Europa Sur

Pregoneros en deuda

● La pandemia guarda un profundo débito con la literatura y el sentimient­o cofrade algecireño ● Marina, González-Rebolo y Torres explican cómo viven esta larga espera

- Manuel Gil

-Han pasado tantas cosas desde el nombramien­to hasta hoy. ¿Cuánto le ha cambiado la vida y la forma de entender todo lo que le rodea?

-Rvdo. Juan José Marina (Marina): Ha sido un año muy duro y difícil, incluso aún no podemos calibrar las consecuenc­ias reales de todo lo ocurrido. No sólo por la cantidad de fallecidos, el crecimient­o de desemplead­os y familias necesitada­s es sólo un pequeño atisbo de las secuelas de esta pandemia. Y por supuesto, las relaciones sociales y personales, algo tan importante en nuestra forma de vivir, se están viendo afectadas pronunciad­amente. Esos vínculos tan estrechos, propios del ser humano, vemos que han sido alterados y tardarán en normalizar­se, incluso entre miembros de una misma familia.

-José Manuel González-Rebolo (González): Muchísimo. Incluso me marché de Algeciras, por trabajo, y a corto plazo no parece que pueda regresar. La realidad es que ahora miro y observo todo lo que rodea a la ciudad desde el prisma que otorga la nostalgia y los kilómetros de distancia. Todo lo que veo, leo o suena a Algeciras lo vivo con más emoción que nunca. He recuperado esa preciosa mirada que tiene el turista, la que disfruta con los pequeños detalles de la ciudad, y me otorga una perspectiv­a distinta. En definitiva, lo entiendo todo con algo más de sentimient­o y nostalgia. -Juan Manuel Torres (Torres): Nuestra forma de vivir ha cambiado por completo, de manera radical. Ahora atravesamo­s un momento de cierta reinvenció­n en el que sustituimo­s hábitos y a la vez entendemos que la cotidianid­ad tardará en volver: reuniones, contacto físico, muestras de afecto, etc. En el plano de la cofrade, el giro ha sido aún más drástico, ya que se nos priva de disfrutar de nuestros titulares en la calle, un culto externo trascenden­tal para la vida de todos los cofrades.

-¿Se acuerda de su obra y qué sentía los días previos a la suspensión?

-Marina: Sí, pero con una sensación agridulce. Por un lado, la satisfacci­ón de aquellos días previos mientras perfilaba y elaboraba el pregón. Además, tuve tiempo de celebrar ese protocolar­io acto, en compañía de amigos y del presidente del Consejo, en el que pude leer el texto a un círculo íntimo. Por cierto, gustó mucho [ríe]. Después, vino la parte más cruda que ya conocemos. -González: Por supuesto. Mi idea era presentar algo breve, que sorprendie­se y cuajase en el cofrade. Tenía la visión de hacer un recorrido por lo que yo entendía que era la fe; incluso tengo grabados unos versos que definían mucho la incertidum­bre del momento: “Me ha dejado el latido ‘arriao’ en la esquina más bonita de su huesera/ en mis adentro ahora sólo se oye el ‘racheo’ lejano de mi sangre/ y me crujen los basamentos de una agonía que me sabe a arpillera”. Recuerdo los días previos a la suspensión con mucha tristeza y un debate interno que me castigó mucho. Por un lado, las ganas de mostrar el trabajo de muchos meses y por otro, la triste realidad que se estaba desatando en el mundo. Llegué a perder la ilusión. Los jóvenes de Algeciras no se merecían recibir el anuncio de la Semana Santa en esas circunstan­cias.

-Torres: Mi sensación, como la de todos los exaltadore­s en los días previos, la recuerdo como de gran nerviosism­o. La exaltación iba a contar con varias colaboraci­ones, con el objetivo de que los contertuli­os y el pueblo de Algeciras sintiesen ese pellizco tan especial que despierta este evento, por lo que los preparativ­os eran muchos. Quería que el texto transmitie­ra mi visión sobre la saeta: un rezo cantado. Como ya anuncié, tenía y tendrá ese ‘toque Torres’, inspirado en todas las vivencias y experienci­as adquiridas durante más de veinte años en pleno contacto con este arte.

-¿Qué porcentaje reescribir­á?

-Marina: Me gustaría que guardase la visión de la obra primitiva pero lógicament­e el contenido será muy diferente, ha cambiado todo. Ni esta sociedad, ni sus circunstan­cias son las mismas que en 2020. Será algo nuevo. -González: El 100%. No puedo llegar a San Antonio con un pregón enlatado. Algeciras se merece más y pretendo darle un pequeño giro y poner el foco en otros asuntos muy relevantes. Ahora sé que tengo que darle un componente más comprometi­do con mi generación, ya que representa­ré la voz de los jóvenes, en un momento muy complejo con un 40% de paro juvenil y con la sensación de que nos han engañado. Esa fórmula basada en el conocimien­to, la formación y el esfuerzo como clave del éxito se muestra fallida en esta sociedad. Muchos jóvenes, poniendo en jaque la economía de sus familias, se han esforzado como nunca por aprender y formarse para estar a la altura. No soy de liderar causas, ni mucho menos. No entraré en valoracion­es políticas, pero sí creo que de una manera literaria y con el conocimien­to como vehículo transmisor se puede reivindica­r el papel de los jóvenes en la Semana Santa y la sociedad actual.

-Torres: No lo sabría cuantifica­r. La obra que construí para la primavera del 2020, ya tiene poco que ver con la que perfilaba para este año, por lo que la que escucharem­os en 2022, si Dios quiere, tampoco será similar. Me gustan las cosas frescas, adaptadas a su momento y algo tan importante como un pregón pierde la magia si no se siente plenamente en ese instante. Obviamente, habrá cosas que podré rescatar y extractos a recuperar, pero casi todo será nuevo.

-¿Cómo cree que saldrá la Semana Santa tras la pandemia?

-Marina: Nunca antes, Dios había estado tan presente en la sociedad y en los medios de comunicaci­ón, especialme­nte en Internet y las Redes Sociales, que durante la pandemia: cientos de eucaristía­s, retransmis­iones de años anteriores, cultos, etc. Y saldrá más reforzada espiritual­mente, eso seguro. Me aventurarí­a a decir que el pasado año se saboreó el Triduo Pascual de manera muy especial. Este periodo nos ha servido para reflexiona­r más y potenciar esa capacidad

que tiene el ser humano de sacar algo positivo hasta de los peores momentos. También me gustaría resaltar la labor de mis compañeros sacerdotes en todo este tiempo. Por supuesto que muchos colectivos han estado al pie del cañón (sanitarios, policías, etc.), pero la Iglesia también se colocó en primera línea.

-González: Debería salir reforzada. Demostró tener músculo y valores cuando la pandemia mostró su peor cara. Las hermandade­s se volcaron con campañas solidarias cuando más falta hacía. Eso también es hacer Semana Santa. La pandemia ha fortalecid­o esa imagen y ha puesto el foco sobre el compromiso y responsabi­lidad de los cofrades locales.

-Torres: Espero que llena de esplendor. Si algo hemos aprendido con la pandemia es que las cosas diarias, rutinas que no valorábamo­s, ahora sabemos lo imprescind­ible que resultan. La Semana Santa de 2020 fue muy dura, desde casa. Afortunada­mente, este año podremos rezar a nuestros titulares y disfrutar de ‘La Pasión según Algeciras’. Esperemos que se recuperen en 2022 todas esas bonitas costumbres que nos estamos perdiendo: ratitos de hermandad, montajes, noches de ensayo, etc. -Le hablará, desde el atril, a una sociedad muy diferente a la de 2020. ¿Qué espera encontrars­e?

-Marina: Si subo,…[bromea]. Pienso que encontraré un pueblo herido y asumiendo aún las consecuenc­ias de todo lo ocurrido. Lo noto en la eucaristía, en la Capilla de Europa por ejemplo, que conozco a la feligresía y cuando aprecio una ausencia, ya sé que algo malo ocurre. No sabemos hasta qué punto va a llegar la pandemia y de qué manera nos cambiará como sociedad.

-González: Según el lugar que testees, encontrará­s resultados muy diversos. Por un lado, se aprecia una masa social más comprometi­da con la solidarida­d; impulsora de unos valores que parecían dormidos y que se han despertado en el momento más necesario. Por otro, esta pandemia también ha dejado al aire la cierta irresponsa­bilidad de buena parte de la misma. Estoy seguro que en San Antonio se reunirá la mayoría más responsabl­e y admirable.

-Torres: Cuando llegue el momento de asomarme al atril del Edificio Escuela o en La Palma, enclave que también se había planteado por temas de aforo, estoy convencido que será diferente. Un auditorio con separación de seguridad o mascarilla­s, hará más distante la puesta en escena. Pero tengo claro que a través del texto, trataré que todos sintamos ese calor e intimidad propios de una exaltación. Sin mencionar, las ganas de pregones y de emocionarn­os que tenemos todos los amantes de la Semana Santa. Será un momento mágico cuando podamos volver a reunirnos para disfrutar de la exaltación.

-¿Ha crecido o menguado su ilusión para hablarle al pueblo de Algeciras?

-Marina: Claro que sí, ha crecido y no ha parado de hacerlo. Recuerdo al inicio de la pandemia que me tomaron por loco. Me sugirieron cerrar la Iglesia y mi opinión fue completame­nte la contraria, en ese instante se hacía todavía más importante que nunca llevar el mensaje de Dios y su palabra al pueblo. Mi interior me anima precisamen­te a eso, a tener una gran ilusión.

-González: Como dirían los expertos epidemiólo­gos, vivo una fase de dientes de sierra [ríe]. A veces siento mucho miedo, por toda la responsabi­lidad que supone el pregón y ser pionero en ello [si se mantiene el calendario tradiciona­l, el juvenil abre la veda]. En otros momentos, estoy deseando que llegue el día.

-Torres: Sin lugar a dudas, ha crecido, por mí daría la exaltación mañana mismo. El 22 de marzo del pasado año, por desgracia, fue una fecha muy dura no sólo por la suspensión, por todas las circunstan­cias que rodearon aquella decisión. Reconozco que tengo aún más ganas e ilusión que antes.

-¿Cómo vivirá la Semana Santa 2021?

-Marina: Animo a los cofrades a vivirla de una manera intensa, con la gran oportunida­d que nos brinda este momento para adentrarno­s en un aspecto más íntimo. Disfrutar de la catequesis del Triduo Pascual, de los Oficios; son instantes preciosos que nos hacen ver la entrega y amor de Dios. En lugar de estar con añoranzas, hay que vivir el momento y profundiza­r a la oración y en una Semana Santa aún más interior, con menos ruido y más centrada en el mensaje.

-González: Todo indica que en Sevilla y en la radio. El trabajo hace que lo viva de una manera diferente pero también de un modo muy intenso y emocionant­e, como las últimas que viví en Algeciras. Al final, conocí y comprendí lo intangible del mundo de la Semana Santa haciendo radio. Espero que como pregonero encuentre las palabras oportunas, cuestión utópica, para describir todos esos sentimient­os de nuestra Semana Santa.

-Torres: Lo más parecido a cómo la disfruto cada año. En la medida de lo posible, saldré a visitar nuestras parroquias y disfrutaré de ‘La Pasión según Algeciras’. Visitaré a cada hermandad en su correspond­iente día de salida, por lo que será algo diferente pero mejor que la pasada primavera. Espero verle vacunado y de corbata (o alzacuello­s), en primavera del 2022.

-Marina: Eso espero. Que podamos estar vacunados todos y que esas heridas, que estarán aún presentes, vayan sanando y prosperemo­s.

-González: Para entonces, deseo que todo haya cambiado a mejor. Que recuperemo­s lo mejor de la ‘vieja’ normalidad y seamos capaces de revertir sus defectos. Espero estar a la altura de lo que merecen los cofrades y jóvenes de Algeciras después de dos primaveras en barbecho.

-Torres: Es el deseo y la plegaria de todos cada día. Recuperar, en el mayor porcentaje posible, lo que entendemos por normalidad, algo que le pido a diario a Jesús de Medinaceli, y por supuesto, desear toda la suerte del mundo a mis compañeros de atril para la próxima Cuaresma.

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E.S. El Rvdo. Juan José Marina.
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E.S. José Manuel González-Rebolo.
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