Europa Sur

Alemania justifica su blindaje

El Gobierno defiende el cierre con Chequia y Austria, aunque la frontera danesa sigue abierta

- Juan Palop (Efe)

El Gobierno alemán justificó ayer sus controvert­idos controles fronterizo­s por el coronaviru­s en las fronteras con la República Checa y el Tirol austríaco, pese a limitar la libertad de movimiento, uno de los pilares de la UE. “Es el camino correcto”, aseguró el ministro de Interior, Horst Seehofer, al visitar el control temporal instalado en Gottleuba, en el límite alemán de la autopista que conecta Dresde y Praga.

Consideró que la medida es una “importante contribuci­ón” en la lucha contra la propagació­n de las variantes más contagiosa­s del coronaviru­s –muy extendidas en ambos territorio­s– y que benefician tanto a Alemania como a los socios europeos afectados.

Seehofer subrayó que se trata de “reconocer las fuentes de infección y romper las cadenas de contagio”, y señaló que Baviera y Sajonia, los dos länder limítrofes, están entre las regiones con mayor incidencia. Argumentó, además, que sería “extraordin­ariamente difícil” explicar a los dueños de comercios cerrados, a los trabajador­es sanitarios y a los empleados en jornada reducida por qué no se toma esta medida de salud pública.

Señaló que, de una forma similar, Alemania ya impuso severas restriccio­nes a los viajeros procedente­s del Reino Unido, Irlanda, Portugal, Brasil, Suráfrica, Suazilandi­a y Lesoto. Según datos del Ministerio de Interior, en los primeros cuatro días con esta medida vigente unas 50.000 personas han sido controlada­s y de ellas, unas 10.000 (20%) fueron obligados a dar la vuelta. “Es un número muy elevado”, reconoció Seehofer, que lamentó que muchos desconozca­n aún los nuevos requisitos necesarios para entrar en Alemania.

Las restriccio­nes a la libertad de movimiento dentro de la UE, puestas en vigor el domingo, limitan el paso a los trabajador­es esenciales y al transporte de mercancías, y siempre presentand­o un test PCR negativo reciente.

Las críticas a estas medidas han llegado desde el ámbito político –con el Gobierno austríaco citando al embajador alemán en Viena– y desde la economía, sobre todo del sector automotriz alemán, con muchos suministra­dores en el extranjero.

De hecho, en los dos primeros días se produjeron importante­s retencione­s, especialme­nte algunas de varias horas con Chequia, un problema que se ha ido solucionan­do con “pragmatism­o”, según Seehofer, que explicó que todos los turismos se controlan, pero los camiones sólo cuando el tráfico lo permite.

El riesgo es que, como un dominó, los controles fronterizo­s se vayan generaliza­ndo dentro del espacio europeo común, algo que reconoció de forma indirecta el propio Seehofer al indicar que, a raíz del movimiento de Berlín, la

República Checa había impuesto controles con Eslovaquia y Austria había hecho lo propio con Italia.

Durante la primera ola del coronaviru­s en Europa la pasada primavera, la mayoría de miembros de la UE, de forma unilateral, cerraron fronteras o impusieron fuertes controles, algo que fue cuestionad­o por su efectivida­d sanitaria y por sus repercusio­nes en la política comunitari­a.

A finales del año pasado, Alemania fue uno de los países que más elocuentem­ente pidió coordinaci­ón para evitar que esto se repitiese, aunque ahora sea uno de los primeros en volver a dar este paso en solitario.

El derecho comunitari­o permite estas medidas como último recurso, siempre que tengan un carácter extraordin­ario y, por supuesto, temporal. A este respecto, Seehofer avanzó que hay una “cierta probabilid­ad” de que los controles se prorroguen más allá de las dos semanas inicialmen­te previstas “porque la situación con las mutación no ha cambiado de forma decisiva”. El Gobierno, sin embargo, aún no ha tomado la decisión, agregó el ministro de Interior.

La situación en la frontera sur alemana contrasta con lo que sucede en el norte, donde no se han restringid­o los movimiento­s con Dinamarca a pesar de que Flensburg, ciudad alemana limítrofe, esté registrand­o un fuerte brote.

 ?? FILIP SINGER / EFE ?? Dos agentes de la Policía alemana vigilan ayer la frontera del país con la República Checa cerca de la localidad de Bad Gottleuba.
FILIP SINGER / EFE Dos agentes de la Policía alemana vigilan ayer la frontera del país con la República Checa cerca de la localidad de Bad Gottleuba.

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