba el castillo de Gaucín. Su cuerpo fue trasladado a Sevilla para recibir sepultura en el monasterio de San Isidoro del Campo, en Santiponce, que él había mandado construir en el año 1301 para que le sirviera de panteón a él y su esposa, doña María Coronel.

 ??  ?? Alonso Pérez de Guzmán arroja el puñal a los que sitiaban Tarifa para que mataran a su hijo Pedro Alfonso (1294).
Alonso Pérez de Guzmán arroja el puñal a los que sitiaban Tarifa para que mataran a su hijo Pedro Alfonso (1294).
 ??  ?? Antigua torre albarrana, de planta octogonal, situada en el ángulo sureste de la cerca tarifeña.
Antigua torre albarrana, de planta octogonal, situada en el ángulo sureste de la cerca tarifeña.
 ??  ?? Mapa con las propiedade­s que tuvo don Alonso Pérez de Guzmán en el reino de Sevilla.
Mapa con las propiedade­s que tuvo don Alonso Pérez de Guzmán en el reino de Sevilla.
 ??  ?? Tumba de Guzmán ‘el Bueno’, en el monasterio de San Isidoro del Campo.
Tumba de Guzmán ‘el Bueno’, en el monasterio de San Isidoro del Campo.

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