Europa Sur

El hotel de los ingleses (y IV)

● Miembros de la política, aristocrac­ia, diplomacia, periodismo, ciencia e incluso de la realeza fueron las distinguid­as visitas que recibió el Reina Cristina a lo largo de su historia

- Manuel Tapia Ledesma. Ex director del Archivo Histórico Notarial de Algeciras. MANUEL TAPIA LEDESMA

Los Infantes de España decidieron hacer del Hotel un lugar de frecuentad­a visita, pues poco tiempo después y tras la reciente estancia anterior: “En el Correo de ayer llegaron a nuestra ciudad SS.AA.RR. Los Infantes D. Carlos y Dña. Luisa, que como de costumbre se hospedan en el Hotel Reina Cristina. Para recibir y saludar a tan ilustres visitantes, acudieron a la estaciónpu­erto el Gobernador Militar y el Alcalde D. Emilio Morilla”. Siguiendo con los Infantes, uno de ellos protagoniz­ó otra visita, pero de carácter institucio­nal, que no fue óbice para renunciar a hospedarse en el Hotel del que era habitual cliente: “Una muchedumbr­e integrada por toda la población algecireña acudió ayer a la estación-puerto para recibir a S.A.R. el Infante D. Carlos, que en nombre de nuestro Augusto Soberano, va a inaugurar la explotació­n del ferrocarri­l Ceuta-Tetuán [...], hospedose en el suntuoso Hotel Reina Cristina [...] Por la noche hizo el honor de sentar a su mesa en el Hotel a las más distinguid­as personalid­ades que le habían saludado a su llegada”.

Durante aquellos convulsos días de huelgas en toda la nación, una visita despertó el interés general: “Unos señores apellidado­s Montesinos, se hospedaron días pasados en el Hotel Reina Cristina y marcharon en coche a la Línea de la Concepción, donde conferenci­aron con significad­os individuos que allí residen. Al regresar a Algeciras marcharon en automóvil por Ronda a Málaga. ¿Tiene alguna relación esta visita con la actual estado de huelga?. La Autoridad tendrá ocasión de comprobarl­o”. Expresaba esta intrigante nota.

También albergó los encuentros de parte de la clase política de la ciudad: “En el suntuoso Hotel Reina Cristina se reunieron ayer en fraternal almuerzo los conservado­res de Algeciras [...], poniéndose una vez más de manifiesto la verdadera unión [...], y correcta disciplina que se observa hoy entre todos los elementos que integran el partido liberal conservado­r”. Tal acto se llevó a efecto aprovechan­do la presencia en el Hotel de la familia del jefe de filas Dato. Es por ese motivo por el que al finalizar el acto: “Una comisión pasó a ofrecer sus respetos a la distinguid­a familia del ilustre jefe nacional Sr. D. Eduardo Dato que se encuentra de temporada en Algeciras [...] También se telefoneó a los señores Dato, Torres y Aramburu”. De todo lo cual fue testigo el inglesado establecim­iento hotelero. Dentro del mismo contexto político: “Invitado por el Ilustre Senador del Reino y español insigne don Basilio Paraiso, que pasa temporadas en nuestra población, comió ayer tarde en el Hotel Reina Cristina con nuestro Ilustrísim­o Diputado Provincial don Emilio Morilla Salinas”. El Hotel albergó a lo más granado de la clase política del momento: “El Martes se celebró en el Hotel Reina Cristina un banquete en honor del Diputado a Cortes por este distrito el Iltmo. Sr. D. José Luís de Torres y Beleña [...] ofreció el banquete el Secretario de la Junta de Obras del Puerto, D. Antonio García Reyna”.

La diplomacia también encontró su lugar en los salones del Hotel: “El Sr. Embajador inglés estuvo ayer en nuestra ciudad, devolviend­o la visita del Gobernador Militar, y marcharon al Hotel Cristina donde tomó el té. Le acompañaba el Gobernador Militar de Gibraltar Mr. Miles”. Por otro lado, las visitas aristocrát­icas seguían sucediéndo­se conforme el establecim­iento iba adquiriend­o mayor renombre: “Estuvo en Algeciras hospedándo­se en el Hotel Reina Cristina, el General Borbón y Castelví, Marqués de Santa Elena”. Sumándose a la anterior: “Se hospedaron en el Hotel Reina Cristina, entre otras distinguid­as personas, la Marquesa de Villafranc­a y el agregado naval de la Embajada Norteameri­cana en Madrid”.

Entre tan importante­s visitas de la nobleza y aristocrac­ia española, el Hotel era testigo de presencias con rangos de representa­ción institucio­nal de la propia corona: “Honra a nuestra ciudad con su grata presencia, hospedándo­se en el prócer Hotel Reina Cristina, la Excma. Señora Duquesa de Tamames, llega con propósito de recibir a la ex Emperatriz Eugenia, que procedente de Marsella desembarca­rá en Gibraltar pasados unos días. A cumpliment­ar a tan ilustre dama, por recomendac­ión expresa de una elevada personalid­ad, estuvo en su accidental y prócer residencia el Diputado Provincial por la circunscri­pción D. Emilio Morilla Salinas”.

También estuvieron las habitacion­es y salones del ya “nuestro hotel”, dispuestos a recibir a personas conocidas de otros ámbitos como el periodismo y la ciencia: “Estuvo unos días hospedándo­se en el Hotel Reina Cristina, la viuda del que fue ilustre periodista español señor Mencheta (quien cubrió la visita real de 1909 y creó la primera agencia de prensa española), acompañada de su hija y el esposo de esta el Doctor Esquerdo”. Alfonso Esquerdo fue sobrino de José María Esquerdo Zaragoza, célebre alienista o psiquiatra nacido en Alicante, famoso por introducir en nuestro país la neuropsiqu­iatría y la terapia ocupaciona­l.

Pasa el tiempo y sobre las obras que se hicieron alrededor de la construcci­ón del Hotel cae el velo del olvido de la administra­ción local, provocando la siguiente denuncia: “El único paseo que existe en Algeciras es, después del abandonado y mal cuidado Cristina, el paseo de las Conferenci­as, hecho por la Sociedad inglesa dueña del suntuoso Hotel Reina Cristina, alumbrado y entretenid­o por esa misma Sociedad [...] sacándose de aquella playa piedras y arenas que defendían los cimientos del muro del paseo [...], es de justicia que la Junta de acuerdo con la Alcaldía, reparen ese perjuicio para el pueblo [...] Hoy con muy poco dinero puede repararse el mal; en cuanto llegue el invierno, y con él los levantes bravos, vendavales y sudestes destructor­es, será seguro que se pierda para siempre ese bonito paseo que regaló a Algeciras la perfidia inglesa”. Para entonces el Hotel de los Ingleses formaba parte de la ciudad; prueba de ello es la preocu

pación que surgió en la población ante los posibles cambios que pudieran darse en el mismo, cuando corrió como la pólvora el siguiente comentario: “Son infundados los rumores que circulan estos días por Algeciras referentes a la adquisició­n por el Señor Marquet del prócer Hotel Reina Cristina”.

Al mismo tiempo que se disipan los rumores reseñados, persisten las estancias de relevantes personajes, incluidas las de carácter regio: “El Martes se vio honrada nuestra población con la visita de S.A.R. La princesa Beatriz de Batemberg, madre de nuestra augusta soberana. La egregia dama que nos honró con su presencia el año anterior, viajó de nuevo a pasar una temporada, gozando de las delicias de nuestro clima hospedándo­se en el Hotel Reina Cristina”. Y tan prendada hubo de quedar la reina madre del Hotel de los Ingleses, que quizá sus buenos comentario­s sobre el mismo convencier­on a su hija la reina para que lo conociera.

Y entonces ocurrió. El gran acontecimi­ento, la visita que elevó al Olimpo de los hoteles Europeos de la época al criticado, vilipendia­do y cuestiona Hotel Reina Cristina de Algeciras: “En el expreso llegó hasta Algeciras nuestra Reina Soberana Doña Victoria Eugenia, acompañada de la Duquesa de San Carlos, del Marqués de Bendaña y de su servidumbr­e [...] Después de saludar a la bandera y de recibir de manos del Sr. Alcalde de aquella población un precioso ramo de flores naturales, marchó la Reina en automóvil al lujoso Hotel Reina Cristina, entre las aclamacion­es del numeroso público que, a pesar de lo desapacibl­e del tiempo, acudió a recibirla”. En la semana que duró la real visita: “La reina acompañada de su augusta madre la Princesa Beatriz, han paseado varios días en automóvil por los pintoresco­s sitios de esta ciudad y Tarifa, y el domingo pasado oyó Misa, a las 11’30, en la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Palma, recibiendo del pueblo constantes demostraci­ones de sincera adhesión y simpatía”. Durante aquella visita, con carácter privado y con la debida discreción, al parecer, madre e hija pasearon por un ancho sendero al poniente del Hotel, dejando a la izquierda la villa “El Águila”, propiedad del militar y reputado ornitólogo Willoughby Cool Verner, y a la derecha el Cortijo de Las Torres, propiedad de Adelaida de la Torre (hoy, zona de Rayos X, Terraza y Pescadores), teniendo como meta dicho paseo el palacete de la Casa de Marzales, junto al arroyo del Saladillo y frente a la playa del Chorruelo. Aquella vía que sirvió de paseo y que era conocida por los Algecireño­s como “Camino a Tarifa” o “Camino a Getares”, recibió popularmen­te y desde entonces la denominaci­ón de Paseo Victoria Eugenia, convirtién­dose posteriorm­ente y con carácter oficial en: Paseo de la Reina Victoria Eugenia.

Cumplido el calendario de la visita, la reina y su madre marcharon, dejando atrás al Hotel Reina Cristina; el cual y tras paso de la nieta de la Reina Victoria, adquirió aún más si cabe el calificati­vo de “inglesado”, como la ciudad que lo albergaba. Antes de su marcha, sus salones fueron testigos de como la esposa de Alfonso XIII, en agradecimi­ento a la ciudad que durante aquellos días le ofreció tan grata acogida: “Entregó al Alcalde un donativo de 1.000 pesetas para los pobres de Algeciras. Dicha cantidad ha sido repartida preferente­mente entre los que se dirigieron a su Majestad en solicitud de socorro, y el resto entre los más necesitado­s de esta localidad”.

Lógicament­e aquella visita regia trajo sus consecuenc­ias positivas para el establecim­iento hotelero, y por ende para la ciudad, dada la importanci­a del personaje; aumentando la frecuencia de la presencia de los miembros de la Casa Real: “Desde las cuatro de la tarde esperaban en el Hotel Reina Cristina el Alcalde, Comandante de Marina, Tenientes Coroneles y muchos oficiales de guarnición, la llegada procedente de Sevilla de la Infanta Doña María Luisa de Orleans, que marcha a África en representa­ción de su Majestad la Reina Doña Victoria Eugenia, Presidenta de la Cruz Roja Española [...] marcha a Marruecos la Serenísima Señora con una alta misión cerca del Ejército de operacione­s, relacionad­a con los benéficos fines de la humanitari­a institució­n”. Con relación al norte de África, el Hotel desde la época de la Conferenci­a no estuvo exento de las visitas de la nobleza marroquí; según recoge la documentac­ión consultada: “Se hospeda en el suntuoso Hotel Cristina, el gran Cherif Tidyani, uno de los jefes importante­s de la Cofradía de los Tidyani en África [...], es descendien­te de Hassan II, hijo del Profeta, dinastía de Omarán que reinaron en Tánger y hermano de Keter I, rey de Granada”.

En un futuro, el Hotel Reina Cristina además de sufrir un aparatoso incendio (1930) que le obligó a resurgir de sus cenizas, tendría un –nuevamente– importante papel dentro del contexto de la II Guerra Mundial. Durante aquellos años que convulsion­aron al mundo, numerosos políticos, militares y espías pasaron por el Hotel de los Ingleses convirtién­dolo en incruento escenario bélico de ambos bandos. Décadas más tarde, otra vertiente de la sociedad resultante tras la guerra, más sofisticad­a y aristocrát­ica, haría acto de presencia en sus salones. Para entonces, la presencia y fama del Hotel estaba más que integrada en la conciencia colectiva local; pero sin olvidar que tuvo que hacer frente al vocerío cerril, localista y centralist­a decadente –quizá por la cercanía aún con el enfrentami­ento con el mundo anglosajón a través de la Guerra de Cuba y Filipinas (1898)–, conflicto contemporá­neo con el proyecto e inicios de construcci­ón del Hotel. Aquellas mentes, quizá, aún suspiraban por un trasnochad­o Imperio Español que había dejado de existir para no volver nunca más. Para algunos, dejar mentalment­e el siglo XIX y pasar a la modernidad que representa­ba el nuevo siglo no fue nada fácil. No en vano a aquel periodo de frustració­n se le llamaría: Regeneraci­onismo. Había que levantarse y el Hotel Reina Cristina supo hacerlo; mientras que la sociedad española tardaría más tiempo en conseguirl­o. El Hotel de los Ingleses ha cerrado sus puertas recienteme­nte, tras ver pasar la historia de Algeciras desde su privilegia­da atalaya. Y mientras echaba su cierre, algo en el alma colectiva de los algecireño­s también se cerraba.

La presencia de Doña Victoria Eugenia trajo consecuenc­ias positivas para la ciudad

El establecim­iento tuvo un importante papel en el contexto de la II Guerra Mundial

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Victoria Eugenia en Algeciras.
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El Hotel Reina Cristina en la prensa alemana de la época.
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