Nunca es tarde si la vacuna es buena
● María Guadalupe Badillo Palomeque, de 103 años, recibe su dosis en El Puerto ● Ha vivido dos guerras y ahora la pandemia del coronavirus
Nunca es tarde si la vacuna es buena. En la jornada del jueves recibía en El Puerto de Santa María la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus la paciente de más edad de las que han pasado estos días por el centro cívico de El Puerto de Santa María, donde se está vacunando a los mayores de 80 años.
Se trata de María Guadalupe Badillo Palomeque, una mujer nacida el 30 de julio del año 1917 en Sanlúcar de Barrameda con nada menos que 103 años.
Guadalupe ha tenido una larga e intensa vida, y entre otras cosas ha vivido dos guerras, la guerra civil española y algunos bombarderos de la Segunda Guerra Mundial, pues en los años del conflicto se trasladó a la zona de Marruecos ocupada entonces por España, donde su padre tenía un negocio de imprenta.
Su marido era militar y fue uno de los encargados de ir instalando las líneas de teléfono y telégrafo junto a las fronteras de entonces con Marruecos, en ciudades como Larache, Tánger o Alcazalquivir, donde nacieron algunos de sus cuatro hijos.
Guadalupe tiene doce nietos y veinte biznietos repartidos por toda la geografía española. Tras vivir en varios lugares del norte de África, donde tuvo vecinos y amigos árabes y hebreos, entre otras religiones, se trasladó a la península donde ha residido en ciudades como Cádiz, Almería, Granada, Málaga, Madrid y finalmente El Puerto de Santa María, donde tiene su domicilio desde hace ya años.
Esta mujer fuerte como un roble vive ahora con una de sus hijas, aunque es prácticamente autónoma y hace gala a diario de una lucidez envidiable.
Cuando sus nietos le dijeron que iban al centro cívico a ponerle la vacuna contra el coronavirus dijo simplemente: “Pues vale, muy bien, vamos”. La vacuna la recibió junto a su hija de 83 años, a quien el pinchazo le molestó un poco, mientras que Guadalupe dijo al salir: “Pues yo ni me he enterado”.
“Ni me he enterado”, dijo Guadalupe cuando acudió a vacunarse con su hija, de 83 años