LA VACUNA DE JUANMA MORENO
LAS penurias por las que atraviesa Inés Arrimadas al frente de Ciudadanos traen a la memoria a aquel Gila vestido de soldado, con el casco de lado y la chaqueta de hombros caídos, que preguntaba al enemigo por teléfono a qué hora iba a atacar y cuántos soldados eran. “Pues no sé si vamos a tener balas para todos”, respondía resignado. La jerezana, que rozó con la yema de los dedos la presidencia de la Generalitat catalana y que tomó luego el relevo amargo de Albert Rivera como presidente de Cs, también se pregunta cuánta munición le queda en su arsenal.
No merece Arrimadas pasar este quinario: nadie en su partido estaba ni está mejor capacitado que ella para borrar la foto de la Plaza de Colón y enmendar el grave error cometido por su antecesor al no pactar con Pedro Sánchez un Gobierno de coalición. La imperdonable repetición de las elecciones generales y el hundimiento de los naranjas tuvo su siguiente escena en las catalanas. Poco de ese desastre puede ser atribuido a la aún breve gestión de Arrimadas, como tampoco es su responsabilidad última lo ocurrido con los tránsfugas de Murcia, comprados sin pudor por el PP y exhibidos como trofeos por Pablo Casado. Si algo se demuestra es que nada queda en el presidente de los populares de aquel aplaudido discurso de moderación que exhibió en la moción de censura de Vox. Aunque de eso hayan pasado apenas cinco meses.
En el partido de Casado hay quienes rechazan de plano esa estrategia. El acuerdo firmado públicamente por el PP-A con Ciudadanos para evitar en Andalucía el pase de cargos públicos de un partido a otro es la mejor evidencia de que Juanma Moreno ha dado orden inmediata de vacunación contra el virus del transfuguismo. El presidente de la Junta es consciente de que su Gobierno ha dependido y depende de la supervivencia de los naranjas. Y la mejor opción para sus intereses futuros a medio plazo es que siga siendo así, teniendo aún tan lejos como está de su alcance la mayoría absoluta. Mientras Casado ha optado por aniquilar políticamente a Cs, hacer un llamamiento a los cargos de este partido para que se sumen al PP y jugarse todo a pactar con la derecha ultramontana, Moreno afianza su apuesta por el centro dando un balón de oxígeno a Ciudadanos. A día de hoy, le resultan imprescindibles.
Para rematar la jugada, a Juanma Moreno solo le queda convocar elecciones en Andalucía. Tiene Presupuestos en vigor hasta final de año. A partir de ahí tendrá vía libre para romper la baraja y poner las urnas en la calle en la primavera de 2022. Las prisas de los críticos del PSOE por apartar a Susana Díaz de la candidatura a la Junta y dar algo de recorrido a su sustituto son un buen indicativo de que el cronómetro se ha puesto en marcha.
El presidente de la Junta es consciente de que la mejor opción para sus intereses es que Ciudadanos sobreviva