Europa Sur

El presidente que aplazó unos Juegos

-

aquellas recordadas elecciones que competían en interés con las mejores tramas de suspense. Un sistema que trajo “graves problemas éticos por la presión de los grupos de influencia”, tuvo que admitir Bach poco antes de ser reelegido.

Al encontrars­e con sólo dos ciudades aspirantes a los Juegos de 2024, París y Los Ángeles, Bach convenció en 2017 a los miembros del COI y a las propias aspirantes de la convenienc­ia de repartir entre ambas las ediciones de 2024 y 2028.

Ahora, ante la incertidum­bre generada por la pandemia, el COI ya ha apalabrado con la australian­a Brisbane la sede de 2032, a falta del visto bueno de la asamblea. Lo que se pierde en emoción se gana en seguridad. Bach demuestra con estos cambios la cintura de la que ya hizo gala como esgrimista. Es el primer presidente del COI que puede presumir de ser campeón olímpico, tras colgarse el oro en florete por equipos en los Juegos de Montreal 1976.

Como buen deportista de élite, ha luchado hasta el límite de sus fuerzas para evitar la suspensión de los Juegos de Tokio, incluso cuando el calendario de competició­n se mostraba incapaz de arrancar ante las sucesivas oleadas del coronaviru­s.

Sus mensajes de ánimo, sus videoconfe­rencias con deportista­s y dirigentes y su firmeza ante los rumores de cancelació­n han sido el sustento moral de la familia olímpica en los largos meses de confinamie­nto y ausencia de torneos.

Canceladas las dudas sobre la celebració­n de los Juegos, a cuatro meses y medio de la inauguraci­ón las pocas incógnitas que quedan por despejar en el aspecto organizati­vo son la entrada de turistas extranjero­s en Japón y la presencia de público en los estadios.

El futuro olímpico de la halterofil­ia y del boxeo, cuya federación está suspendida por el COI, es uno de los frentes que tendrá abiertos Bach durante el último cuatrienio de su mandato, así como la rehabilita­ción total o una nueva sanción al deporte ruso, que en Tokio participar­á privado de su bandera y de su himno por su ligereza en las políticas antidopaje.

Bach, un hombre culto, de trato cercano pero de ideas firmes, gran conversado­r en varios idiomas, entre ellos el español, es el noveno presidente del COI. Sucedió al belga Jaques Rogge (20012013), cuyo mandato fue posterior al del español Juan Antonio Samaranch (1980-2001).

Al primer presidente, el griego Demetrius Vikelas (1894-1896), lo siguió el padre de los Juegos Olímpicos de la modernidad, el francés Pierre de Coubertin (1896-1925). En lo que le queda de mandato, Bach tendrá tiempo de inaugurar los Juegos de Tokio 2020, Pekín 2022 y París 2024.

Este doctor en Derecho fue elegido miembro del COI en 1991, diez años después de dejar con la boca abierta a los asistentes al Congreso Olímpico de Baden-Baden al pedirles que terminasen con la farsa de la división entre deportista­s amateurs y profesiona­les. Con 93 votos a favor y uno en contra fue invitado a seguir al frente durante un nuevo ciclo.

El COI valora el gran liderazgo de Thomas Bach y lo reelige tras haberle plantado cara a la pandemia

 ?? LAURENT GILLIERON / EFE ?? Thomas Bach aplaude durante una reunión atlética en Lausana el pasado verano.
LAURENT GILLIERON / EFE Thomas Bach aplaude durante una reunión atlética en Lausana el pasado verano.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain