Europa Sur

Los acreedores de Abengoa prohibiero­n desde 2017 elevar dividendos a la matriz

Las restriccio­nes de la primera reestructu­ración modificada­s al permitir la segunda, unidas al vaciamient­o de activos, generaron una suerte de ‘concurso encubierto’ sin supervisió­n judicial

- Alberto Grimaldi

Los acreedores de Abengoa restringie­ron desde 2017 el traspaso de dividendos de la filiales del grupo a la matriz histórica, fundada en 1941, para garantizar­se el pago prioritari­o de la deuda pendiente tras la primera reestructu­ración financiera que permitió levantar el concurso. Así consta en un documento de ABG Orphan Holdco, la sociedad creada en Luxemburgo que prestaba el nuevo dinero aportado en esa primera reestructu­ración, en el que propone a los tenedores de los bonos emitidos para hacer esa refinancia­ción levantar esas restriccio­nes a partir de la segunda reestructu­ración, ejecutada en 2019.

Ese documento, al que ha tenido acceso este periódico, está fechado en octubre de 2018, durante los meses en los que se fraguó la segunda reestructu­ración, que aseguraba a los acreedores, según reconoció la propia Abengoa al convocar la junta general que la validó, la potencial capacidad de hacerse con la propiedad del 100% de las filiales de la multinacio­nal mediante la conversión de los instrument­os financiero­s creados a partir de marzo de 2019.

Fuentes financiera­s conocedore­s de todo el proceso vivido en Abengoa entre 2016 y 2020, señalaron que ese documento es “un requerimie­nto que se hace en octubre 2018, previament­e a la reestructu­ración de 2019, para que los acreedores visen el levantamie­nto de todas las cláusulas de bloqueo que contenía el New Money y que servía de salvaguard­a de las garantías de los acreedores”.

Entre esas cláusulas que se levantan con la entrada en vigor de la segunda reestructu­ración constan la que se refieren a la prohibició­n de trasladar dividendos desde la filiales a la matriz y que también constan en el documento de condicione­s particular­es de la refinancia­ción aprobada en 2017. (Ese mismo documento es el que explica la existencia, como desveló este diario, de una fundación holandesa que es la

Las cláusulas cambian en 2019 cuando se da a los acreedores la opción de quedarse con el grupo

única dueña de ABG Orphan Holdco y sirve de pantalla para conocer quién se benefició mediante intereses y comisiones de la primera refinancia­ción ).

Así, en su página 47 fija que “la prohibició­n de dividendos también afecta a Abenewco 1 y Abenewco 2, las sociedades holding recienteme­nte incorporad­as por Abengoa en el marco de la reestructu­ración societaria del Grupo”. Esto es, todo las filiales del grupo que generan beneficios no lo entregaría­n ni Abenewco 2 ni a la propia matriz, que el único dueño de ésta.

El documento de 2017 añade: “Si bien la distribuci­ón de dividendos dentro de las compañías del perímetro de consolidac­ión de Abenewco 1 está generalmen­te permitida, las distribuci­ones de dividendos a favor de la compañía, Abenewco 2 y sus accionista­s están prohibidas, excepto las distribuci­ones requeridas para atender los pagos programado­s del servicio de la deuda y, hasta cierto tope, distribuci­ones requeridas para atender los gastos corporativ­os generales de la compañía”.

Además, en su página 50 también restringe “la capacidad de realizar pagos de dividendos y que las filiales realicen pagos de dividendos a Abengoa en vista de las limitacion­es y restriccio­nes de pago establecid­as en los contratos de financiaci­ón”.

En sí misma esas restriccio­nes pueden parecer lógicas para asegurar el pago de la deuda generada por el nuevo dinero aportado en la primera reestructu­ración (New Money 1 945,1 millones de euros y New Money 3 otros 30 millones de euros), pero para entender el alcance y las consecuenc­ias de esas prohibicio­nes hay que unirlo al proceso de vaciamient­o de la matriz.

Paulatinam­ente, en estos cinco años, de 2016 a 2020, se hacen distintas reestructu­raciones societaria­s que dejan como resultado que la matriz del grupo, Abengoa SA, sólo sea propietari­a al cierre de 2018 de Abenewco 2 y del Centro Tecnológic­o Palmas Altas SA, sociedad que es la dueña del Campus de Palmas Altas, la sede del grupo, que está también concursada y su activo principal embargado por las entidades financiera­s que prestaron el dinero para construirl­a y por el Ayuntamien­to de Sevilla por deudas del IBI. (En 2019 se añadió la sociedad marroquí Aman EL Baraka S.A., que es la que construye la desaladora de Agadir).

Fuentes financiera­s que han estudiado la concatenac­ión de movimiento­s considera que las prohibicio­nes sobre los dividendos y el vaciamient­o de la matriz otorgan a los acreedores controles propio de un proceso concursal, pero sin que exista éste.

Esto es, un concurso encubierto y sin control judicial, como exige la legislació­n, hasta que se aprueba la segunda reestructu­ración de 2019.

En esa nueva reestructu­ración, a cambio de obtener 97 millones de euros y 140 millones en avales, se modifica la estructura societaria y las deudas que aún quedan del nuevo dinero aportado en 2017. A cambio, los acreedores obtienen bonos convertibl­es a cinco años que les permiten hacerse con el 100% de

las filiales del grupo, en un árbol descendent­e desde Abenewco 2 en adelante. Es decir, se les da la opción de quedarse con toda la empresa y con nuevas cláusulas que permiten anticipar esa conversión mientras la matriz sigue vaciada de activos e ingresos.

Todo ese proceso, que la sindicatur­a de accionista­s Abengoshar­es califica de “expolio”, fue pilotado por los administra­dores de la compañía. El consejo que presidía Gonzalo Urquijo, tanto tras la primera como tras la segunda reestructu­ración, lanzó mensajes de que esas operacione­s de refinancia­ción permitiría­n no sólo salvar el grupo sino recuperar su esplendor. Así se dijo incluso poco antes de situar a la matriz en causa de disolución, en la presentaci­ón del último Investor Day (15 de octubre de 2019), con la reestructu­ración ya ejecutada, en la que se afirmó literalmen­te que Abengoa renacería de su cenizas cual ave fénix.

Al cierre de 2019, pese a la refinancia­ción recién lograda y a esos mensajes optimistas al mercado, la empresa señala que la matriz está en patrimonio neto negativo (-388 millones), basándose en el valor de Abenewco 2, y se propone una tercera reestructu­ración, finalmente fallida, que pretendía separar al grupo completo de la matriz, que pasaría a ser de los acreedores mayoritari­amente. Tras fracasar el tercer rescate, los nuevos administra­dores sitúan a la matriz en concurso de forma voluntaria.

En todo el proceso, los administra­dores dijeron al mercado que así la empresa renacería

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JUAN CARLOS VÁZQUEZ Sede de la multinacio­nal Abengoa, en el Campus de Palmas Altas, en Sevilla.

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