“Yo era un ‘mandao’ al que le tocó ir al cordón de seguridad del Congreso”
El sanluqueño José Manuel Ahumada, hoy retirado, era en febrero de 1981 un joven de 22 años que tenía su primer destino en Madrid como agente de la Guardia Civil
Con sólo 22 años, el sanluqueño José Manuel Ahumada tenía su primer destino como agente de la Benemérita en la Comandancia de Madrid Interior, radicada en la propia sede de la Dirección General de la Guardia Civil.
Jubilado desde 1995 por un accidente, José Manuel recuerda a sus 62 años que “aquel día no tenía servicio, pero estaba de incidencia en la Comandancia, es decir, dispuesto para sustituir a compañeros que cayeran enfermos. Era una jornada tranquila, fuimos a comer a mediodía y, ya por la tarde, estábamos charlando cuando, sobre las cinco y media, nos enteramos de lo que estaba pasando en el Congreso. A la media hora más o menos apareció un comandante: ¡Vámonos!”.
Ni él ni sus compañeros sabían el motivo de aquella orden: “Ahora todavía puedes preguntar a dónde vas, pero en aquellas fechas cualquier guardia primero te decía ‘vámonos’ y tú respondías ‘a sus órdenes’ sin preguntar siquiera”. Bajaron al patio e inmediatamente se montaron en los coches. Así llegaron a los alrededores del Congreso de los Diputados, donde formaron parte del cordón de seguridad. “Estuvimos allí un par de horas, desde las siete de la tarde hasta las nueve de noche. Entonces alguien debió pensar que cómo era posible que hubiera guardias tanto dentro como fuera del Congreso. Aquello no tenía sentido: si hubiera habido un altercado grande, ¿se iban a liar a tiros guardias contra guardias?”, relata.
La Policía Nacional y el Ejército se hicieron cargo inmediatamente del cordón de seguridad, y José Manuel y sus compañeros volvieron a la Comandancia, donde estuvieron acuartelados cinco días. Recién casado, estuvo todo ese tiempo sin poder comunicarse con su esposa y demás seres queridos. En Sanlúcar, su familia y la familia de su mujer vivieron aquellas jornadas con la lógica incertidumbre.
José Manuel Ahumada asegura que le podría haber tocado estar dentro del Congreso, porque eso fue lo que les ocurrió a los agentes que estaban realizando entonces el curso de Tráfico. Recibieron la misma orden sin dar explicaciones y tampoco preguntaron. “Creían que se trataba de un atentado terrorista”, afirma lamentando que “fueron engañados”. “Sin comerlo ni beberlo se vieron implicados en un tema que no les correspondía”, añade.
Al cabo de los años, después de hablar con muchos compañeros de la Benemérita, este sanluqueño sostiene que “hay algunas preguntas que siguen en el aire sin respuesta, como, por ejemplo, ¿qué habría pasado si el golpe de Estado hubiera salido adelante? y, sobre todo, algo que a mí siempre me ha tenido dándole vueltas a la cabeza, ¿quién había detrás de todo aquello?, porque yo estoy seguro de que no fueron solamente Tejero, Milans del Bosch, Armada y demás, sino que había alguien más. Y nunca nos vamos a enterar, por mucho que se investigue”.
En el mandato 1999-2003, José Manuel Ahumada fue concejal del Ayuntamiento de Sanlúcar por un partido independiente local y en más de una ocasión el 23-F salió a relucir en la refriega política municipal. “Mucha gente estuvo buscando vídeos a ver si me veían salir por la ventana del Congreso, porque yo era un ‘pupa’ en el Ayuntamiento. Denuncié la existencia de facturas faltas varias veces y, cada vez que lo hacía, salían con ese tema. Lo utilizaron en mi contra, pero lo aclaré dando explicaciones. Al fin al cabo, yo era un ‘mandao’ al que le tocó ir al cordón de seguridad del Congreso”.
Posteriormente, en 2004, Ahumada fue candidato al Parlamento autonómico por Foro Andaluz, el partido que impulsara el ex ministro Manuel Pimentel, aunque sin ningún éxito. Y desde 2015, es presidente de la Asociación de Vecinos de Valdeconejos-La Jara-Montijo, cuya sede está en La Reyerta, a medio camino entre Sanlúcar y Chipiona.
Hoy, 40 años después del 23F, José Manuel Ahumada tiene claro que no hay nada mejor que una democracia.