¿A QUÉ SABE CÁDIZ?
ME duele que siempre te pisen, que te ninguneen con malísima intención, y que siempre sean los mismos los que tartamudeen al pronunciar tu nombre porque les produce alergia. Me duele que al Campo de Gibraltar lo metan en el saco amorfo de Cádiz, sin nombrarnos, como si nosotros fuésemos realmente gaditanos o, simplemente, como si lo hubiéramos sido en algún momento de la historia.
Admiro al cocinero Ángel León con su Aponiente y aplaudo su liderazgo sobre el majaronismo culinario del mar que tanto merecido éxito le está proporcionando, pero no comulgo con el último vídeo que ha hecho de la mano del Patronato ‘Provincial’ de Turismo de la Diputación promocionando, en compañía de otros grandes cocineros españoles, las excelencias gastronómicas de Cádiz bajo el eslogan “¿A qué sabe Cádiz?”.
Porque la provincia de Cádiz también sabe a lo que sabe el Campo de Gibraltar, aunque ni Ángel León ni el Patronato ‘Provincial’ de Turismo lo recuerden.
Esta comarca sabe al pargo frito que le enseñaron a cocinar a León en La Reja, al garum de Bolonia romana, a la carne de vaca retinta del parque natural de Los Alcornocales, a los espetos de La Línea, a los volaores secos de La Atunara, a atún de almadraba de Tarifa, a melva canutera en aceite de oliva, a setas de ensueño de Jimena, a refrito barreño y potaje de tagarninas, a jabalíes y venaos guisados, a fideos con coquinas y sardinas a la moruna de Algeciras, al pescado frito frío del día anterior con café negro de pucherete, a repostería moruna, a cajillas con pasta de almendra, a piñonates jimenatos, a té verde con hierbabuena, a morena en adobo, a ortiguillas y erizos de mar, a safío en amarillo, a sopas de cabozos de la Torre de Los Canutos, a robalos a la sal, a brótola frita y a abajá.
Porque siempre nos pasa lo mismo y el gaditanismo de la capital termina donde termina el desdoblamiento de la Nacional 340. Los campogibraltareños somos gaditanos sin pedigrí oficial porque seguimos aceptando una distribución geopolítica sin sentido que recorta nuestras alas decidiendo por nosotros a más de cien kilómetros de distancia.
El Campo de Gibraltar debe ser inteligente y vender sus productos poniéndolos en valor. Armonicemos nuestra gastronomía con un buen merchandising y hagámonos valer. Tenemos mucho y bueno. Es muy lícito que Ángel León venda su marca Aponiente y su extraordinario talento, pero lo que no encaja demasiado bien es que su compañero de viaje en el vídeo promocional de Cádiz sea un Patronato ‘Provincial’ de Turismo que, al igual que la Diputación de Cádiz capital, sólo se mira su reverendo ombligo.
La provincia también sabe a lo que sabe el Campo de Gibraltar aunque ni Ángel León, ni el Patronato de Turismo lo digan