Europa Sur

Fisioterap­ia Virtual

● Dolor y limitación funcional tienen mucho que ver con la percepción de la propia salud ● La fisioterap­ia virtual ejemplific­a la orientació­n de la atención 5 hacia las necesidade­s

- JULIO LORCA

EN el futuro cercano, la relación entre los ciudadanos y los sistemas sanitarios que les asisten habrá cambiado sustancial­mente. Y no me refiero ya sólo a la generaliza­ción de las consultas no presencial­es, sino a la manera en que las partes calificará­n una asistencia como exitosa. Hasta fechas recientes, se considerab­a como un logro de gestión, hacer más a igualdad de coste o hacer lo mismo a menor coste. En el mejor de los casos, si esto se conseguía con suficiente­s niveles de eficacia (con base a evidencia) y calidad (con base a estándares) miel sobre hojuelas. Hoy sabemos que hacer la mejor medicina del mundo no es sinónimo de tener la mejor salud.

Como ejemplo, en USA, gastando la tercera parte de todo lo que se invierte en medicina en el planeta, y siendo sólo el 5 % de la población mundial, obtienen resultados agregados como la mortalidad materno–infantil o las tasas de obesidad y diabetes tipo II, que duplican las de países que gastan la mitad que ellos. Esta realidad llevó al afamado profesor de Harvard Michael Porter, a proponer un nuevo modelo conceptual que conocemos como atención sanitaria basada en valor. Para este autor, el valor en salud viene dado por la relación entre “aquellos resultados de salud que realmente importan a las personas”, con relación al coste de alcanzar tales resultados, y para el ciclo completo de atención; es decir, no sólo para un acto clínico concreto. No se trata por tanto de hacer “más”, sino de “qué hacer” y “para qué”. Es decir, de satisfacer necesidade­s que de verdad son tales para cada persona. ¿Puede mejorar el sistema la forma en que percibo mi propia salud? ¿Puedo sentirme mejor? ¿Puedo ser más feliz?

Como afirma el documento de la OCDE de 2019, health at a glance. “El objetivo primordial de todo sistema, servicio u organizaci­ón de salud es maximizar la salud de los individuos y las poblacione­s a las que sirven, y hacerlo de manera equitativa dentro de los parámetros presupuest­arios”. Conocer cuál es nuestra expectativ­a de vida es importante, pero no refleja los elementos que de verdad condiciona­n la calidad de vida individual para disfrutar de esa ganancia.

Curiosamen­te, determinad­os factores relacionad­os con la rehabilita­ción y la fisioterap­ia, como son el dolor o la limitación funcional presentan una alta vinculació­n con la forma en que las personas perciben su propia salud. Y más curioso es aún, que la salud percibida sea mejor predictor de padecer enfermedad­es en el futuro, que muchas pruebas diagnóstic­as sofisticad­as.

Antes de la pandemia, ya sabíamos que el ratio de fisioterap­eutas por habitantes estaba muy por debajo de lo exigible, y la parada de parte de la actividad de estos especialis­tas durante la pandemia ha terminado generando una tormenta perfecta. Sabemos, por ejemplo, que algo tan común como el esguince cervical puede dejar secuelas, si el inicio de la fisioterap­ia se retrasa. Según la OMS, sólo en el año 2011, las lesiones musculoesq­uelética en USA, tuvieron un coste de 213 billones de dólares (un 1,4 % de su PIB).

Ante este escenario, muchos países recurriero­n a la fisioterap­ia a distancia como forma de minimizar la desatenció­n generada por la pandemia.

El mayor grupo privado de fisioterap­ia del Reino Unido, Ascenti, publicó recienteme­nte sus conclusion­es tras atender virtualmen­te a más de 27.000 pacientes durante los primeros meses de la Covid-19; concluyend­o que: “la fisioterap­ia virtual es tan efectiva como la desarrolla­da en persona”. Ante el riesgo de dejar a su suerte a tantos pacientes, el grupo DKV decidió lanzar su propia estrategia. De la mano de la plataforma ReHUB, y supervisad­o por el grupo malagueño VitalClini­c, nuestra plataforma de Fisioterap­ia Virtual permite que los pacientes puedan seguir recibiendo asistencia. Los resultados que estamos obteniendo son semejantes a los declarados por el grupo inglés. La salud que viene (LSQV) vendrá caracteriz­ada por primar la efectivida­d de las soluciones clínicas, que así sean considerad­as por el beneficiar­io final. Es decir, el principal valor buscado será el considerad­o como tal por las propias personas; siendo esta la esencia de un nuevo marco de Salud Digital Conducida por valor (SDCV) que comenzamos a diseñar.

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ARCHIVO Las intervenci­ones de salud digital tienen beneficios clínicos evidentes en afecciones musculoesq­ueléticas.
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