Brindemos con vino de Jerez

Cualquier momento es bueno para brindar con una copa de vino de Jerez. Sí, porque Jerez siempre ha sido una tierra sacrificada y trabajadora, llena de alegría y tradiciones, que se convirtió a los largo de los años en una de las más importantes de referencia internacional por la calidad de sus vinos y de sus buenas gentes.

El Jerez, Xérès, Sherry y la Manzanilla de Sanlúcar son los vinos más complejos por su variedad y versatilidad de cuantos se producen en nuestro país y el más conocido en el extranjero, ya que es un gran producto capaz de complacer a los paladares más exigentes y de acompañar la más variada gastronomía, hasta tal punto (ya lo decían Beltrán Domecq y Cesar Saldaña, actual presidente del Consejo Regulador del Vino) de poder afirmarse que siempre existe un jerez para cada ocasión. Los jerezanos y los que no los son conocen a la perfección que el vino de Jerez es lo mejor del mundo, es saludable y bebiéndolo con moderación evita hasta los infartos y… ¿quién sabe? no es de extrañar que e incluso no permita entrar en nuestro organismo el maldito Covid-19 de su puñetera madre.

Ya lo decía el Dr. Fleming, que si la penicilina cura las enfermedades, el jerez resucita a los muertos. Los vinos de Jerez forman parte de nuestra cultura, que la gran mayoría no sabemos aprovecharnos de la cantidad y calidad de nuestros caldos jerezanos que hay por cada uno de nuestros rincones y que somos la envidia de nuestros vecinos que, con menos, han hecho mucho más.

Recuerdo unas palabras del director del Hotel Sherry Park, Juan Antonio Carballat: nosotros, por nuestra parte, no podemos hacer más para convencerles de que beban vino de Jerez, sino que consolarnos con aquello de “no lo cuentes por ahí, no vaya a ser que lo descubran”. Francisco José Carrillo Gómez (Jerez))