Iglesias deja el Gobierno y polariza una política cada día más crispada
El líder de Podemos pone fin a sus enfrentamientos con Sánchez y competirá por la Comunidad de Madrid
● Las malas expectativas de su partido y su propio desgaste precipitan la decisión
● Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, será vicepresidenta y cartel electoral
La batalla por Madrid está servida. Pablo Iglesias deja la Vicepresidencia segunda del Gobierno para ser candidato en las próximas elecciones autonómicas en la Comunidad de Madrid el 4 de marzo. Iglesias abandona así el sillón que tanto ansió en el Consejo de Ministros y por el que no paró hasta hacerse con él como número tres del Ejecutivo de coalición con el PSOE. Se marcha también, por tanto, de su puesto al frente del Ministerio de Derechos Sociales al cumplirse un año del estado de alarma decretado por el Ejecutivo. La pandemia deja de ser una prioridad para Iglesias, que se centrará en impedir que “la ultraderecha consume su asalto” a la Comunidad de Madrid. Su rival directo: Isabel Díaz Ayuso.
Iglesias propone a Errejón un frente común para afrontar los comicios en Madrid
El líder de Unidas Podemos ha reventado todas las cábalas. Ninguna de las quinielas sobre la candidatura madrileña había pronosticado que Iglesias saltaría de nuevo al ruedo electoral y pondría fin a su etapa en el Gobierno, justo en un momento en el que su formación y el PSOE ofrecían un día sí y otro también la imagen de un matrimonio de conveniencia, arrastrando meses de tensiones por la política de vivienda, la ley trans o el papel de la Corona, entre otros asuntos.
Para anunciar su decisión, Iglesias tiró de vídeo, que fue difundido en las redes sociales. En él reveló su petición al jefe del Ejecutivo de que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, asuma la Vicepresidencia y Ione Belarra, actual secretaria de Estado, su Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.
Sánchez, que conoció la decisión ayer por la mañana, agradeció a Iglesias su trabajo y le deseó suerte, aunque menos que al candidato de su partido, el socialista Ángel Gabilondo, según reveló él mismo en respuesta a los periodistas en una rueda de prensa desde Montauban (Francia), a donde se desplazó para participar junto al presidente de Francia, Emmanuel Macron, en un homenaje al que fuera presidente de la Segunda República, Manuel Azaña.
El líder socialista dio a entender que aceptará la propuesta de ascender a Yolanda Díaz porque en el acuerdo suscrito con Unidas Podemos se recogía que este partido tendría una vicepresidencia. “No va a haber ningún problema ni malentendido. Va a haber continuidad”, garantizó Sánchez.
En el tintero ha quedado la reunión con la que Sánchez e Iglesias tenían previsto desencallar el funcionamiento de la coalición. Esta circunstancia hace que la marcha de Iglesias se interprete como la huída de un gabinete
Pablo Iglesias Vicepresidente segundo
El 4 de mayo se decide si la ultraderecha consuma su asalto a Madrid o si les paramos”
Un militante debe estar allí donde es más útil en cada momento”
Madrid necesita un Gobierno de izquierdas y creo que puedo ser útil liderándolo ”
en el que su figura cotizaba cada vez más a la baja. Asimismo, es vista, en otros sectores, como una huída hacia adelante. Además de esquivar ese encuentro con el presidente, y lejos de tener que admitir errores del pasado y ejercer la autocrítica, Iglesias opta ahora por marcarse otro objetivo y dedicarse de lleno a la confrontación electoral con una adversaria, convertida por él mismo desde hace meses en su bestia negra: Díaz Ayuso. El sentimiento de la presidenta de Madrid hacia el líder morado es recíproco. La dirigente del PP cambió ayer su eslógan inicial de “socialismo o libertad” que proclamó el pasado miércoles por el de “comunismo o libertad”, empujando así a los comicios madrileños a una polarización total.
Por lo demás, Iglesias abandona un entorno, el del Gobierno, en el que cada se sentía más molesto por lo que consideraba reiterados incumplimientos del pacto de coalición por parte de los socialistas. El vicepresidente segundo llegó a acusar a sus socios de estar “tensionando” la coalición y afirmó que podría llegar un día en que Unidas Podemos “dijese hasta aquí”, ante lo que el presidente pidió a sus socios “rebajar los decibelios”. Iglesias, ya de forma personal, sí dijo ayer “hasta aquí”.
Orgulloso de su “cabezonería” para presionar al PSOE, Iglesias aseguró en su despedida que en los días que le quedan hasta la campaña electoral peleará porque salga adelante el acuerdo con el ministerio que dirige José Luis Ábalos para que la próxima ley de Vivienda incluya la regulación de los precios del alquiler.
Tan sólo un año y medio después de la repetición de las generales que le llevaron a la Vicepresidencia, Iglesias llevará a su equipo a enfrentarse a otras elecciones. Mitinero por naturaleza, el fragor de la contienda que se libra ante una convocatoria a las urnas parece el combustible que hace funcionar a Iglesias, cuyo cargo institucional no le ha impedido hacer gala de estas señas de identidad. “El próximo 4 de mayo se decide si la ultraderecha consuma su asalto a Madrid o si les paramos”, recalcó Iglesias en un tono beligerante. El jefe de Unidas Podemos justificó su marcha del Gobierno recalcando que “un militante debe estar allí donde es más útil en cada momento” y que ahora su objetivo es ganar el Gobierno madrileño, ya que en su entorno entienden que solo él es capaz de impulsar un revulsivo así.
Para ello, Iglesias pondrá a Más Madrid en el aprieto de decidir si se suma a una candidatura única, aunque cada formación mantenga su independencia, ya que entiende el vicepresidente que es un “clamor” que la gente pide unidad ante el “enorme peligro” de que un Ejecutivo liderado por el PP y Vox lidere la Comunidad de Madrid. De momento, quien fuera su número dos, Íñigo Errejón, da la calla por respuesta. Fue la candidata de Más Madrid a las elecciones, Mónica García, quien sí dio la “bienvenida” a la candidatura de Iglesias, asegurando que hablará con él sobre la posibilidad de concurrir juntos a los comicios.
La marcha de Iglesias a la batalla electoral en la Comunidad de Madrid abre una nueva perspectiva para su formación, que ha ido perdiendo apoyos elección tras elección en casi todos los territorios y que había llegado a temer por la representación del partido en el territorio que le vio nacer. Y obliga además a Sánchez a afrontar una nueva remodelación de su Gobierno un mes y medio después de que el pasado 26 de enero la marcha de Salvador Illa como candidato socialista en Cataluña provocase el nombramiento de Carolina Darias como ministra de Sanidad y la entrada de Miquel Iceta como titular de Política Territorial y Función Pública.