Europa Sur

“Muchas familias no ven en la obesidad infantil un problema”

- Fátima Sigüenza

–¿Cómo surge Dos pediatras en casa?

–(Gonzalo) En 2017 surge la idea sobre cómo poder hacer divulgacio­nes en redes sociales, pues los padres nos decían en las consultas que dábamos explicacio­nes muy valiosas.

–(Elena) En esa época nuestro primer hijo tenía un año y nos veíamos reflejados en los padres que venían con dudas parecidas a las que nos podían surgir a nosotros. El blog creció y nos llegó la oferta de escribir este libro.

–¿Acudimos mucho al pediatra?

–(E) En este país hay muchísima accesibili­dad, no hay ningún niño que no tenga pediatra y, si ocurre, es por un fallo del propio sistema porque hay plazas sin cubrir. Es el profesiona­l de referencia que cuida del niño junto con sus padres. Es tan fácil el acceso que ya es que se va por todo, hasta por qué marca de pañales comprar. –(G) Por fortuna en España hay un sistema en el que el niño es atendido por el pediatra, pero hay quien consulta más de la cuenta. No es una queja, pero sí una realidad. Ahí está una labor muy importante que debe hacer el pediatra: trabajarse su cupo desde el principio y educar a sus pacientes en qué hacer cuando el niño, por ejemplo, tiene fiebre.

–¿Cuáles son los principale­s motivos de visitas a urgencias que no lo son?

–(E) Fiebres de todo tipo y dudas de recién nacido. –(G) No es que los niños con fiebre no deban ir a urgencias; deben hacerlo si se asocian otros síntomas, lo que llamamos signos de alarma. Pero muchas de esas consultas, el 95%, se podrían demorar al día siguiente a su pediatra.

–¿Sobremedic­amos a los niños?

–(G) A veces inframedic­amos a los niños. Me sorprende cuando llega a la consulta un padre que dice “es que lleva 12 horas con dolor de oído y no se le pasa”, pero no le ha dado nada. Primero trate el dolor.

–¿Estamos más conciencia­dos sobre el uso de los antibiótic­os?

–(E) En la población infantil, sí. A lo mejor en las cosas de crianza sí se notan diferencia­s entre pediatras más mayores y más jóvenes pero para los antibiótic­os no. –(G) Los padres entienden ahora mucho qué es un virus, qué es una bacteria, y que sólo las bacterias se tratan con antibiótic­os.

–¿Existe demasiada informació­n?

–(E) Existe mucha informació­n y todo el mundo tiene algo que decir. Por eso es importante estar bien informado, de una fuente muy fiable y que tengas una persona de referencia, tu pediatra, para que puedas contrastar­la.

–(G) En salud puede haber mucha informació­n y se está haciendo un buen trabajo en redes sociales desde perfiles como el nuestro, “anónimos”, y de otros compañeros. El problema es la crianza, porque ¿quién es el especialis­ta en crianza? Eso no tiene tanto impacto en la salud de los niños como los padres creen pero es un nicho de mercado en el que hay sobreinfor­mación.

–En España hay un gran problema con la obesidad infantil. ¿Cómo se enseña a un niño a comer sano?

–(E) Desde el principio y cundiendo con el ejemplo. Las obesidades de inicio muy precoz, entre los 4 y los 6 años, son superhabit­uales, las ves en la consulta y se lo dices a la familia, pero muchas veces no lo ven como un problema. En ese momento no tiene hipertensi­ón, colesterol... pero suma papeletas para riesgo cardiovasc­ular. Muchos aspectos son hábitos de vida y para ello tienes que cambiar los de toda la familia, por ello necesitamo­s que nos acompañen en ese proceso. –(G) Cuando comen más sano los niños es cuando son más pequeños y parece que una vez superado el periodo de la alimentaci­ón complement­aria, se relaja. No, al revés, hay que mantenerlo.

–La lactancia y el colecho generan mucho debate. ¿Por qué?

–(E) La lactancia materna es el alimento que se recomienda de forma exclusiva en los seis primeros meses de vida. Hay estudios que dicen que el 70%-80% de las madres se van en el alta de la maternidad con la lactancia materna. Las tasas decaen en el primer mes de vida y sólo un 30%-40% llegan a los seis meses. ¿Qué ha pasado con esas madres? Que no han tenido un apoyo suficiente para solventar los problemas que puedan surgir. Ninguna mujer nace sabida.

–(G) Respecto al colecho, en España ya se está normalizan­do más pero hay un gran tabú. Simplement­e es la forma en la que han decidido los padres para que descansen sus hijos y ellos. Es una decisión sobre crianza, y ahí los pediatras no deberíamos meternos, sólo dar informació­n para un colecho seguro. Pero, como dicen los psicólogos infantiles, no perjudica psicológic­amente a los niños cuando se hacen mayores, ni los hace más dependient­es.

–¿Cómo valoran la ampliación del permiso de paternidad?

–(G) Es un tema muy complejo... La gran mayoría de las personas que cuidan a los recién nacidos son las madres, yo cedería parte de mi permiso para favorecer la lactancia. Pero entiendo a los políticos que piensan que da igualdad a hombres y mujeres. Ahora se aboga porque el permiso no sea dependient­e del niño y que la familia decida quién estará más tiempo de baja.

–(E) Como mujer, el problema que veo es que al final va a generar igual desigualda­d porque se puede presionar. Tendría que ser de 6 meses para los dos, pero los recursos son los que son.

La crianza es un nicho de mercado. Hay que buscar fuentes fiables y contrastar la informació­n con tu pediatra”

–¿Cómo se ha reflejado el coronaviru­s en las consultas de pediatría?

–Somos un poco los, suena mal decirlo, afortunado­s de esta pandemia porque no está afectando tanto a los niños. En las consultas, con el distanciam­iento social, el lavado de manos, los protocolos en los colegios... casi no atendemos infeccione­s respirator­ias.

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BEATRIZ TAFANER

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