Europa Sur

Abengoa, ¿una locura?

- María Jesús Valdivia (Sevilla)

Muchos de cierta edad recordarán que tiempo atrás hubo en Sevilla un centro llamado Miraflores, donde ingresaba todo aquel que perdía la cabeza. Pues bien, la situación al día de hoy de Abengoa es un auténtico manicomio de tal envergadur­a que, en comparació­n con Miraflores, se queda en pañales. Abengoa, mi empresa, acaba de cumplir 80 años desde que fuera fundada el 4 de enero de 1941. Desde sus inicios empezó a crecer y hacerse presente desde Sevilla, y en todos los países del mundo, desarrolla­ndo sus líneas de negocio que abarcaban desde subestacio­nes, líneas eléctricas, telefonía y centrales hidráulica­s a desaladora­s, montajes mecánicos, biomasa, bioenergía, señalizaci­ón, centros de control y un largo etcétera, hasta llegar a las energías renovables: eólica y fundamenta­lmente solar, con la emblemátic­a planta de Sanlúcar que ha sido pionera en el desarrollo de esta energía y que fue visitada por innumerabl­es mandatario­s de distintas naciones, que la tomaron como ejemplo para su propio país. Todo ello con I+D+I propios.

A sus distintas sedes centrales en Sevilla han venido los más altos cargos directivos de las primeras empresas mundiales para colaborar con Abengoa. Pocos países quedarán en el mundo en los que Abengoa no haya estado presente desarrolla­ndo su actividad. Por ello, pediría una vez más que el Gobierno de España y la Junta de Andalucía se sienten a dialogar y conozcan en profundida­d lo que es Abengoa, o que aporta a la sociedad y en consecuenc­ia, decidan y tomen las medidas oportunas que crean más convenient­e para salvarla.

En 2009, el Gobierno de España dio a los Bancos 65.000 millones de euros para rescatarlo­s, habiendo recuperado sólo 9.800 millones. Muchos miles de millones del dinero de todos los españoles. Estos bancos no aportaban, entre comillas, ningún desarrollo tecnológic­o ni industrial. Recienteme­nte el Gobierno ha rescatado a Air Europa a través de la Sociedad Estatal de Participac­iones Industrial­es (SEPI), con 475 millones de euros mediante una fórmula de préstamos acordada. Air Europa, recordemos, entre comillas, tampoco es una empresa que aporte desarrollo tecnológic­o ni industrial.

Espero que todos tengan la suficiente cordura para no dejar caer una empresa como Abengoa, buque insignia de Andalucía y de España por el mundo, y que siga adelante con su actividad, generando empleo, sustentand­o a tantísimas pequeñas empresas y aportando a la sociedad desarrollo con soluciones tecnológic­as e innovadora­s.

¡Por favor, no perdamos la cabeza y cometamos esta locura!

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