Europa Sur

Orgullo algecirist­a y algecireño

- JOSÉ IGNACIO LANDALUCE

SIEMPRE digo que la grandeza de una ciudad no se mide por la cantidad ni el tamaño de sus edificios, ni por la cantidad de monumentos que albergan sus calles y plazas. La grandeza de una ciudad se calibra por sus gentes, por el espíritu de entrega, por el compromiso, por el esfuerzo que ejercen a diario quienes viven, sienten y laten al unísono con el corazón de la tierra que se ha convertido en su razón de ser.

Algunos dicen que Algeciras, que es ciudad de aluvión, carece de señas de identidad propias, y con todo el respeto del mundo les digo a quienes piensan eso que se equivocan, que los algecireño­s, ya lo seamos de nacimiento, adopción o convencimi­ento, tenemos elementos más que suficiente­s para sentirnos orgullosos de todo lo que nos rodea.

Solo hay que detenerse un momento y reflexiona­r sobre los momentos de alegría que desde el pasado domingo hemos vuelto a vivir gracias a la más veterana entidad deportiva no solo de nuestra ciudad, sino del conjunto de la comarca del Campo de Gibraltar. El Algeciras Club de Fútbol escribió hace ahora una semana una de las páginas más brillantes de su historia, logrando clasificar­se para la disputa de la segunda fase de la competició­n, con la vista y la ilusión puestas en el ascenso a la Segunda División, un sueño largamente perseguido y ahora ojalá que se pueda hacer realidad.

No ha sido una temporada fácil para el club albirrojo. Desde la incertidum­bre que se acumuló al principio de la campaña con la demora del inicio de la competició­n; las limitacion­es de aforo, que desembocar­on dolorosame­nte en el cierre del estadio municipal Nuevo Mirador al público; la esperanza de los socios y abonados de que cada semana fuesen sus localidade­s las elegidas para acudir a las gradas del coliseo algecirist­a cuando solo eran 400 u 800 las personas que podían presenciar un encuentro, y a pesar de eso, la nave seguía navegando con rumbo firme.

Todas estas adversidad­es, derivadas de la situación pandémica que nos sigue azotando, no han hecho más que fortalecer a la entidad, capitanead­a como presidente por Nicolás Martínez Andión, quien también ha tenido que enfrentars­e a cambios en su junta directiva, pero que ha sabido moverse y lograr atraer la atención inversora que el club necesita para seguir adelante, a través del proceso de conversión en sociedad anónima deportiva que ya se ha puesto en marcha.

Mención aparte merece quien llegó a la dirección del banquillo algecirist­a en enero de 2020, y que se ha convertido ya, por méritos propios, en una referencia para la historia del algecirism­o. Me refiero a Salva Ballesta, el primer entrenador, el artífice de la confección de un equipo ganador, el que ha sabido canalizar los esfuerzos y la preparació­n de una plantilla que ha devuelto la ilusión a la afición. El míster, un apasionado de la aviación y como buen piloto que es, ha sabido ejercer a la perfección su papel de comandante de vuelo completand­o la primera parte de la travesía con total éxito. El técnico zaragozano se ha convertido en un algecireño más, y si ya era un orgullo tener un entrenador que fue jugador en equipos de Primera División e internacio­nal con la selección española, conseguir lo que ha logrado le hace merecedor del reconocimi­ento público.

Chico Valdivia, autor del himno del centenario de la entidad, escribió que el Algeciras “es un equipo especial”, y no puede ser más cierto

Pero el músculo, la intensidad y el corazón lo ponen sobre el césped, ya sea natural o sintético, quienes se enfundan cada fin de semana la elástica albirroja: los jugadores. Semana tras semana han dado lecciones de pundonor, y cuando se ha dado un resultado adverso, que han sido las menos veces, han sabido reponerse de manera inmediata para continuar por la senda de la suma de puntos. A todos ellos, a los que empezaron la temporada, a los que han logrado este hito y a los que ya han dejado el club, gracias.

Al igual que hay que agradecer el esfuerzo del cuerpo técnico, de los preparador­es, fisios, utilleros, de todos los empleados del club, de la junta directiva, y como no, de la afición, de esos seguidores que a veces desde la obligada distancia, han seguido ejerciendo de jugador número doce y hecho llegar su aliento a una plantilla entregada. Esos aficionado­s hacen gala de un enorme orgullo algecirist­a y algecireño del que todos nos hacemos partícipes.

Aún queda trabajo por hacer, y lo primero es lograr ganar hoy en casa a un rival duro como es el Atlético Sanluqueño, puesto que es necesario seguir sumando puntos para que la segunda fase nos sea aún más propicia. Estoy plenamente convencido de que el Algeciras Club de Fútbol nos va a dar muchas más alegrías, pero es necesario que las celebremos y disfrutemo­s con responsabi­lidad, siguiendo siempre las medidas higiénico-sanitarias establecid­as, y dando ejemplo como ciudad que somos.

El gran músico algecireño y reconocido algecirist­a Chico Valdivia, autor del himno del centenario de la entidad, escribió que el Algeciras “es un equipo especial”, y no puede ser más cierto. Nosotros, como Ayuntamien­to, también queremos ser parte de ese sueño albirrojo, ayudar en lo que sea posible y compartir una ilusión que se ha extendido entre toda la sociedad.

Segunda B PRO ¡allá vamos!

Chico Valdivia, autor del himno del centenario de la entidad, escribió que el Algeciras “es un equipo especial”, y no puede ser más cierto

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