Olivos, espárragos y NINFAS
conocer la villa romana, una de las más importantes y mejor conservadas de la Bética
Lo da el suelo del Salar: olivos, espárragos y villas romanas con venus desnudas que se tapan con las manos sus partes pudendas. Por eso, desde hace un tiempo Armando Moya, alcalde de este municipio granadino, tiene un lamento prendido en el ánimo. Es un lamento perenne que se ha instalado en su alma. “Nunca debí haberlas dejado marchar”, me decía el otro día cuando fui a visitarlo. La queja era parecida a la de un padre que les da permiso a sus hijas para llegar tarde a casa y luego no aparecen porque alguien las ha retenido. Se refería Armando a las venus encontradas en la villa romana allí descubierta, que se las llevaron al Museo Arqueológico de Granada y ya nunca volvieron al pueblo en el que las encontraron. Por eso dice que cuando piensa en ello se pone triste. “Hoy se habla mucho de la España vaciada, de núcleos rurales que se quedan vacíos porque no tienen que ofrecer nada. Y nosotros que habíamos encontrado algo por lo que valía la pena visitar el pueblo, nos lo quitan. Eso no es de recibo”, me decía Armando el otro día. El alcalde del Salar es de Izquierda Unida, pero eso es lo que menos importa. Gasta un sentido común impecable. Sus razonamientos son los que dan que pensar. Es verdad lo que dice. Hay una contradicción enorme entre lo que quieren las instituciones y lo que hacen las instituciones. Quieren que los pueblos no se queden vacíos, pero cuando hay algo de interés en ellos se lo llevan, los dejan sin contenido.
Ya pasó con la dama de Baza. No sé si se acuerdan. Fue en julio del 71. La encontró el arqueólogo español Francisco Presedo. O uno de su equipo que estaba con la piqueta y golpeó algo duro en el suelo. Quitaron la tierra y apareció una cabeza pintada entre la tierra. La estatua representa una figura femenina sentada y es un conocido ejemplo de una escultura realizada por los bastetani, un pueblo antiguo que vivió en Iberia antes de la llegada de los romanos. En Elche había aparecido otra de similares características. Enseguida la estatua y todos los ornamentos aparecidos fueron trasladados al Museo Arqueológico de Madrid. Medio siglo llevan ya los bastetanos reclamando la estatua que se encontró en su suelo. Hasta ahora sus reclamaciones solo se han encontrado con evasivas.
El Ayuntamiento ha iniciado los trámites para proteger el hallazgo como BIC