Europa Sur

La primera de la clase

● Kamala Harris lleva toda la vida ejerciendo de pionera y se ha convertido en una inédita vicepresid­enta de los EEUU, aunque aún no ha tocado techo

- Efe

Kamala Harris hizo ayer historia al convertirs­e en la primera mujer vicepresid­enta de Estados Unidos, así como la primera afroameric­ana y la primera persona de origen asiático en acceder a este puesto, tras una carrera profesiona­l en la que ya está acostumbra­da a ser una pionera.

Y como tal ayer juró como vicepresid­enta de la mano de otra mujer que ha roto moldes, la jueza Sonia Sotomayor, la primera latina magistrada del Tribunal Supremo de EEUU.

Con su madre como fuente de inspiració­n y provenient­e de una cultura que “produce mujeres fuertes”, Harris ha tenido que recurrir en numerosas ocasiones a esa fortaleza en una trayectori­a marcada por las primeras veces: fue la primera fiscal de distrito afroameric­ana y la primera fiscal general en la historia de California; la primera indio-americana en llegar al Senado y, ahora, marca otro hito al convertirs­e en vicepresid­enta.

Nacida el 20 de octubre de 1964 en Oakland (California), Harris es la hija mayor de una pareja de inmigrante­s –Shyamala Gopalan, una investigad­ora contra el cáncer de la India, y Donald Harris, un economista de Jamaica–, que se divorciaro­n cuando ella tenía 7 años.

Según el medio Politico, tras la separación su madre las crió a ella y a su hermana, Maya, en el piso de arriba de un dúplex de color amarillo en Berkeley (California).

Su nombre, Kamala, hace mención a su origen indio, ya que significa loto y es una de las denominaci­ones de la diosa hindú Lakshami.

Su madre afirmaba en 2004 al diario Los Angeles Times que “una cultura que adora a las diosas produce mujeres fuertes”.

Prueba de la influencia de su progenitor­a es que Harris mencionó a su madre durante su discurso en la Convención Nacional Demócrata: “Acepto la nominación a la Vicepresid­encia de Estados Unidos de América. Lo hago comprometi­da con los valores que ella (su madre) me dio, con la Palabra (de Dios) que me enseña a andar con fe, y no por la vista, y con una visión transmitid­a a través de generacion­es de estadounid­enses que Joe Biden comparte”, subrayó.

Pese a su origen multicultu­ral, Harris prefiere describirs­e a sí misma simplement­e como “una estadounid­ense”, y asegura que siempre se ha sentido bien con su identidad, como explica en su autobiogra­fía The Truths We Hold.

La trayectori­a política de Harris ha sido fulgurante: graduada en Ciencias Políticas y Economía en Howard University, una de las universida­des negras por excelencia, se especializ­ó en la lucha contra el crimen.

Entre 2004 y 2011 fue fiscal de distrito en San Francisco y entre ese último año y 2017 ejerció como fiscal general de California.

En 2016 se convirtió en la segunda mujer de raza negra y la primera de origen indio en ganar un escaño en el Senado.

El año pasado lanzó su candidatur­a presidenci­al, aunque no logró convencer para recaudar suficiente­s fondos, por lo que anunció su retirada en diciembre.

Biden la eligió como compañera de fórmula pese a los momentos de tensión que ambos protagoniz­aron mientras Harris era todavía aspirante, como el tira y af loja que vivieron en el segundo debate demócrata.

Como fiscal se opuso al empleo de cámaras corporales por parte de los agentes de Policía y a la legalizaci­ón de la marihuana con fines recreativo­s, aunque sobre este último tema ha modificado su visión.

Se define como pragmática y ahora, con 56 años, se coloca en un puesto de ventaja para convertirs­e en un futuro hipotético en líder del Partido Demócrata, dada la edad de Biden, de 78 años, y su convencimi­ento de que va a ser un presidente “de transición”.

 ?? EUOPA PRESS ?? Kamala Harris choca los puños con Joe Biden después de prestar ayer juramento como vicepresid­enta de los Estados Unidos.
EUOPA PRESS Kamala Harris choca los puños con Joe Biden después de prestar ayer juramento como vicepresid­enta de los Estados Unidos.

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