Siria cumple una década de conflicto con 400.000 muertos
Al cumplirse hoy una década del estallido de la revolución siria y su posterior desembocadura en una cruenta guerra, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos estimó ayer en 400.000 muertos el coste humano del conflicto, mientras las miradas se centran en el último bastión opositor.
El balance difundido por esta ONG con sede en el Reino Unido, que no tiene en cuenta a otras cerca de 88.000 personas que habrían perdido la vida en las cárceles y centros de detención gubernamentales, contabiliza 117.388 bajas civiles, de las que 22.254 eran niños.
La mayoría de estos ciudadanos perecieron en acciones de las fuerzas leales al presidente sirio, Bashar al Asad, la primera causa de los decesos seguida de las operaciones de las facciones opositoras, de la aviación rusa y, por último, de la turca, de acuerdo con la organización, con una amplia red de colaboradores sobre el terreno.
Una ONG contabiliza un total de 117.388 bajas civiles, de las que 22.254 eran niños
El arresto de 15 adolescentes por realizar una pintada contra Al Asad en la meridional Deraa es a menudo considerado el detonante de la revuelta de marzo de 2011, pero lo cierto es que ya el mes anterior se habían registrado en Damasco protestas en solidaridad con las manifestaciones en Egipto, Túnez y Libia.
Bajo el lema “Una Siria sin tiranía”, un grito contra los Al Asad, que entonces llevaban cuatro décadas en el poder, algunos sectores en el este del país encontraron motivación en la dura sequía vivida los años anteriores y en otros puntos se aferraron a otros factores sociales, políticos y económicos.
Sin embargo, como ocurrió en otros países alzados en el marco de las revueltas de la Primavera Árabe, sí hubo un claro denominador común: el centro del movimiento fueron jóvenes nacidos en los 80 y 90, en ebullición desde la llegada de internet en los años 2000.
Pero las divisorias internas desembocaron en una guerra abierta, que en 2014 se teñiría paralelamente con los tintes yihadistas del Daesh.