Cuarentena británica a viajeros de países con nuevas cepas
● Johnson también declara “ilegal” abandonar el Reino Unido por motivos de “ocio” ● Los colegios no reabrirán en Inglaterra al menos hasta marzo
El primer ministro británico, Boris Johnson, confirmó ayer que el Reino Unido impondrá una cuarentena de 10 días en hoteles a los viajeros procedentes de los países sudamericanos, Portugal y Sudáfrica por las nuevas variantes del coronavirus y declaró “ilegal” abandonar el país por motivos de “ocio”. En una comparecencia en la Cámara de los Comunes, el líder conservador explicó que para disminuir el riesgo de la pandemia, cualquier persona a la que no se pueda negar la entrada al país –como los nacionales británicos– será aislada “sin excepción” en alojamientos proporcionados por el Gobierno durante 10 días a su llegada.
Como parte de una medida que contemplaba desde hacía unos días el Ejecutivo para contener la propagación de las nuevas variantes del virus, las autoridades británicas dispondrán de personal que irá al aeropuerto a recoger a esos ciudadanos para llevarlos a los lugares de aislamiento dispuestos para ese fin.
Los vuelos directos con los países sudamericanos así como con Portugal y Sudáfrica ya están prohibidos desde mediados de enero, pero los viajeros británicos todavía pueden regresar a su país a través de rutas indirectas,
“Quiero aclarar que en virtud de las regulaciones para quedarse en casa, es ilegal salir para viajar al extranjero por ocio. Preguntaremos en puertos y aeropuertos a los ciudadanos por el motivo de su marcha y les ordenaremos regresar a sus hogares si no cuentan con una razón válida para viajar”, avisó. En su intervención, Johnson subrayó asimismo que existen “evidencias” que demuestran que las vacunas que se administran actualmente para proteger del Covid-19 siguen siendo “eficientes” contra la nueva cepa detectada en este país, aparentemente más transmisible.
Entretanto, el Reino Unido comunicó 1.725 nuevos muertos por coronavirus, la segunda mayor cifra de fallecidos diarios desde que comenzó la pandemia, tras los 1.820 que registró hace una semana. El número de contagios ascendió a 25.308 en 24 horas, frente a los 20.089 del martes, lo que rompe una serie de cuatro jornadas consecutivas con las infecciones a la baja.
La presión sobre el sistema sanitario se mantiene elevada, con 3.961 pacientes de cuidados intensivos en Reino Unido el martes, frente a 4.032 el lunes, según los últimos datos oficiales. Aun así, la media de nuevos ingresos diarios se ha reducido en un 9,4% en los últimos siete días.
El incremento de fallecidos e infectados se produce después de que el primer ministro británico, Boris Johnson, anunciara que los colegios no reabrirán en Inglaterra al menos hasta el 8 de marzo.
Johnson afirmó que confía en que se cumplirán los contratos que ha firmado su Gobierno con fabricantes de vacunas y en que el Reino Unido recibirá las dosis previstas en su calendario de inmunización. “Confiamos en nuestros suministros y en los contratos que tenemos”, dijo en una rueda de prensa el jefe de Gobierno sobre los retrasos de AstraZeneca a la UE.