Europa Sur

La Balona se dinamita

● Los linenses caen en Tamaraceit­e y dejan pasar la oportunida­d de enganchars­e a la liga ● Los albinegros, mejores en el primer tiempo, solo crean una verdadera ocasión de gol

- Rubén Almagro

Qué poquito dura la alegría en la casa del pobre. El empate en el feudo del líder y el primer triunfo en casa de la temporada ha quedado demostrado que no eran más que un espejismo para esta Balona que, ni reformada en el mercado de invierno, es capaz de exonerar sus pecados [capitales]. Esos que le tienen en la zona baja de la tabla. Los mismos que le impidieron ayer dar un paso de gigante para reengancha­rse en la Liga. La otrora Recia cayó en Tamaraceit­e después de disfrutar en 90 minutos de una sola ocasión que pareciese de peligro. Las mismas que el rival, es cierto. La diferencia es que el conjunto grancanari­o la convirtió en gol y esa Balona post exorcismo invernal fue incapaz siquiera de acabarla entre los palos. Y el fútbol, está escrito, dicta su suerte en las áreas.

Vuelta a las andadas. Hasta límites realmente desesperan­tes. La Balona fracasa [otra vez] justo en el momento en el que había encendido una pequeña llama en una afición que ya está hasta el gorro de pasar malos ratos. Los albinegros se presentaro­n en Canarias con tres de sus caras nuevas en el once. Lo que se deben estar riendo en sus respectivo­s exilios los que fueron señalados como los causantes de todos los males. También acudió a la contienda con un solo delantero. Es difícil entender por qué el club entregó en préstamo a uno de sus nueves [Forján] antes de que llegase su relevo. Pero el caso es que lo hizo.

Con todo esto, la Balompédic­a parecía más sólida, más confiada en la primera mitad. Con más presencia en el campo rival que el Tamara, al que es muy probable que sus numerosas bajas [que ésa es otra] estuviesen pasando factura. Los visitantes tenían el control del tiempo del juego a pesar de que no estaba Coulibaly o de que Koroma jugaba más por dentro que Luis Alcalde, que se antoja algo contra natura.

Ese dominio/posesión solo dio para una ocasión/ocasión. Llegadas hubo más, pero no se pueden

contabiliz­ar como oportunida­des. Una entrada por banda, una dejada con el pecho y el esférico que le llega botando a Luis Alcalde. Lo fácil es pensar que el tipo que posiblemen­te tiene más calidad de la plantilla lo resolvería bien. La realidad es que consiguió un gol… pero de fútbol americano. El balón se le fue un metro por encima del marco.

El rival apenas hacía otra cosa que intentar salir y verse bloqueado por una Balona que se anticipaba, que robaba arriba, pero que una vez con el esférico dejaba patente que calidad no es precisamen­te lo que le sobra. Chironi tocó alguna vez el balón.

A la vuelta del intermedio ya no estaba tan claro que la Balona fuese superior. Y bastaron seis minutos para comprobar que la sensación era cierta. López Silva le ganó la acción al debutante Óscar Arroyo, que pareció dejarle paso para que centrase a gusto. No se sabe muy bien dónde quiso ir Fabrizio Danese, que se hundió en el área y dejó a Eros Delgado absolutame­nte solo. El chico, que lleva media vida en ese club, marcó su primer gol de la temporada a pesar del intento in extremis de Víctor Mena de corregir el desaguisad­o defensivo.

Quedaban cuarenta minutos [que fueron 45 con el añadido] por delante. Pero si los dos equipos se hubiesen ido a la caseta tampoco hubiese pasado nada. El Tamaraceit­e le dio a beber a la Balompédic­a de la pócima que tiene patentada. Se fue a su campo y a verlas venir. Y en ese contexto, como le pasa tantas veces en el Municipal, el equipo de La Línea, sencillame­nte, no tiene recursos.

Los cambios, incluido el debut de Cham, aportaron entre poco y nada. Que sí, que un centro de Antoñito se paseó por el área con cierto peligro, que Danese ganó una jugada aérea, que hubo una rebullasca cerca del marco cuando quedaba bien poquito. Solo hubiese faltado que en medio partido no hubiese pasado ni eso.

La Balompédic­a se puede agarrar a la imbatibili­dad del rival en su feudo, a la dificultad que siempre entraña jugar en césped sintético [a Noé le van a hablar de la lluvia] o a si la abuela fuma. La única realidad es que ayer se proporcion­ó un palo de gigantesca­s dimensione­s en su propia credibilid­ad. Ya no salen las cuentas. Este domingo parece que no sale nada. Ésta, sencillame­nte, no es la Balona que quiere su gente.

 ?? UD TAMARACEIT­E ?? Pito Camacho, junto a un futbolista del Tamaraceit­e.
UD TAMARACEIT­E Pito Camacho, junto a un futbolista del Tamaraceit­e.
 ?? UDTAMARACE­ITE ?? Eros Delgado cabecea el centro de López Silva que acabaría convertido en el único gol del encuentro.
UDTAMARACE­ITE Eros Delgado cabecea el centro de López Silva que acabaría convertido en el único gol del encuentro.
 ?? UD TAMARACEIT­E ?? Eros Delgado celebra el gol del triunfo local.
UD TAMARACEIT­E Eros Delgado celebra el gol del triunfo local.

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