Extinción de los escopeteros de Getares
brote u “ocurrencia” de fiebre amarilla.
Al mismo tiempo que la epidemia seguía estando presente en el Partido de Algeciras, quizá por agravio comparativo, el cabildo algecireño envía un oficio a las autoridades provinciales, exponiendo lo que sigue: “Ayuntamiento de Algeciras, fecha 12 del corriente […], consulta sobre si el Capitán, Teniente y Subteniente, Gefes, Ayudantes y Sargentos de las seis Compañías de Milicias Urbanas que hoy en esta Ciudad deben considerarse exceptuados del alistamiento para la Milicia Nacional”. Respondiendo las autoridades: “Se acordó se diga á dicho Ayuntamiento que el Cuerpo de Milicias Urbanas se halla extinguido, y sus oficiales en el mismo caso para la Milicia Nacional que los retirados del Ejército, debiendo ser comprehendidos todos los demás en el alistamiento para la Milicia Nacional”.
Siguiendo en el mismo contexto, el consistorio vuelve a solicitar autorización para: “Oficio del Ayuntamiento de Algeciras de fecha 13 de este mes, pidiendo se le faculte para amueblar de camas el Cuartel que sirve de alojamiento á las tropas de la guarnición por cuenta de la contribución del presente año”.
A pesar de la epidemia de fiebre amarilla y de la falta de recursos económicos en la caja del consistorio, la clase política local de ambos bandos sigue en su guerra particular: “Oficio del 14 del corriente de Dn Pedro Juan Barte (ex Alcalde), Juez de primera instancia del partido de Algeciras, en que manifiesta las contestaciones que ha tenido con el Alcalde Constitucional, á motivo de no querer proporcionarle fondos para sacar la correspondencia que tiene detenida en el correo”. Se da cuenta del hecho al jefe político, quien: “Con decreto marginal pido informe”. Añadiendo: “Manifiesta á S. E. que con motivo de igual caso ocurrido con uno de los Jueces de primera instancia, está pendiente de la resolución de instancia hecha al Gobierno, lo cual cuando se reciba servirá de regla para la determinación que deba recaer á cerca de la solicitud que hace el citado Dn Pedro Juan Barte, cuyo oficio se devuelve á S.E.”. Llama la atención la facilidad con la que se acude a las más altas instancias del Estado para temas de segundo orden, mientras que otros de gran necesidad para las poblaciones de los pueblos del Partido, se quedan estancado en la capital de la provincia.
Ante la falta de presupuesto, y dadas la deudas que el consistorio algecireño mantiene con instituciones de otras provincias, las autoridades liberales superiores deciden: “Que la Comisión de Propios, donde hay antecedentes, reciba oficio de Algeciras de fecha 17 del corriente, relativo á su adeudo á las cárceles de Sevilla”.
Por aquellos días el jefe subalterno del Partido de Algeciras recibe de la Comisión Provincial de Comercio, en su afán de regenerar la provincia, el siguiente: “Reglamento para el seguro de incendios remitido por la Compañía de San Fernando de Madrid, de que hace mérito el número 17, de la sesión del 18 de este mes […], y conforme en un todo de lo que propone la Comisión, se acuerda: se devuelva al Excmo. Sr. Gefe Político para que si lo tiene á bien, haga cono