Año nuevo, vida nueva
Así reza este dicho popular dando a entender que cada cambio de ciclo puede conllevar una nueva oportunidad de disfrutar de un mayor bienestar y una superior calidad de vida en un futuro inmediato. La conocida frase que da título al presente texto goza de un marcado espíritu optimista fundamentado en la confianza de que el nuevo año satisfaga todos, o cuando menos parte, de nuestros deseos. Si bien ha sido tradicionalmente esta la forma de pensar de la gran mayoría de los ciudadanos creo que, inmersos ya en este nuevo año, no serán pocos quienes cuestionen estos tiempos que se avecinan. Y es que siendo manifiestamente negativas ciertas situaciones actuales, y a las que sí o sí deberemos hacer frente, sería aconsejable cuando menos poner en duda el referido carácter afirmativo del aludido dicho: Año nuevo ¿Vida nueva?.
Pienso que el más ansiado y agradecido regalo que pudiera hacernos el próximo año sería sin duda una clara victoria sobre la pandemia. Terminar de una vez por todas con las temidas olas y sus letales consecuencias si bien debiendo capear todavía una residual mar de fondo. Rotundo éxito de la vacunación, que no milagroso, y, ahora sí, vuelta a la normalidad con extremada cautela sin olvidar que toda precaución es poca. Este primer premio traería aparejado un parón en la crisis económica dando paso a una lenta pero progresiva mejoría. Primordial ponerle freno a esos innumerables contagios, ingresos hospitalarios y fallecimientos que nos asolan e importantísima la recuperación laboral. Quiera Dios se produzcan ambas circunstancias.
No obstante lo dicho creo que se viven otras inquietantes y peligrosas realidades de extrema gravedad y difícil solución. A mi juicio padecemos, agravada últimamente, una alarmante situación política y social. Discrepancia total y absoluta entre Gobierno y oposición con presencia de interesados socios que se enriquecen aguardando la ruptura de España. Un país dividido por rancias ideas desconocidas en gran medida por sus defensores quienes generan y alientan mil y una confrontaciones. Donde sobran políticos, asesores y allegados o se incrementa el desempleo viniendo de fuera quienes evitan se quede la cosecha en el campo. Auge de la economía sumergida. Derechos del okupa y no del propietario o reincidencia dentro de una creciente delincuencia. Falta de educación y respeto en parte de la juventud… Por estas y otras cosas más me cuestiono aquello de año nuevo vida nueva.