“Gracias al trabajo en remoto, la gente quiere despertarse en la Costa del Sol”
● La urbanización La Zagaleta está considerada como la más lujosa de Europa ● Con la pandemia se demandan viviendas de lujo con zonas verdes y conectividad
La urbanización La Zagaleta, en Benahavís, está considerada como la más lujosa de Europa, asentándose en claves como su privilegiada ubicación montañosa y la baja densidad de construcción que presenta. Su presidente ejecutivo, Ignacio Pérez, está ahora al frente del grupo empresarial tras el fallecimiento de su padre y fundador del mismo, Enrique Pérez Flores, el pasado mes de octubre.
–¿Qué legado le deja su padre?
–Una compañía que existe desde hace 30 años y que está funcionando perfectamente. No es empezar de cero, sino que es dar continuidad, liderazgo, centrar el tiro y adaptarse a los cambios.
–¿Qué objetivos se marca en esta nueva etapa ?
–En estos momentos, no es que queramos crecer a toda costa, sino que queremos tener un crecimiento orgánico y estamos lanzando nuevas líneas de negocio, tanto en La Zagaleta como en Valderrama, y lo que queremos es continuidad. Esto es una marca de lujo muy conocida y prestigiosa, pero hay que cuidarla y que gestionar lo que uno tiene para seguir cumpliendo con la promesa. Nuestro objetivo, y teniendo en cuenta la que está cayendo, es seguir haciendo lo que hacemos e intentar ser siempre el mejor en nuestra categoría.
–¿ Y eso cómo se consigue?
–Para ser el mejor de tu categoría, tienes que invertir constantemente en seguridad, en instalaciones, en innovación, tener nuevas experiencias en servicios y tienes que estar constantemente a la última. Luego, tienes que adaptar el producto casa la realidad, no tienen nada que ver las viviendas que hacíamos hace 25 años con las que hacemos ahora, ni siquiera con las que hacíamos hace 5 ó 10 años.
–¿Cómo ha afectado la pandemia?
–Muchísimo porque muchos de nuestros clientes están como todos y hay algunos que se han quedado pillados, descolgados completamente. Tenemos clientes que se mueven en el mundo de la ingeniería, la aviación, el turismo, el inmobiliario o de los alquileres de oficinas. Luego hay otros que han subido, como los que están con la tecnología, la alimentación o la farmacéutica. Esos negocios han sufrido menos, pero nos afectado muchísimo porque cuando alguien tiene problemas se nota y ya no tiene ganas de socializar, está pensando en salvar los puestos de trabajo y sobrevivir.
–¿Y respecto al empleo?
–Hemos podido mantener nuestro club, que tiene un montón de trabajadores, y hemos podido hacerlo porque hay una nueva tendencia. En estos tiempos en los que la gente ha estado encerrada en sus casas y ha tenido miedo a salir, algunos se han adelantado y han venido a hacer la compra antes. Nosotros hemos tenido la suerte de que se ha abierto esta nueva tendencia y es que gracias a la conectividad y al trabajo en remoto, la gente quiere despertarse en la Costa del Sol e ir a Málaga a pasear por la calle Larios y tomarse su tapita de jamón.
–¿Existe en la actualidad demanda de viviendas de lujo?
–Sí, lo que ha pasado es como un despertar. Parece que hay gente que llevaba muchos años pensando en mudarse a España a un punto del litoral, y al haber estado privada de libertad y de movimiento ha dicho: ¡Ya está bien, llevamos muchos años diciendo que nos vamos a comprar algo, vamos a cambiar de vida y acelerar este proceso!, eso ha sido nuestra salvación.
–¿En qué porcentaje se ha incrementado?
–La demanda empieza por el número de visitas, que se ha multiplicado por tres o cuatro. La famosa estacionalidad también se aplica a las visitas y antes de la pandemia había épocas como la Semana Santa o el inicio del año en las que la gente venía a interesarse, pero ahora en cualquier momento alguien puede venir. El año pasado se vendieron 17 casas en toda la urbanización una cifra extraordinaria.
–¿A qué se debe?
–No son los precios que se deseaban, pero por lo menos hay un suelo y la gente que compra quiere comprar bien y ahorrarse muchísimo dinero, y el que vende quizás esté dispuesto a adaptarse en el precio y rebajar. Ha sido sorprendente y muy positivo que haya gente dispuesta a vivir en la Costa del Sol y dar el paso, y la pandemia ha acelerado ese proceso. La gran pregunta es qué va a pasar cuando se abra el espacio aéreo y el movimiento de personas.
–¿Qué tipo de casas se están solicitando?
–Están al alza valores como las zonas verdes y la conectividad. La gente busca baja densidad y tener un acceso a la calidad de vida que teníamos antes del coronavirus, es decir, que haya buenas escuelas o buenos supermercados.
–¿Cuál es el perfil de los compradores?
–Hay cada vez gente más joven. La edad media ha bajado y hay muchos emprendedores treintañeros que son auténticos cracs, personas que ya con 14 años eran unos genios y han creado auténticos imperios. Algunos de ellos los tenemos nosotros y se compran una casa de vacaciones, otros deciden vivir aquí .
–¿Qué nacionalidades están comprando?
–Sobre todo gente que vive en climas fríos de Suiza hacia arriba como Alemania, Bélgica, Holanda, Polonia, República Checa, Dinamarca, Noruega, Suecia Finlandia, Reino Unido, Rusia, Irlanda o Kazajistán, y también está viniendo gente de Medio Oriente. Prácticamente todos los que viven en un congelador. Españoles también hay algunos que están comprando, pero ya compraron hace muchos años en la costa.
–¿Y a qué sectores productivos se dedican?
–Los más jóvenes están relacionados con la tecnología porque han nacido en una era tecnológica, y luego hay algunos que están en renovables, en energía o innovación, sistemas o algún tipo de tecnología que han desarrollado como una patente.
–¿Cómo avista la recuperación?
–La recuperación va a ser lenta y gradual, pero creo que de cara al futuro para la gente que tiene posibilidades es un buen momento para posicionarse porque cuando nos recuperemos, vamos a tener una época buena de prosperidad.
–¿Está el lujo en crisis o no llega a las altas esferas?
–Depende de cómo lo mires, y en base a lo que he dicho de casi 20 casas que se han vendido, no se puede hablar de crisis, pero el lujo está en crisis a nivel mundial. La gente ahora mismo no está pensando en comprarse un bolso de Gucci o cinturones de Dior.
La demanda de viviendas empieza por el número de las visitas, que se ha multiplicado por tres o cuatro”
Al haber estado privada de libertad y de movimiento, la gente ha acelerado el proceso de compra”