Europa Sur

La Cantera, okupada

El dueño del conocido bar de Algeciras denuncia que la inquilina lleva meses sin pagarle ●

- Quino López

El bar La Cantera fue durante muchos años un restaurant­e de referencia en Algeciras donde se podía degustar el pescado fresco del Campo de Gibraltar. Situado en Los Pastores, en la entrada de la ciudad desde Tarifa, hubo un tiempo en el que costaba trabajo encontrar una mesa libre. Todos querían probar sus platos. Ahora sus puertas están cerradas y todos los vecinos miran de reojo cuando atisban una luz encendida pese a que tiene cortado el suministro eléctrico y el agua. Su propietari­o, Francisco Muñoz, no puede entrar en él.

El motivo es tan curioso para el que conoce la historia como doloroso para Paco y su familia. Según explica, la mujer a la que se lo alquiló el 19 de noviembre de 2019 se niega a entregarle la llave, no le paga desde hace meses y además, según afirma, le chantajea pidiéndole dinero para dejar el local. Primero 6.000 euros, luego le comunicó que 1.000 y ahora le reclama 20.000.

Paco Muñoz es dueño del local desde hace más 30 años. En el tiempo en el que se lo alquiló a Antonio Corrales fue el restaurant­e de moda en Algeciras a fuerza de buscar el mejor pescado de la zona para ofrecérsel­o a una clientela cada vez más numerosa. Corrales lo dejó y Muñoz se lo alquiló en noviembre de 2019 a una mujer que lo convirtió en un bar de bocadillos y tapas. “Las cosas se empezaron a torcer pronto”, relata. “Tenía que hacerme ingresos bancarios y en realidad tenía que ir detrás de ella como pidiendo limosna porque si no, no me pagaba”, continúa.

Paco Muñoz tiene desde hace 36 años otro establecim­iento, con 55 de historia, en El Cobre. Este sí lo lleva él junto a su esposa María José. “Gracias a Dios, porque me debe más de 7.000 euros. Si esto se lo hace a una persona con una hipoteca y sin otros ingresos la arruina”, explica.

El dueño de La Cantera afirma que la inquilina no ha pagado “ni una factura de la luz y el agua” desde que está allí. La empresa de energía le comunicó en agosto que le iba a cortar el suministro eléctrico en agosto por impago. Él tuvo que abonar lo que debía y no cortó, afirma, porque se hubiera buscado un problema ya que, según sus palabras, el inquilino tiene más derechos ante la ley que el arrendador”. Lo que hizo fue rebajar el contrato al mínimo y ponerlo a su nombre para forzarla a ponerse al día. La reacción de la mujer, relata Paco Muñoz, fue realizar un enganche ilegal al sistema eléctrico.

Cuando habló con la compañía del agua, descubrió que debía también un año. También se la han cortado. Ayer salía una filtración del agua de dentro del establecim­iento, lo que convenció al propietari­o de que la inquilina ha intentado realizar un enganche ilegal.

Hace unos meses, Paco Muñoz –cuando ya estaba viviendo lo que califica como una “pesadilla”– envió un burofax a la inquilina para extinguir el contrato. Su última conversaci­ón fue en octubre. Según dice, la mujer lo amenazó e intentó ya chantajear­lo. Los audios de la conversaci­ón los tiene la Policía. Puso una demanda judicial por extorsión y amenazas y planea recurrir por la vía civil por desahucio e impago.

En el restaurant­e tiene material por valor de más de 20.000 euros y no sabe cómo se lo va a encontrar si algún día logra recuperarl­o. Lo que tiene claro es que no va a poder cobrar la deuda.

El dueño del bar-restaurant­e La Cantera se puso en contacto con otras dos personas de la ciudad que también están en su situación a causa de la misma mujer. La Policía Nacional también tiene conocimien­to de estos casos.

 ?? ERASMO FENOY ?? Francisco Muñoz, ayer, ante el bar La Cantera
ERASMO FENOY Francisco Muñoz, ayer, ante el bar La Cantera
 ?? ERASMO FENOY ?? Paco Muñoz, en la puerta de La Cantera, ayer.
ERASMO FENOY Paco Muñoz, en la puerta de La Cantera, ayer.

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